El mensaje que se traslada desde la COP-26 que se celebra en Glasgow es tajante: hay que tomar medidas contra el cambio climático y controlar las emisiones contaminantes. Un escenario que auguran complicado que únicamente se puede frenar a través de las medidas de los respectivos gobiernos, pero que también puede contar con el impulso de sectores como el deportivo.
El mundo del deporte ya ha realizado alguna que otra campaña en los últimos tiempos con el objetivo de minimizar el impacto sobre el medioambiente. Sin embargo, aún se esperan innovaciones mucho mayores que puedan marcar un antes y un después y que influyan directamente en el objetivo a lograr. Así, ligas, organizaciones e instituciones tienen en su mano un cambio que puede ir acompañado de la presión o no de los aficionados.
Por ejemplo, poniendo el foco en España, la llegada de los fondos europeos permitirá esa renovación de las instalaciones deportivas con el objetivo de cumplir el plan de transición ecológica. Según los datos aportados por el Gobierno, de los 300 millones de euros destinados al deporte que se recibirán de Bruselas, cerca de 150 irán a parar a la renovación de las instalaciones deportivas para reducir su impacto negativo en el medioambiente. Recientemente se han aprobado el reparto de los primeros 49 millones para las Comunidades Autónomas, que tendrán fondos para destinar tanto a los Centros de Alto Rendimiento como a otro tipo de instalaciones dependientes.
De igual manera, uno de los grandes eventos será el de los Juegos Olímpicos de París 2024. La organización ya espera que sean un antes y un después en cuanto a la sostenibilidad en la organización de competiciones de élite.
Cambios en el mundo del motor
La Fórmula 1 es una de las principales competiciones que espera dar un paso hacia la sostenibilidad medioambiental mediante importantes cambios en su normativa. La apertura del calendario para realizar cambios en los motores a partir de 2023 puede ir acompañada, o al menos así lo dejaron entrever en la dirección de la organización, de un cambio en las normas de los combustibles. Estos pasarán a ser combustibles ecológicos, lo que reduciría considerablemente el impacto contaminante de los diferentes Grandes Premios.
A largo plazo ya se sabe que en 2030 los monoplazas no podrán emitir ya carbono, mientras que para 2025 también se fijó el objetivo de eliminar todo tipo de plásticos de los Grandes Premios. Antes, en 2023, podría llegar esa modificación en cuanto a los combustibles empleados. En un primer momento se habló de 2021, pero con la llegada de la Covid-19 y los diferentes cambios en el calendario de la competición, todos los ojos están puestos en 2023 como posible llegada de esa innovación. Estos meses, por ejemplo, ya se ha ido incorporando el combustible sintético con la meta de que en 2025 pueda haber un 100% de su uso en todas las escuderías.
La Fórmula 1, referencia en cuanto a volumen de negocio e impacto entre los aficionados, no es la única que seguirá este camino. El sector de MotoGP también prevé realizar algunas adaptaciones para controlar su contaminación y, según han explicado en diversas ocasiones, alcanzar la sostenibilidad en todas sus categorías.
"Todas las partes coinciden en la importancia de la sostenibilidad tanto dentro del Campeonato como en todo el mundo, y están diseñando un camino para hacer que todas las categorías sean más eco-friendly, con especial atención a los combustibles más sostenibles", subrayaron en un comunicado emitido antes de verano.
El ejemplo del Santiago Bernabéu
El Real Madrid quiere convertir su nuevo estadio en toda una referencia mundial. Así se presentó desde un primer momento tanto por su diseño como por las innovaciones tecnológicas que incluirá el nuevo Santiago Bernabéu. El proyecto dará cabida a un césped retráctil que permitirá cambiar el 'verde' por otro tipo de parqué cuando sea necesario o un videomarcador 360 que aún no se ve en las instalaciones deportivas de élite en Europa.
Sin embargo, también su perspectiva 'verde' dará al Santiago Bernabéu un aspecto más moderno y compatible con la responsabilidad medioambiental. El objetivo no es otro que reducir notablemente la contaminación acústica, lumínica y energética. Todo un cambio que beneficiará a los vecinos y al propio Real Madrid en lo que respecta al ahorro a corto y largo plazo.
El principal cambio a simple vista es el del exterior del estadio. La estructura cambiará por completo con una cubierta retráctil que ayudará a mantener el ruido del estadio en el interior, reduciendo así la contaminación acústica. Igualmente, los diferentes pisos subterráneos que se están elaborando darán pie a que muchos trabajos se realicen ahí y no el en exterior, minimizando así las molestias.
También se espera que haya menor contaminación lumínica gracias a ese aspecto interior que dará una 'piel' diferente al Santiago Bernabéu. Y es justo aquí donde surge la opción de mejorar energéticamente con la instalación de paneles solares que ayuden a minimizar considerablemente el gasto de los radiadores infrarrojos que hay instalados, así como la regulación de la temperatura que ayudará a un mejor condicionamiento en el interior.
Un proyecto que en apenas un par de años estará completamente finalizado y que servirá como referencia a otras entidades. Por ejemplo, el FC Barcelona también espera que su nuevo Espai Barça cumpla con algunas medidas de reducción contaminante. El conjunto presidido por Joan Laporta, en una de sus primeras reuniones con el Ayuntamiento de Barcelona, explicó un aumento del presupuesto del proyecto debido a ciertos cambios que buscaban, entre otras cosas, "más sostenible y tecnológico".
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