La Premier League vive un momento delicado. La Covid-19 tuvo un fuerte impacto también en el mundo del deporte y, por supuesto, en el del fútbol. Finanzas tocadas desde los pequeños clubes hasta los más grandes colosos del Viejo Continente. Y sin haberse recuperado todavía llega la guerra abierta por Rusia contra Ucrania que también está dejando sus particulares consecuencias en la liga inglesa.
Esas consecuencias ya se han dejado notar en equipos como el Chelsea, en el que el multimillonario Roman Abramovich ha cedido la administración del club londinense. Y no es un caso aislado en la Premier League. La Unión Europea ha congelado los activos a Alisher Usmanov, magnate ruso que tiene contratos que le unen con el Everton Football Club.
Además de estos, el Manchester United ha decidido romper el contrato con la aerolínea rusa Aeroflot. Un acuerdo que ascendía hasta los 40 millones de libras esterlinas (alrededor de 48 millones de euros). El lazo entre los diablos rojos y la compañía databa del año 2013. Este fue renovado en 2017 y todo acabará ahora, en 2022, por el conflicto bélico.
Caso Chelsea
Con la invasión de Ucrania por parte de Rusia y con los primeros bombardeos, que no tardaron en dar la vuelta al mundo, también los cimientos del deporte comenzaron a tambalearse. Las miradas se fueron posando en algunos ilustres nombres de diferentes disciplinas. Uno de los más mediáticos, el del dueño del Chelsea: Roman Abramovich.
El multimillonario tuvo que decir adiós al club de Londres. Después se conoció su papel como mediador en el conflicto entre ambos países. Pero esto es otra historia. Abramovich tenía que dar un paso a un lado y así lo acabó haciendo. Pagó demasiado caro el magnate sus vínculos con Putin.
El propio Roman Abramovich emitió un comunicado para anunciar su decisión: "Durante mis casi 20 años como propietario del Chelsea FC, siempre he visto mi papel como custodio del club, cuyo trabajo es garantizar que tengamos el mayor éxito posible hoy, así como construir para el futuro, al mismo tiempo que jugando un papel positivo en nuestras comunidades".
"Siempre he tomado decisiones pensando en el mejor interés del club. Sigo comprometido con estos valores. Es por eso por lo que doy a los responsables de la fundación benéfica del Chelsea la administración y el cuidado del Chelsea FC. Creo que actualmente están en la mejor posición para velar por los intereses del club, los jugadores, el cuerpo técnico y la afición", sentenció el ruso en su nota.
Estos responsables de la fundación del Chelsea son el presidente Bruce Buck, la gerente de la sección femenina Emma Hayes, John Devine, Sir Hugh Robertson, Paul Ramos y Piara Powar. Sin embargo, tal y como publica The Telegraph, el plan inicial de Roman Abramovich podría sufrir un nuevo golpe. Y todo porque algunos de los fideicomisarios pueden acabar renunciando a su puesto tras todo lo sucedido.
Se espera que se produzcan nuevas reuniones entre ese selecto grupo de seis que ahora manda en el Chelsea. Y es que alguno puede que no siga en su cargo pasados los próximos días. De hecho, en el medio citado anteriormente se afirma que dos de los seis ya han "expresado su preocupación en privado en medio de sugerencias de que se verán comprometidos".
Caso Everton
El otro caso llamativo en cuanto al conflicto y los clubes de la Premier League es el que protagoniza el Everton. Alisher Usmanov es un multimillonario ruso que tiene entre sus propiedades a USM Holding. Esta empresa patrocina el campo de enfrentamiento de los toffees.
La Unión Europea ha congelado los activos a Usmanov. "Alisher Usmanov es un oligarca pro-Kremlin con vínculos particularmente estrechos con el presidente ruso Vladimir Putin. Apoyó activamente material o financieramente a los tomadores de decisiones rusos responsables de la anexión de Crimea y la desestabilización de Ucrania", se confirma en la declaración del Consejo de la UE.
Si USM Holdings es una de las propiedades de Alisher Usmanov, el presidente de dicha compañía es Farhad Moshiri. Precisamente, el propietario del club de Goodison Park. Todavía se desconocen cuáles serán las sanciones y cómo podrían afectar estas al Everton. Por el momento, el círculo de Usmanov se afilia a la 'ley del silencio', tal y como confirmó la BBC.
Pérdidas por la Covid
De las consecuencias de la guerra de Ucrania a la pandemia que durante los dos últimos años ha dejado asolado al planeta. En lo que se refiere a la Premier League, el coronavirus ha supuesto un duro golpe para las arcas de los clubes de fútbol. En lo que se refiere a los equipos europeos, un informe de la UEFA (el European Club Footballing Landscape) ha confirmado que se han reducido los ingresos hasta en 7000 millones de euros.
Eso sí, los pronósticos eran todavía peores hace tan solo un año. El regreso de los aficionados a los estadios, así como el aumento en patrocinios y la vuelta a la normalidad en cuanto a los ingresos por los derechos televisivos se refiere ha paliado los malos presagios respecto a la entrada de dinero en los diferentes clubes de Europa.
Las previsiones señalan que las finanzas seguirán viéndose resentidas en este 2022 porque la Covid-19 continúa entre nosotros. La última ola, protagonizada por Ómicron, no hace más que confirmar esto. Ante la incertidumbre sobre la aparición de nuevas variantes y sus consecuencias, los clubes de fútbol siguen haciendo números para cuadrar sus cuentas.
Bien es cierto que han aumentado los porcentajes, en general, de los derechos de la televisión respecto al año 2019. También los porcentajes de pago de la UEFA en concepto, por ejemplo, de merchandising. Pero los ingresos en las grandes ligas han descendido. La Liga y la Bundesliga han visto descendidos sus ingresos en menor porcentaje. Estando en el otro polo la Serie A, la Ligue-1 y la Turkish SuperLig.
Este es el panorama general y en Inglaterra no se salvan de ello. El Arsenal es buen ejemplo de lo que ha sucedido en la Premier. Se ha confirmado unas pérdidas de récord. 107,3 millones de libras esterlinas (más de 128 millones de euros). Esto es más del doble del déficit del anterior ejercicio.
Desglosado: cada partido que el equipo de Mikel Arteta jugó con el Emirates Stadium sin público supuso un coste para los gunners de 3 millones de libras. Es decir, de unos ingresos de 79 'kilos' a 3,9 millones. Además, también hay que contar con el pago adicional de casi 7 millones de libras por el personal despedido en pandemia. Así el Arsenal vio frenada su marca de 18 años con ganancias.
Las consecuencias de esto son que el Arsenal incrementará un 4 por ciento el precio de las entradas. Esto no deja de ser llamativo. Y es que es la primera vez que pasa algo así en las últimas siete temporadas. Por supuesto, esta medida no ha sentado nada bien a los aficionados del equipo londinense. Los cuales ya han protestado públicamente.
"El desafío financiero sigue siendo significativo, pero el club continúa contando con el apoyo inquebrantable de su propiedad KSE", explican desde el Arsenal en un comunicado oficial. Ya saben que seguirán en números rojos durante el próximo año. Pero es una crisis que en mayor o menor medida afecta a todos.
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