El Barça está pendiente de lo que pueda suceder en el mercado británico y en especial en el Chelsea. Los londinenses tienen todavía por solventar la situación en la que quedará su defensa. Consiguieron renovar ya a Thiago Silva, pero ya se ha consumado la pérdida de un puntal como Christensen. Precisamente al Barça. Y otro tema por resolver será el de Antonio Rudiger, que cada vez está más fuera que dentro.
Pero al equipo que preside Joan Laporta le preocupa y mucho la situación de un César Azpilicueta al que ven un jugador fundamental para la próxima temporada. El español, actual capitán del Chelsea campeón de la Champions, serviría para ocupar un puesto en el lateral derecho, pero también de central. E incluso facilitaría la variante de jugar con tres defensas y dos carrileros para Xavi Hernández.
Desde hace ya varios meses, el FC Barcelona ha puesto en marcha su maquinaria para hacerse con los servicios del exjugador de Osasuna y que abandonó La Liga para crear un legado histórico en la Premier League. El entendimiento con el defensor y con su entorno es total. César quiere ir al Barça, ya que lo ve una buenísima opción para escribir el que pueda ser su último capítulo en la élite. Pero queda por resolver su situación contractual.
Azpilicueta termina contrato con el Chelsea este próximo 30 de junio. Sin embargo, el español tiene una cláusula que le aseguraba una renovación automática si disputaba un total de 30 partidos. Ya ha disputado 32 este curso, por lo que esa cláusula ya se ha hecho efectiva y César tiene garantizada su continuidad en Stamford Bridge.
En ese aspecto, el Barça ya no tendría nada que hacer porque tendría que entrar a negociar un traspaso con el Chelsea y el club azulgrana no está en disposición de ello económicamente. Además, Joan Laporta y su junta directiva quieren cerrar este tipo de fichajes antes de que termine la presente temporada. Durante el mes de junio lo más tardar. Y si Azpilicueta no queda libre, eso será prácticamente imposible.
Las vías para el fichaje
Ahora, César está en una situación complicada. A sus 33 años, quiere abandonar el equipo blue y para ello tendría que entablar conversaciones con el Chelsea. Ya ha mantenido alguna relación con la dirección, especialmente con el núcleo más cercano a Marina Granovskaia. Sin embargo, no quiere terminar su etapa en Londres de malas maneras después de haberse convertido en leyenda del club y en capitán y referente del vestuario. Por ello, la vía de la diplomacia también parece complicada de abrir.
El último camino para que se lleve a cabo el traspaso, o más bien la salida de Azpilicueta del Chelsea, tiene que ver con el actual boicot que está padeciendo el club por la presencia de la figura de Roman Abramovich, vinculado con el régimen de Vladímir Putin y que está padeciendo las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania.
El Chelsea, en caso de hacerse efectiva su sanción, no podrá realizar movimientos el próximo verano, como mínimo. Ni fichajes ni renovaciones. No podrá mover sus activos económicos y no podrá ni siquiera vender camisetas o entradas para no obtener ingresos. Un bloqueo total.
Por ello, a pesar de que la renovación de Azpilicueta sí se haría efectiva por esa cláusula de partidos, tendría que solicitar su salida y la invalidación de esa renovación a tenor de la sanción recibida. Eso también podría dejarle en una situación contraria con el club y con la afición. Pero ahora mismo, parece que es la única salida que existe para llegar al Barça.
Eso, o que la misma sanción no sea efectiva, que el Chelsea pueda fichar y que llegue a un acuerdo con 'Azpi' para dejarle salir. En cualquier caso, dependerá de esa decisión para poder concretar su futuro. Y en contra del Barça está que no podrán esperar tanto tiempo, ya que necesitan cerrar sus movimientos con premura.
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