Quizá pasó desapercibido en España, pero en el fútbol italiano no se habla estos días de otra cosa que no sea la durísima lesión que sufrió Victor Osimhen, jugador del Nápoles, el pasado domingo. En la derrota del club napolitano, líder de la Serie A junto al Milan, contra el Inter de Milán, el nigeriano acabó con la cara destrozada tras un choque de cabezas con el defensor Milan Skriniar.
Los resultados sobre el alcance de los daños sufridos por Osimhen son terroríficos. Sufre una fractura múltiple en la órbita del ojo y en el pómulo izquierdo. Las consecuencias le han llevado a ser operado de urgencia en Nápoles y el tiempo de baja que se estima es de 90 días.
Ha hablado Gianpaolo Tartaro, el cirujano que operó a Osimhen, y ha explicado lo delicado que es el caso del delantero y el increíble estado en el que le dejó el golpe: "Tenía una veintena de fracturas, era como si su cabeza hubiese acabado debajo de una prensa", dice en Calciomercato.it. Y añade: "Hicieron falta tres horas, tuvimos que cortarle en tres puntos de la cara".
Insiste en que hay que esperar tres meses para verle de vuelta. De hecho, descarta que inmediatamente pueda volver a jugar con una máscara: "Hay que estudiar una (máscara) especial para su caso. No es algo banal: hay un nervio allí, es todo muy difícil". "Veremos como evoluciona su situación. Lo que está seguro es que no irá a la Copa de África. El ojo salió de su órbita, hay que ir con pies de plomo...", señala.
6 placas y 18 tornillos
En declaraciones para Il Corriere dello Sport, el mismo cirujano es más descriptivo con su caso: "No es para nada simple, de hecho muy delicado por el aplastamiento de la órbita, por el rizado del hueso malar, prácticamente destrozado. Las diversas fracturas, no solo la del pómulo, obviamente representaron complicaciones y fue necesario insertar seis placas y 18 tornillos. Para dar una idea, es como si Osimhen él mismo hubiera sido un coche, deformado en su apariencia. Su cuerpo, su rostro, han salido abrumados por el impacto con Skriniar. Victor tiene que tener mucho cuidado porque si hay algún problema debe volver al quirófano. Osimhen se quedó en la clínica y los tres meses que nos hemos reservado son concretos".
Para Tartaro, que operó a Osimhen en la clínica Ruesch de Nápoles, fue una de las operaciones "más difíciles" de su trayectoria profesional. No en vano, como comenta, durante casi cinco horas tuvo que colocarle seis placas y 18 tornillos de titano en el rostro al jugador para subrir sus múltiples fracturas.
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