Hace pocos días que se cumplió el primer aniversario de la muerte de Diego Armando Maradona pero este 1 de diciembre se cumple otra fecha especial en la vida del astro argentino. Hace ahora veinte años de uno de los partidos de fútbol más especiales que disputó el '10'.
El encuentro se disputó en La Catedral, la cárcel privada construida y gestionada por el cártel de Medellín para que Pablo Escobar y sus hombres cumplieran con la condena impuesta por el Gobierno de Colombia tras un 'alto el fuego' pactado en 1991. Del momento no existen pruebas fotográficas ni audiovisuales tan sólo el testimonio del propio Maradona durante una entrevista concedida en el año 2014.
Tampoco la fecha del encuentro es demasiado creíble aunque se calcula que fue en los primeros días del mes de diciembre coincidiendo con las celebraciones en honor del cumpleaños (1 de diciembre) del patrón Pablo Escobar.
A finales del año 1991, Diego Armando Maradona estaba cumpliendo una sanción de 15 meses sin poder jugar al fútbol por haber dado positivo en cocaína en un control antidopaje tras un partido con el Nápoles. El astro del fútbol mundial había trasladado su residencia a Argentina, en donde tuvo otro incidente con las autoridades: en un registro policial de su domicilio fueron encontradas drogas.
Maradona fue puesto en libertad tras el pago de 20.000 pesos en concepto de fianza y finalmente tuvo que someterse a un tratamiento de rehabilitación impuesto por la justicia. Pese a ello, el futbolista siguió teniendo un contacto bastante cercano con el mundo de las drogas. Tanto es así que en diciembre de ese mismo año recibió Guillermo Coppola, una de las personas más cercanas al astro argentino durante toda su carrera, le propuso viajar a Colombia para jugar un partido amistoso un tanto especial.
No era la primera visita fuera de lo futbolístico de Maradona a Colombia. Antes de ser un gran ídolo de masas, cuando aún era un niño que comenzaba a destacar en Argentinos , fue invitado por Miguel Rodríguez Orejuela, cofundador del de Cali junto con su hermano Gilberto, a su casa. Tras una comida en donde conocieron al joven talento argentino, el narcotraficante le hizo una gran oferta para que vistiera la camiseta del América, oferta que finalmente acabaría superando el FC Barcelona logrando su fichaje en 1982.
El viaje a Medellín
Según explicó en 2014 el propio Maradona, Guillermo Coppola le informó de la propuesta que había recibido "una persona muy importante de Colombia quería pagarme una enorme cifra por jugar un partido amistoso con algunos futbolistas como René Higuita". Algo no muy extraño ya que 'El Pelusa' había disputado algunos amistosos durante su periodo de sanción en Argentina.
Lo que parece ser cierto es que Maradona no descubrió quién era el anfitrión hasta que lo tuvo enfrente. "Cuando fui a Medellín y me llevaron a una cárcel rodeada por miles de militares dije: '¿Qué mierda pasa, ¿me van a meter preso?'". Diego estaba, sin saberlo en La Catedral, una de las cárceles más particulares del mundo dado que era el propio cártel de Medellín, dirigido por Pablo Escobar, el que se encargaba de gestionarla y mantener 'presos' a su patrón y sus miembros retenidos por el Gobierno de Colombia.
"Cuando entré a ese lugar parecía un hotel de lujo de Dubái, ahí me lo presentaron, me dijeron: 'Diego, él es el patrón'. Lo saludé y el tipo muy respetuoso, bastante frío, pero demostró amabilidad conmigo. Pero como yo de noticias y tele nada, no sabía muy bien quien era", explicó el futbolista sobre su primer cara a cara con Pablo Escobar.
Fútbol y fiesta
La visita de Diego Armando Maradona y de otros futbolistas, entre los que no se ha desvelado nunca la lista completa, fue aprovechada por Escobar para celebrar una fiesta por todo lo alto para él y el resto de presos en La Catedral.
El plato fuerte de la fiesta fue el partido que futbolistas y miembros del cártel disputaron en el campo de fútbol dentro de la cárcel. Se desconoce cuál fue el resultado final, pero los relatos sobre aquel encuentro aseguran que Maradona y Pablo Escobar se enfrentaron ocupando el puesto de delantero en ambos equipos y que gran capo de la droga logró hacer varios goles.
Tras el encuentro comenzó una fiesta amenizada por músicos nacionales y a la cual asistieron reinas y presentadoras de la televisión colombiana. "En esa cárcel extravagante estuve rodeado de las mujeres más lindas que vi en mi vida". La droga y el alcohol abundaban en la prisión.
Maradona abandonó La Catedral a la mañana siguiente no sin antes saludar al anfitrión Pablo Escobar, un hombre "frío y amable", según las palabras del argentino, que le esbozó una sonrisa y le dio un fajo de billetes en su despedida.
"Me hizo pasar a una especie de oficina donde me dijo que admiraba mi fútbol, y que se sentía identificado por mí, porque al igual que yo, él salió de la pobreza para triunfar", tal y como relató Maradona. Como colofón al encuentro, y según cuentan algunos testigos de aquello, Escobar le habría propuesto al argentino fichar por el Deportivo Independiente Medellín, pero la sanción, aún vigente lo hizo imposible y tras esta Maradona se decantó por el Sevilla que en aquel entonces entrenaba Carlos Bilardo.
¿Admiración mutua?
Tiempo después, el astro del fútbol mundial reconocía que le sorprendió ver por la televisión al mismo millonario excéntrico que le había hecho de anfitrión en aquella particular cárcel colombiana siendo bajado del techo de una casa en Medellín con la palidez propia de los muertos. Aquellas imágenes a las que se refería Maradona fueron las del levantamiento del cadáver de Escobar tras morir en una persecución policial el 2 de diciembre de 1993.
Pese a que siempre fue ambiguo sobre aquel encuentro, Maradona siempre habló bien de Pablo Escobar. "Pagaba a los campesinos para que le dieran la pasta de coca, pagaba a otros campesinos para que en sus laboratorios hicieran cocaína, y pagaba a los pilotos para que la llevaran a Estados Unidos. En fin, el tipo fabricaba un producto clandestinamente y lo vendía a gente que lo quería, él no los obligaba a nada, además que no le robaba a nadie, en cambio los políticos son elegidos y roban la plata del pueblo, que viene hasta de los impuestos que se le cobra a una mamá cuando compra leche para sus hijos. Entonces, ¿cuál está éticamente peor?", llegó a asegurar el '10' sobre el papel del capo de la droga.
Maradona llegó a justificar incluso el movimiento armado que Escobar emprendió: "Estaba en guerra contra el Estado por un motivo nacionalista, que no se extraditaran ciudadanos colombianos a EE. UU., o sea, que el país no se bajara los pantalones, y en una guerra muere gente", explicaba el argentino.
Pese a todo lo descrito, años más tarde de relatar su encuentro, Maradona negó que tal acontecimiento existiera e incluso rechazó la figura del jefe del cártel de Medellín. "No conocí a Pablo Escobar, te lo juro por mi viejita que está en el cielo. Lo que hacía era horroroso", aseguró en una entrevista para TyC Sports en 2019.
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