El exjugador del Villarreal y del Huesca no podrá entrar en España, después de ser expulsado, durante los próximos ocho años. Es la condena impuesta por la Audiencia Provincial de Valencia después de que en 2018 fuera detenido por secuestrar y agredir a un hombre en su vivienda del municipio de Bétera.
La sentencia, que ha adelantado el diario Levante, el mercantil valenciano, reduce las penas después de que el propio Rubén Semedo haya reconocido los delitos de los que se le acusaban: secuestro, robo, lesiones y tenencia ilícita de armas.
Si en un primer momento se pedían 15 años de prisión, el jugador ha conseguido evitar la cárcel a cambio de una expulsión del país y la imposibilidad de entrar en territorio español durante los próximos ocho años.
Durante los hechos que se le imputan, Semedo portó un palo de golf con el objetivo de agredir a la víctima. Además, empuñó un cuchillo con el que amenazó al individuo e incluso llegó a sacar un arma blanca para atemorizar a la víctima de la extorsión. Unos delitos que cometió junto a otros dos amigos, también condenados.
Semedo se acaba de proclamar campeón de la liga griega con el Olimpiacos. El portugués de 26 años generó un gran malestar en el Villarreal, que nada más saltar la noticia procedió a quitarle la ficha y a buscarle una salida. El club griego fue quien le acogió y allí ha conseguido vivir alguna buena noticia.
El defensa ha disputado un total de 44 partidos entre la propia competición helena, ligas continentales y la copa que se disputa en Grecia. Se ha erigido como uno de los fijos del once del Olimpiacos y, salvo lesión o sanción, ha disputado los minutos desde el inicio del partido. Una eficacia deportiva que choca con su vida lejos de los terrenos de juego.
De la cárcel a reincidir
Rubén Semedo, junto a otros dos individuos, llamaron a un hombre para que acudiera a su casa para celebrar una fiesta. Sin embargo, cuando este entró en la vivienda fue agredido por los condenados. Le pedían la localización de un tercero que, supuestamente, había estafado 5.000 euros al jugador. Le agredieron y le tuvieron retenido contra su voluntad.
Por ello, el zaguero tuvo que ir a prisión durante un tiempo. Él mismo se ha encargado de relatar las dificultades vividas, aunque no le han terminado de reformar los aspectos más escabrosos de su personalidad. Durante una entrevista en 2019, Semedo se excusó en que se dejó llevar "por ambientes y cosas en las que un jugador profesional no se debe meter".
Según sus confesiones, dormir en prisión fue de loo peor. Coincidió con otro preso que, tal y como explicó, tenía tendencias suicidas. "Era aterrador pensar que la persona que está a tu lado, con lo mínimo que tuviera, se intentaba suicidar", contó Semedo.
Sin embargo, en 2020 reincidió ya jugando en Grecia. Durante un partido, Semedo se encaró con uno de los jóvenes recogepelotas y le agredió, provocando que el chaval cayera al suelo y generando una tangana entre jugadores locales y visitantes.