Tom Henning Ovrebo fue un árbitro europeo que quedó marcado para siempre por un gran partido. Fueron las semifinales de la Champions League del año 2009, cuando el Chelsea recibía en casa al FC Barcelona con la ambición de pasar a la gran final. Sin embargo, un gol de Andrés Iniesta en los últimos instantes de aquel partido terminó decantando la balanza en favor de los de Pep Guardiola, que empezaban su camino hasta el ansiado sextete.
Sin embargo, aquel choque no solo quedó marcado por el tanto del jugador español, si no también por un conjunto de decisiones arbitrales lideradas por el propio Ovrebo que llevaron la locura a los jugadores del Chelsea, especialmente a Didier Drogba y a Michael Ballack, los más expresivos en sus quejas y sus protestas.
El conjunto que entrenaba José Mourinho llegó a reclamar hasta cuatro penaltis que parecieron realmente claros en una noche que pasó a ser conocida como el escándalo de Stamford Bridge. Agarrones, zancadillas y unas manos clamorosas dentro del área que se fueron al limbo. Sin embargo, Ovrebo decidió no señalar ninguna pena máxima y los británicos quedaron eliminados. Poco después, el Barça jugó la final y levantó su tercera Champions en Roma tras vencer al Manchester United de Cristiano Ronaldo.
Ahora se cumplen 13 años de aquella noche y Ovrebo ha decidido romper su silencio para hacer dos grandes confesiones en Sportsmail. La primera es que aquel gol de Iniesta les hizo daño porque si el Chelsea hubiera pasado igualmente a pesar de los errores, habrían quedado menos marcados.
"Estoy seguro de que el final del partido hubiera sido más fácil para nosotros como árbitros si ese gol no se hubiera marcado. El Chelsea habría llegado a la final y sus seguidores hubieran ido al pub y hubieran dicho: deberíamos haber tenido quizás dos o tres penaltis a favor... pero eso no importa esta noche porque llegamos a la final".
Sin embargo, el gol de Andrés entró por la escuadra de la portería de Stamford Bridge y los jugadores del equipo inglés estallaron. También sus aficionados, que persiguieron durante años a este conocido colegiado, que tuvo que sufrir presiones y amenazas durante mucho tiempo por unos errores que dieron la vuelta al mundo.
Los polémicos penaltis
Ahora que ha roto su silencio y que se ha atrevido a hablar sobre aquel partido, Ovrebo reconoce que tanto él como su equipo cometieron algunos errores. El más importante es no haber señalado un penalti que, a posteriori, para él sí era. Sin embargo, reivindica que la actuación no ha sido tan mala como se vendió después y que para él no se deberían haber reclamado con tantas exigencias otras dos o tres penas máximas más.
"No creo que los fans del Chelsea tengan razones para reclamar cuatro o cinco penaltis, pero creo que todo el mundo sabe que el fútbol y las leyes del juego saben que se debería haber concedido un penalti al Chelsea". Un lanzamiento desde los once metros que podría haber cambiado el destino de aquella eliminatoria.
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