Guerra civil en el Fútbol Club Barcelona. Tras la debacle en la Champions contra el Bayern, Lionel Messi comunicaba este martes a través de un burofax su intención de abandonar inmediatamente la entidad azulgrana. El argentino comenzaba de este modo también una batalla legal con la junta directiva de Bartomeu, ya que su deseo es acogerse a una cláusula de su contrato que le permite marcharse gratis a otro equipo cada final de temporada.
La noticia del adiós de Messi al Barcelona conmocionó al mundo y acaparó todos los titulares del día tanto en presa escrita como en radio o televisión. Bartomeu contestó al futbolista también a través de un burofax y le hizo llegar su deseo, sea verdad o no, de que continúe la próxima campaña en el club.
Lo que se esconde detrás de este intercambio de burofaxes es que cada parte entiende la cláusula del contrato de Messi de una forma distinta. El delantero puede salir gratis cada año antes del 10 de junio, sin embargo el equipo legal del futbolista entiende que esta temporada es diferente al haberse movido todo el calendario deportivo y no haber terminado el curso hasta el 23 de agosto debido al coronavirus.
Por su parte, el Barcelona quiere tensar la cuerda y obligar a Messi a que deje una importante suma de dinero en caja si finalmente firma por el Manchester City o el Inter de Milán. Ahora mismo, el equipo inglés es el mejor situado para hacerse con los servicios del argentino. La presencia de Guardiola en el banquillo y de Ferrán Soriano y Txiki Begiristain en los despachos convierten a la vía citizen como la más apetecible para el seis veces ganador del Balón de Oro.
Miedo a quedarse "en la ruina"
El año en blanco del Barça, el 2-8 del Bayern y el deseo de Messi de abandonar el club ha provocado que muchos socios y aficionados culés pidan la dimisión de Bartomeu. Sin embargo, el presidente azulgrana no tiene ninguna intención de marcharse antes de las elecciones convocadas para marzo de 2021.
¿Por qué Bartomeu no se va ya si no terminará la próxima temporada? Pues la razón no es otra que económica. Muchos de sus directivos han pedido al máximo dirigente que no dimita bajo ninguna circunstancia, ya que con las pérdidas que presentará el Barcelona en el curso 2019/2020 podrían verse obligados a tener que avalar una parte importante del próximo presupuesto.
El hecho de que exista la posibilidad de que la junta directiva tenga que avalar con el patrimonio personal hace que la situación de algunos de sus miembros sea complicada. Existe miedo a quedarse "en la ruina", según afirman fuentes del club. La guerra civil que se vive con los precandidatos a la presidencia tampoco ayuda, ya que Laporta o Víctor Font no tienen intención de perdonar a Bartomeu y su junta la responsabilidad de las pérdidas económicas.
Los beneficios por Bartomeu y si directiva durante los últimos años, acumulados desde 2010, no serían en estos momentos suficientes para aprobar su gestión y salvarse de tener que avalar la parte correspondiente al 15% del presupuesto de la próxima temporada.
Bartomeu tiene un colchón de 150 millones de euros como beneficio acumulado, pero la crisis por el coronavirus ha hecho que todas sus cuentas se vengan abajo. Se calcula que el Barcelona habría dejado de ingresar entre 150 y 200 millones esta temporada, lo que llevará a cerrar el ejercicio con pérdidas.
Por tanto, la actual junta directiva necesita equilibrar balances y, sobre todo, maquillar de alguna forma el presupuesto de la 2020/2021 para no tener que avalar con su propio patrimonio. Precisamente, el secreto mejor guardado por Bartomeu es la cuantía de las pérdidas de esta campaña y a cuánto ascenderá el próximo presupuesto. Ya que hasta que no se haga público, no se sabrá si tendrán responsabilidad o no.
Las previsiones que hacen desde la oposición azulgrana es que a Bartomeu le quedaría de colchón unos 40 millones de euros cuando cierre el ejercicio. Una cantidad insuficiente, ya que sería inferior al 15% del presupuesto 2020/2021 y el restante hasta completar esa cifra debería ser avalado con el patrimonio personal de todos los directivos.
El CSD puede rescatar a Bartomeu
La actual directiva podría tener que avalar 20 millones de euros, una cifra que inquieta, y mucho, a muchos de sus miembros. Sin embargo, Bartomeu tendría dos vías de salvación para no tener que pasar por esta situación y lo cual facilitaría mucho su dimisión en próximas fechas.
La primera de ellas sería llegar a un acuerdo con los precandidatos y apartarse inmediatamente del club con la promesa de estos de no reclamar responsabilidades a la junta saliente respecto a las pérdidas de la temporada 2019/2020. Esta opción parece completamente descartada, ya que los socios podrían poner también contra las cuerdas al que ocupara el sillón presidencial tras las elecciones.
Como última vía de salvación y mucho más realista, existen muchas posibilidades de que el Consejo Superior de Deportes acepte una moratoria de los clubes que se rigen por la Ley del Deporte de 1990 y acepte una modificación debido a la situación de excepcionalidad que se vive por el coronavirus.
Es decir, el Gobierno podría dar el visto bueno a que Bartomeu y su junta directiva no tuviera que avalar como resultado de las pérdidas esta temporada y esto facilitaría mucho la transición en Can Barça.
Lo que parece claro en estos momentos es que, independientemente de lo que pase con Messi, Bartomeu y su junta directiva no se moverán ni dimitirán "bajo ningún concepto" hasta que tengan bien atada una fórmula de salvación a ese multimillonario aval que pondría en jaque las economías particulares de los actuales directivos del Fútbol Club Barcelona.
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