El 27 de octubre de 2020, Josep Maria Bartomeu y su Junta Directiva dimitieron de sus cargos en el FC Barcelona. Entró así el club blaugrana en una etapa entre las dudas institucionales y la incertidumbre respecto al futuro de Leo Messi. Después, ya entrado 2021, Joan Laporta se hizo con la presidencia, pero esto no acabó con el incendio en Can Barça. Doce meses después, el 27 de octubre de 2021, la crisis de resultados provocó la destitución de Ronald Koeman como entrenador culé.
El Barcelona marcha en novena posición de la clasificación de La Liga. Con un partido menos y después de haber disputado diez encuentros del campeonato doméstico, el conjunto azulgrana suma 15 puntos de los 30 que podía acumular a estas alturas de la campaña. En la Champions League las cosas no van mucho mejor. Una victoria y dos derrotas, y un pase a octavos de la máxima competición continental en peligro.
La crisis deportiva se une a la institucional y financiera. Las cosas no marchan bien por la Ciudad Condal. Ni la llegada a la presidencia de Laporta logró calmar las aguas. En especial, por la confirmación de la salida de Messi del club. El Barcelona y su presidente están contra las cuerdas. La herencia de Bartomeu fue catastrófica y lejos de remontar el vuelo, el Barça se hunde todavía más.
Números rojos
Laporta fue el candidato a la presidencia al que se vio como un particular salvador para la situación que reinaba en Can Barça. Más de medio año después, 'Jan' no ha encontrado las soluciones que todos esperaban. Y es que el escenario en el que se mueve el club catalán es muy complicado después de confirmarse el estado de las cuentas de la institución.
Las pérdidas del Barcelona rondan los 500 millones de euros. Unos registros que doblan los que estaban previstos por Bartomeu y su Junta, pero que han sido ya confirmados por LaLiga. La mala gestión y la ausencia de soluciones para revertir la situación han dejado al club con un límite salarial de 97 para la actual temporada. Algo nunca visto en la nueva era del fútbol.
En concreto, las pérdidas del Barça son de 481 millones de euros después de haber tenido gastos por valor de 1.136 'kilos', mientras que los ingresos han quedado reducidos a solo 631 millones de euros. Insostenible. En estos momentos, la deuda neta del Barcelona se sitúa en los 680 millones, mientras que la deuda bancaria es de 533, un importe que responde a las diferentes emisiones de deuda a largo plazo que tenía el club a 30 de junio, así como al préstamo para la financiación del Espai Barça y otras inversiones extraordinarias.
El club azulgrana vive su 'nueva normalidad' a la expectativa de generar nuevas fuentes de ingresos, además de la negociación de contratos de patrocinio que pueden ir haciendo que se salga del túnel. Una ayuda extra es el regreso de los aficionados al Camp Nou, aunque tampoco esto está resultando como lo esperado, ya que exceptuando El Clásico, el aforo resulta cada vez más decepcionante.
Sin ilusión
El público todavía no acaba de llenar el Camp Nou y eso puede ser una consecuencia de la falta de ilusión. El Barça quiere que llegue Xavi Hernández al banquillo como reclamo, pero lo cierto es que desde la salida de Leo Messi nada ha vuelto a ser lo mismo. Porque aunque Ansu Fati es el futuro, no se le puede poner en la mochila todo el peso de hacer lo mismo que todo un seis veces Balón de Oro.
Aunque lo cierto es que el Barcelona no solo ha perdido a Messi. Tampoco está un Griezmann que no acabó de cuajar como blaugrana, así como otros como Luis Suárez o Neymar han ido abandonando la Ciudad Condal en los últimos años. La falta de estrellas es algo que pesa en la balanza. Solo hace falta ver cómo resuena el estadio cuando calienta Agüero en la banda o toca el balón. ¡Kun, Kun, Kun! se escucha por todo el campo.
Otros como Memphis Depay también se vieron como los encargados de llenar el gran vacío que dejó la 'Pulga' y aunque no lo está haciendo mal... las comparaciones son odios. El Barcelona ha pasado de tener la envidiada MSN en todo el mundo a un ataque que deja muchas dudas. Una pescadilla que se muerde la cola. Falta de estrellas es igual a menos interés de los aficionados, estos no van al campo y las arcas lo notan.
Aunque Laporta, ante los medios de comunicación, ha querido mandar un mensaje de optimismo con lo que hay: "Esta plantilla, con los lesionados recuperados, te puede dar los resultados que buscamos. No hay nada claro". El propio presidente ha acabado de hacer autocrítica, porque tal vez tenía que haber tomado decisiones antes. Lo que no puede ocultar es que la crisis es una realidad y que él es uno de los principales señalados.
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