Gerard Piqué era, es y será siempre una institución en el FC Barcelona, aunque se empeñe en demostrarlo cada año tanto dentro como fuera del campo. Puede ser el hombre que tiene la capacidad para desquiciar a cualquier rival por sus habilidades futbolísticas y por su labia tanto escribiendo como hablando. Pero, por encima de todo, es un hombre de club que ha conseguido lo que parecía que el Barça tendría que sangrar: la inscripción de los fichajes.
Después de decir adiós a Leo Messi, los jugadores valoraron de verdad que la situación económica del club es completamente catastrófica y que de ellos dependía que la entidad pueda seguir siendo viable. Podían no entender que el equipo rechazara el dinero de 'LaLiga Impulso', unas cifras que servirían para inscribir a los jugadores pero que hipotecaban al Barça durante 50 años. Es por lo que han inferido que todo estaba en su mano.
El segundo capitán del Barça, el hombre llamado a ser algún día el presidente del club, vuelve a demostrar su compromiso con la entidad rebajándose de forma importante su salario renunciando a él, no aplazando el pago como había hecho hasta ahora. Este sábado el Barcelona ha anunciado este acuerdo que permitirá inscribir a Memphis Depay, Eric García y Rey Manaj. Habrá que llegar a un apretón de manos con Jordi Alba y Sergio Busquets para que 'Kun' Agüero pueda jugar esta temporada.
Finalmente, el Barça ha conseguido uno de los propósitos que ha estado persiguiendo durante todo el verano y que se habían complicado sobremanera en los últimos. Pero no es un movimiento en balde y de cara a la galería. Es una piedra más para el futuro que está consolidando el central. Cuando termine su contrato, sus habilidades empresariales le llevarán poco a poco a aspirar a una presidencia que parece con todas las letras preparada para el culé.
Lo tiene claro
No lo ha dicho solo una vez, si no que es una constante prácticamente en cada una de las entrevistas que da. Gerard Piqué quiere ser presidente del Barça en algún momento de su vida. En 2020 renovaba y ampliaba su carrera deportiva tres años más, el mismo tiempo que reconocía recientemente que aún le quedaba en el mundo del fútbol. Es uno de los jugadores más excéntricos del club y lo demuestra cada vez que tiene oportunidad.
Es una figura tanto deportiva como política que se adaptaría al puesto de líder club como un calcetín a un pie. "Soy muy muy culé y me gustaría ayudar al club de mis amores. Eso se hace estando muy preparado para ejercer este cargo si creo que puedo aportar cosas. Es algo que siempre he querido", explicaba recientemente en una entrevista en Radio MARCA.
Quiere que todo el mundo sepa sus intenciones y es por lo que en 2017, durante la gira del equipo por Japón, lo dejó claro: "No estoy hecho para ser entrenador. Quiero ser presidente del Barcelona, ese es mi sueño. Cuando me retire me gustaría hacer lo que estuviese en mi mano por el club que amo". "Sí, es cierto, me gustaría ser presidente del Barça. Es el paso que me gustaría dar una vez me retire", le decía a Jordi Basté en TV3 en 2016.
Ya hace sus pinitos
Piqué es una pieza importante ya en los despachos. Lo demostró en marzo de este año cuando RAC1 desvelaba que se reunió junto a Aleksander Ceferin y Joan Laporta en Barcelona para hablar sobre el proyecto de la Superliga. También será vital su posición como renovar el contrato de patrocinio con RAKUTEN. Kosmos, la empresa de uno de los capitanes del Barça, y la plataforma audiovisual son uña y carne; van de la mano en la Copa Davis, por poner un ejemplo.
Sus primeros pinitos los está haciendo con su Andorra. Piqué se ha encargado también de blindar el club de Primera RFEF que se ha convertido en un atractivo para patrocinadores. Detrás de esta entidad está MoraBanc. Piqué ha hecho del Principado su centro de operaciones y, además de la inversión futbolística, ha comprado un hotel en la localidad de Les Escaldes. Desde allí también gestiona esa Copa Davis que muchos alaban.
Algunos ya decían durante la etapa de Bartomeu que Piqué era más presidente que el investigado por el caso 'Barçagate'. El catalán sigue construyendo su trono que algún día le servirá para dirigir el club de sus amores. Desde que su abuelo le insufló esos 'valors' culés que Amador Bernabéu demostraba desde que fue directivo de la entidad en la etapa de Josep Lluis Núñez, parece que Gerard estaba destinado a ser presidente. Este sábado ha ganado más puntos para serlo.
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