Un año de Irene Lozano para sacar de quicio al deporte español: por qué quieren pedir su dimisión
El enfado desde varios entes federativos y muchos deportistas tiene a la secretaria de Estado para el Deporte entre la espada y la pared.
10 septiembre, 2020 00:04Noticias relacionadas
La bomba estallaba en el deporte no profesional este martes por la noche. Tras días de negociación entre Consejo Superior de Deportes, federaciones y Comunidades Autónomas, el organismo gubernamental descartaba el borrador del protocolo que permitiría dar comienzo a todas esas competiciones estatales y autonómicas a lo largo del territorio español. De esta forma, todos esos deportistas veían paralizada de nuevo su situación. Irene Lozano se convertía en el centro de la diana de las críticas, hasta el punto de comenzar a pensar en pedir su dimisión.
La trayectoria de la secretaria de Estado para el Deporte no ha dejado muy contentos por el momento a la mayoría. En estos ocho meses que lleva en el cargo se han visto mensajes en las redes sociales contra su actitud por parte de deportistas, protestas de clubes por su dejadez y críticas desde algunas entidades por la gestión de algunas de las crisis que le ha tocado capear.
El 28 de enero Irene Lozano daba un salto en la política sin experiencia y sin paracaídas. Después de ser la secretaria de Estado de España Global, el órgano superior del Ministerio de Asuntos Exteriores, sustituía a María José Rienda al mando del CSD. Mientras una traía consigo un campeonato del mundo de esquí alpino y cinco presencias en los Juegos Olímpicos donde fue abanderada, la otra declaraba ser practicante de senderismo y pilates, además de jugar al balonmano o practicar natación en su adolescencia.
Sin un expediente previo demasiado alentador, Lozano se encuentra contra la espada y la pared. Tanto es así y tan en riesgo han visto la situación en el seno del Ministerio de Cultura y Deporte que este miércoles ha habido reuniones a todas las escalas, incluso con el Comité Olímpico Español, para tratar de aclarar una situación enquistada después de la publicación de esa nota de prensa que desde muchos entes calificaron como "el mayor error en mucho tiempo". Por el momento se ha llegado a un acuerdo que tapa en cierta manera esa confusión que creó Lozano. En realidad, esta es una más, aunque haya sido el que haya colmado el vaso, de las malas decisiones que ha tomado en los diferentes frentes que ha tratado de solventar.
Las elecciones
El primero fue el de las elecciones a la Federación de Fútbol. En año olímpico siempre se producen comicios en los organismos representativos de cada modalidad y en esta ocasión, con una guerra Tebas-Rubiales de por medio, surgía Iker Casillas. El exportero desde que este verano anunció su retirada definitiva iba a luchar contra el actual presidente de la RFEF por el puesto, pero la pandemia acabó con su candidatura.
Antes, Lozano estudió la petición de Luis Rubiales de adelantar las elecciones impidiendo que la leyenda del Real Madrid pudiera tener más tiempo para trabajar con su propuesta, una cuestión que ya dilató las relaciones con LaLiga. Todo quedó en agua de borrajas, una reunión entre la secretaria de Estado para el Deporte y el exguardameta y un parón por la Covid-19 que ha beneficiado a Rubiales para estar cuatro años más al frente del estamento federativo.
Gestión de la pandemia
La misma pandemia fue su segundo frente de batalla. El regreso a la normalidad después del parón general que vivió el país supuso un reto para todos. Impulsó el fútbol y el baloncesto profesional. El primero sería el responsable de liderar la recuperación tanto en imagen como en el aspecto económico, una cuestión que a Javier Tebas le supuso una factura de 113 millones de euros.
Mientras tanto ya se iba viendo cómo los otros deportistas también profesionales de otras modalidades no podían comenzar con sus entrenamientos, todo mientras el fútbol lograba reiniciar la temporada. Sería el preludio de lo que este último mes ha sido la gota que ha colmado el vaso.
El Pacto de Viana
Pero el Pacto de Viana, que venía a ser el fin de la guerra RFEF - LaLiga, duró lo que tarda en desaparecer un caramelo en la puerta de un colegio. Las costuras de los horarios, del público y de los calendarios volvieron a delatar el enfrentamiento que existe entre estas dos instituciones.
Queda claro en cada comunicado que hacen unos u otros que el pacto de moderación en las formas entre unos y otros ya no existe. De ese encuentro en el Palacio de Viana solo queda el dinero que acordó la patronal con el CSD y la Federación.
'Caso Fuenlabrada'
El 'Caso Fuenlabrada' también fue motivo de esta pérdida de credibilidad en Irene Lozano. Su poco interés en las investigaciones hasta bien entrado el mes de agosto y el hecho de que delegará en Joaquin de Aristegui para lidiar con el gran conflicto que ha vivido el fútbol español durante la pandemia solo hizo que crispar a las partes.
Finalmente se acordó la resolución deportiva, tensando aún más la cuerda en La Coruña y creando incluso un enfrentamiento en el PSOE con la alcaldesa de la ciudad gallega, Inés Rey. La elevación de la investigación a Javier Tebas por sus vínculos con el Fuenlabrada para buscar su inhabilitación es el último movimiento que ha terminado por romper relaciones entre LaLiga y el ente gubernamental.
El protocolo
Pero la última ha sido la del deporte no profesional. Después de no darles una solución inmediata tras la pandemia, llegó el mes de agosto y el fútbol no profesional, el baloncesto, el fútbol sala y el resto de competiciones no tenían un protocolo para poder iniciar la temporada.
Después de preparar algo a marchas forzadas, existían muchas incongruencias, sobre todo en medida del coste económico que tendría para los clubes. Era insoportable sin ayudas públicas y de las federaciones. Todas estas aseguran que sin un protocolo aprobado por el Gobierno no pueden arrancar, mientras que desde el CSD no se quiere aprobar ningún protocolo que no incluya PCRs obligatorias y en los plazos establecidos.
Este cúmulo de gestiones ha llevado a Irene Lozano a tener a prácticamente todo el mundo en contra. La presidenta del CSD está ante una situación límite y si no lleva a buen puerto este problema del deporte no profesional, al ministerio y a ella misma probablemente no le quedase otro remedio que dar un paso atrás. De momento ha salido adelante delegando en el Ministerio de Sanidad. Días determinantes para el futuro laboral de la secretaria de Estado para el Deporte.
[Más información: El CSD logra el acuerdo y confirma el protocolo contra la Covid para el deporte no profesional]