LaLiga (LFP) vuelve a ganar otra batalla a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). El organismo que preside Javier Tebas ha llegado a un acuerdo con la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS) para proveer a los clubes de Primera y Segunda División de 25 test de Covid-19 a la semana para preservar la competición, no como Luis Rubiales que dejó a voluntad de los clubes la realización de estas pruebas a pesar del coste inasumible para la mayoría de ellos.
Mientras continúan las conversaciones para que el fútbol sala sea profesional, la prioridad que había establecido Javier Lozano, presidente de la LNFS, era preservar la salud de los jugadores, entrenadores y todos aquellos que hacen posible que la competición salga adelante. CerTest, empresa española de biotecnología, será la encargada de distribuir las pruebas semanales que ofrecen un alto grado de fiabilidad. Todo ello de forma gratuita gracias a la intermediación de LaLiga.
De esta forma, habrá más seguridad en cada encuentro ya que, como mínimo, cada equipo se hará un test fiable antes de cada choque. Se podrán detectar los contagios con mayor facilidad y se podrá preservar el buen desarrollo de la competición. Esta última cuestión es la más importante teniendo en cuenta lo que está sucediendo en la Liga ASOBAL, donde hay un gran número de partidos aplazados e, incluso, jornadas.
Todo esto llega después de que la indefinición de los protocolos sanitarios de la RFEF haya dejado al libre albedrío la celebración de esos test que comprueben el estado de sus jugadores. El siguiente paso serán varias reuniones telemáticas con los clubes para informar sobre la experiencia en la aplicación de las medidas y de otros protocolos de prevención del coronavirus.
Polémicas RFEF-LNFS
Uno de los frentes abiertos de la Real Federación de Fútbol, con Luis Rubiales al frente, es el del fútbol sala. Actualmente el panorama refleja una total división entre partidarios del organismo de Las Rozas y la LNFS, asociación que hasta el momento había representado y organizado la competición. Todo hasta que Rubiales tomó el mando, haciéndose así cargo de la liga de fútbol no profesional.
La tregua apenas ha durado unas semanas y recientemente ha vuelto a estallar la polémica por una sanción impuesta a dos jugadores por unas supuestas deudas con su exagente y que, además, pertenecen a clubes miembros de la LNFS. La multa, de 13 partidos, es histórica por su contundencia. Hélder de O Parrulo y Pol Pacheco, de El Pozo Murcia, estarán 13 encuentros apartados por una infracción tipificada en el Código Disciplinario artículo 137.4 h) y que califica como "falta grave" cualquier "incumplimiento de acuerdos que dicten los órganos federativos".
El club murciano emitió un comunicado calificando la decisión como un "atropello sin precedente" que supone un "gran perjuicio" tanto al equipo como al jugador. Por ello, tras ser denegadas las cautelares por el Comité de Apelación y TAD, desde la entidad se confirmó que emprenderán medidas legales. Fuentes del fútbol sala coinciden en la sorpresa porque la sanción deportiva acometida parte de una sanción administrativa.
El propio Pol Pacheco explicó los hechos para evitar cualquier duda. Por medio de una extensa carta, el jugador de El Pozo Murcia ha subrayado que ya saldó todas sus deudas hace unos días y que, por ello, no comprende la sanción de la RFEF. "La realidad de la situación y lo realmente sorprendente es que habiendo hecho efectivo el pago de la demanda impuesta, se me aplique una sanción de esta magnitud, tratándome como un auténtico delincuente e impidiéndome ejercer mi profesión", esgrime en dicha carta.
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