La estrategia cortoplacista del Barcelona: inscribe a Ferran, pero se queda sin margen para más fichajes
Joan Laporta y Mateu Alemany han hecho encaje de bolillos. Este verano necesitarán más salidas si quieren hacer grandes fichajes como Erling Haaland.
11 enero, 2022 06:00Noticias relacionadas
Celebrar la renovación de Samuel Umtiti sería, en cualquier otro equipo, una herejía. El FC Barcelona ha dejado este lunes esa imagen. El equipo, de capa caída en lo deportivo, en lo económico y en lo social, ha podido así inscribir a Ferran Torres, el primer gran fichaje de Joan Laporta, ya que el resto había sido a coste cero o con cesiones. La segunda etapa del presidente culé sigue dejando más oscuros que claros, mientras él vende un proyecto con aires de grandeza.
La postura de Laporta es lógica. En un momento de crisis, lo que menos necesita una afición a la que tienes que reenganchar. El varapalo de los abonos al principio de la temporada, a pesar de contar con un amplio apoyo de la masa social, circunscribía que el momento anímico era muy duro. Dejar en la estacada la renovación del mejor jugador de tu historia tenía consecuencias. Viendo estas renovaciones, el aficionado se sigue preguntando si no se podía renovar a Leo Messi.
Pero Laporta ya está sin margen para liberar masa salarial. Todo tendrá que llegar a través de ventas y finales de contratos. Aunque hay situaciones como las de Sergi Roberto que siguen estancadas, la circunstancia que más preocupa es la de Ousmane Dembélé. El francés rechazó la oferta de renovación y todo apunta a que saldrá de la entidad. Aún quedan seis meses para negociar y Xavi parece que va a seguir contando con él. Todavía tiene una propuesta encima de la mesa.
Si sale, en verano el Barça contará con varios millones libres, pero no será suficiente. Necesita los nuevos acuerdos de patrocinio y otros ingresos para que puedan llegar otros jugadores que cambien la situación deportiva. El encaje de bolillos para conseguir que Ferran sea jugador de la primera plantilla ha sido de locura. Mateu Alemany ha trabajado día y noche para conseguir que Xavi pueda tener a su disposición al jugador. Conseguir eso mismo con Erling Haaland parece imposible.
La promesa
"Hemos vuelto", espetaba un Joan Laporta triunfante durante la presentación de Ferran Torres cuando contestaba una pregunta sobre el jugador noruego. El presidente anunciaba de esta manera su intención firme de ir este verano a por el delantero. No sabe cómo, pero se ve con la capacidad necesaria para conseguirlo. Mino Raiola también ha admitido que es uno de los clubes en los que puede acabar su representado. Pero las pretensiones son muy altas.
El equipo que se quiera hacer con el noruego tendrá que tener a su disposición 300 millones de euros. Unos números que resumió L'Equipe a partir de los 75 millones de su traspaso, 20 millones de comisión para Raiola y el padre de Haaland y el sueldo del jugador que será de entre 30-35 millones brutos por temporada. Entre enero y febrero deberá anunciar, al menos en petit comité, si decide salir ya del Borussia Dortmund o esperar, una opción que tampoco se descarta. El Real Madrid está en la pole position.
Pero no es el único jugador en cartera para Laporta. Varios hombres que quedan libres este verano, pero que buscan suculentos contratos, como Antonio Rudiger o César Azpilicueta y otros que interesan incluso para este invierno como Álvaro Morata o Anthony Martial están entre ceja y ceja para la dirección deportiva. Todo ello con el límite salarial otra vez tocando su techo tras la última inscripción. Las cifras no cuadran.
Sin más favores
Lo que hizo Gerard Piqué no lo volverá a hacer ningún otro jugador de la plantilla. El central hacía público la semana pasada lo que cobraba y la realidad es que ha bajado sus pretensiones económicas lo máximo que podía. Perdonar las cantidades que han dejado de ganar tanto él, como Sergio Busquets o Jordi Alba, no es una baza a la que pueda recurrir Laporta. Si quiere fichar, necesita nuevos ingresos en un año en el que, precisamente, finaliza su vinculación con el patrocinador principal.
Uno de los problemas que tiene el Barça en estos momentos, y que peor solución tiene, es que su crisis a nivel de club y a nivel de equipo han convertido a la institución en un ente sin poder de atracción para las grandes marcas. Sin grandes patrocinadores que aporten capital y que incluso se ilusionen para adentrarse a la aventura de una financiación de deuda es todavía más complicado salir de este bache.
En aquellos años de bonanza, el Barça establecía sus ingresos publicitarios por encima de los 300 millones de euros tras el acuerdo firmado con la marca RAKUTEN, con la que también le ayudó Piqué a la anterior directiva. Ni Nike, la marca de ropa que les viste, ni el gigante audiovisual asiático, ni Beko, una fuente de ingresos que llegaba a través de la manga de la camiseta y la ropa de entrenamiento, alcanzan esas cantidades.
Por el momento, el Barça se encuentra en plena subasta para ese hueco de patrocinador principal. Para ello, el Barça ya ha rechazado dos ofertas, una llegada desde la India de una empresa de educación online y la otra de criptomonedas. Siguen las negociaciones con ambas, pero sobre la mesa también hay una oferta llegada desde un fondo de inversión procedente del gobierno de Arabia Saudí por valor de 100 millones de euros.
La cuestión de los valores se pondrá otra vez encima de la mesa de debate en el Barça. Ya han acudido a este país para jugar amistosos y recaudar dinero. La firma de más estrellas pesa en la balanza para la nueva directiva, pero la historia del club, que tiene entre manos la renovación del Camp Nou con el Espai Barça también, debería de pesar más. El Barça gestiona grandes cantidades de dinero, tanto de deuda como de préstamos. Necesita empezar a tener líquido nuevo si quiere ser ese equipo fuerte en el mercado de fichajes.
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