La invasión de Rusia sobre Ucrania está movilizando a los aficionados ultras del fútbol ucraniano. Los grupos de derecha e izquierda se han unido y ahora son aliados con un único objetivo: la independencia de su país frente a la tiranía rusa. Sin partidos, que deberían de haber vuelto la semana pasada tras el parón invernal, y con los jugadores regresando a sus países de origen, huyendo o combatiendo, los seguidores radicales del Dinamo de Kiev viven una doble cruzada.
Según una información de Der Spiegel, se estima que más de 200 ultras del Dinamo han tomado las armas uniéndose al ejército. Los más llamativos son los 'White Boys', un grupo de derecha, racista y nacionalista. En las últimas semanas, alrededor de 100.000 personas se han sumado a la llamada, en la que los civiles aprenden a utilizar las armas. Desde el estallido de la guerra, hay incluso más voluntarios que quieren proteger a su país contra el ejército ruso. Los radicales no son menos.
En concreto, estos ultras no solo están luchando contra Rusia. También cargan con fiereza contra la propiedad del club y su propio entrenador. El presidente del club es Ihor Surkis, uno de los empresarios más importantes del país. Junto a su hermano, Hryhoriy, son dos personalidades trascendentales en el deporte ucraniano. Ambos abandonaron el país en cuanto se atisbó el estallido de la invasión. Además, Mircea Lucescu se ha mostrado en contra de las suspensiones contra los deportistas rusos.
En sus comunicados, los ultras del Dinamo sueñan con derrotar a Rusia y algún día volver al Estadio Nacional de Kiev para volver a ver a su equipo. Eso sí, tratarán de hacerlo en una Ucrania independiente y en la que los Surkis estén lejos de la entidad. Tampoco quieren a Lucescu como entrenador. "Esperamos que al menos hoy se abran los ojos de quienes no han apoyado nuestra posición", rezan en su última carta contra la propiedad.
Chicos blancos contra Putin
Que los 'White Boys Club' se llamen así no es casualidad. Ese "Blancos" no es por el color de la camiseta del dos veces campeón de la Copa de Europa. Son racistas. Eso sí, también son nacionalistas. La invasión de Rusia ha tocado la fibra de estos seguidores radicales que se han unido al ejército. Desde que el presidente ucraniano Volodimir Zelenski ordenó la movilización, los ciudadanos varones de entre 18 y 60 años no pueden salir del país. Pero no necesariamente tienen que tomar las armas.
Sin embargo, frente a la mayoría de los voluntarios que se han sumado a la defensa territorial, los ultras tienen una ventaja decisiva: muchos de ellos ya tienen experiencia en combate. Durante el Euromaidán, los ultras estuvieron al frente de las batallas con la unidad Berkut. Después del estallido del conflicto en el este de Ucrania hace ocho años, muchos de estos radicales se mudaron al Donbás para luchar contra los separatistas respaldados por Rusia.
Aunque en el pasado han protagonizado enfrentamientos contra otros ultras, hay unos que por ideología son radicalmente opuestos. Esos son los del Arsenal de Kiev. Sus ultras más reconocidos son los 'Hoods Hoods Klan'. Se considera que este es el único grupo de fanáticos abiertamente de izquierda en Ucrania. Pero sus miembros fueron tan activos en el Euromaidán, como en el Donbás o ahora durante la invasión. Codo a codo con radicales de derechas, comparten su nacionalismo ucraniano.
Los hermanos Surkis
Los hermanos Hryhoriy e Ihor Surkis ocupan la posición 18 en la lista de hombres más ricos de Ucrania. Ambos tienen en común la empresa Ukrenergoconsulting, una consultoría que proporcionar asistencia metodológica y práctica a las empresas de energía del país en todas las áreas para aumentar su rendimiento. Además, uno es miembro honorario de la UEFA y el otro es el presidente y propietario del Dinamo de Kiev. Este club es el que acabó con la hegemonía de los equipos moscovitas en la antigua liga soviética.
Ambos están asociados al Partido Socialdemócrata de Ucrania, ahora conocido como Ucrania Adelante. Esta entidad se considera como antinacionalista, está a favor de una solución pacífica al conflicto del Donbás y calificaron el Euromaidán como un "golpe de estado". Partiendo de esta base, se entiende su huida de Ucrania en cuanto comenzó la invasión en vez de sumarse como el resto del pueblo ha hecho a las armas. Esto puede suponer un antes y un después en el club.
Los ultras se están movilizando de forma que el sentimiento nacionalista ante la invasión de Rusia les pone en una posición favorable para el resto del mundo que rodea al Dinamo. La huida de la propiedad, el futuro incierto del país y la fama que se están ganando afectarán a lo que suceda con el club después de que se supere la gran crisis que vive el país. El fútbol puede caer en el poder de los ultras tras la invasión rusa sobre Ucrania.
[Más información: Bohdan Tsymbal, el icono de Ucrania ante la guerra: de los JJOO a proteger a su hijo de las bombas]