Alba Redondo: "Iniesta es mi ídolo, pero no me he visualizado metiendo el gol de la final como él"
EL ESPAÑOL habla con la triple goleadora de la Selección, de Albacete como Iniesta, a unas pocas horas de la disputa de la final del Mundial ante Inglaterra.
19 agosto, 2023 01:52Alba Redondo (Albacete, 1996) es una de las 23 'culpables' de que España esté durante estos días con un ojo puesto permanentemente en Australia, donde se juega el Mundial de fútbol femenino. La ilusión se ha disparado con la Selección y la frase de Jorge Vilda tras derrotar a Suecia en la semifinal lo refleja a la perfección: "Hemos puesto a un país de pie, y ahora lo siguiente es sacarlo a la calle".
Este domingo España se mide a Inglaterra en la gran final del Mundial, un escenario inédito para el combinado nacional y en el que, pase lo que pase, ya podrá presumir de haber hecho historia. Pero la Selección no se quiere quedar aquí, reclama su trono y no se arruga pese a medirse a una de las grandes favoritas tal y como se desprende de las palabras de Alba Redondo.
La jugadora del Levante UD atiende la llamada de EL ESPAÑOL desde la concentración en Sídney y se muestra ambiciosa. Irradia confianza y serenidad, pero sobre todo convicción en que haciendo las cosas bien España puede ser campeona del mundo. En este éxito, Alba ha tenido mucho que ver con sus tres goles y con un papel cada vez más importante en el equipo.
¿Cómo están el cuerpo y la cabeza unas horas antes de jugar la final de un Mundial?
Lo más importante es que estamos bien, yo estoy tranquila, consciente de lo que hay y de lo que viene. Sobre todo, soy realista y tengo los pies en el suelo, somos conscientes de que vamos a jugar la final de un Mundial absoluto.
Cuando se empieza un Mundial uno ve demasiado lejano llegar a la final, ¿verdad?
Es cierto que cuando empiezas un Mundial, lo empiezas con la ilusión del primer partido, de ir cogiendo buenas sensaciones, y nosotras es lo que hemos hecho. Mirábamos un partido y luego el siguiente, y así hasta ahora, pero es verdad que cuando lo empiezas te repites en la cabeza que son siete partidos y eres campeona del mundo, aunque no nos obsesionábamos.
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La Selección ha vivido una montaña rusa de emociones, especialmente después de aquel partido contra Japón.
Aquel partido nos trastocó, pero supimos salir a flote y visto lo visto se ha notado. Dimos un giro radical a los acontecimientos, mucha gente quería que perdiéramos y que no pasáramos de ronda, pero hemos demostrado que España está aquí por un muy buen motivo y que estamos capacitadas para ser campeonas.
Repasando un poco el Mundial, el inicio fue bueno con las victorias ante Costa Rica y Zambia. ¿Qué sensaciones teníais?
Era muy importante empezar ganando. Tuvimos buenas sensaciones y además no ganamos solo por 1-0, sino que ganamos por más margen, así que te quedas con lo bueno.
Parece que no os costó demasiado adaptaros a un nuevo clima y un nuevo horario.
Es verdad que es necesaria una adaptación previa y por eso vinimos con mucho tiempo. Ya estuvimos aquí jugando un torneo, y luego vinimos con tres semanas de antelación. Eso se agradece, porque era lo mejor para las jugadoras, se ha hecho pensando en lo que era beneficioso para nosotras y somos afortunadas.
¿Ha sido una concentración demasiado larga? ¿Cómo habéis hecho para mantener la frescura?
La manera en la que se desarrolla una concentración depende de tu actitud. Hay gente a la que se le ha pasado más lento, otra a la que se le ha pasado muy rápido. Yo ahora mismo lo pienso y digo, 'guau, ya ha pasado todo y nos queda muy poquito'.
Después superáis a Suiza de una manera muy contundente, ¿qué supuso eso para el grupo?
Fue como una respuesta al mundo de decir esta es España, estas somos nosotras y hemos vendo aquí para quedarnos hasta el final.
Si la forma de ganar a Suiza ya fue emocionante, la manera en la que se venció a Países Bajos lo fue más todavía, ¿no?
Ese partido estuvo lleno de microinfartos al final (ríe), no sólo para nosotras, sino para toda la gente de fuera que nos estaba viendo. El fútbol lo vives tan intensamente que los últimos 10 minutos fueron de infarto. Luego llegar a la prórroga con el gol de Salma fue todavía más microinfarto, pero tuvo un final feliz.
Si lo de Países Bajos estuvo repleto de microinfartos, ¿qué puede decir de las semifinales ante Suecia?
La cosa va de microinfartos, sí (ríe). Es complicado todo porque somos conscientes de que todos los partidos que quedaban no iban a ser nada fáciles. Tenemos nuestras armas, sabemos las debilidades del equipo rival y sus fortalezas. La confianza que tenemos en el grupo hizo que firmáramos aquel partido. Tardó en llegar, pero llegó y de qué forma, porque al ganar partidos así te vas con un sabor de boca mucho mejor.
En lo personal, empezaste el Mundial siendo suplente y te has convertido en una jugadora imprescindible ahora mismo. ¿Cómo has vivido ese cambio?
Sobre todo, con los pies en el suelo. Creo que soy una jugadora que me caracterizo por el trabajo, por aportar lo que sé, ya sea en banda o jugando arriba. Alba Redondo va a seguir siendo la misma juegue arriba o juegue en la banda. Si el míster cuenta conmigo para jugar en la banda pues es una oportunidad única que voy a aprovechar para aportar mi granito de arena.
¿Puedes describir la sensación de marcar un gol en un Mundial?
Meter un gol es increíble. No sabría describirlo con palabras porque hay que vivirlo y sentirlo. Es como los goles que marcaron Salma y Olga contra Suecia, los he sentido como si los hubiera metido yo. Pero es verdad que meter un gol en un Mundial representando a tu país es algo increíble que no se puede explicar. Me recuerda a una frase que dijo Andrés Iniesta en un documental, en la que decía que te quedabas tú solo con el balón.
¿Y marcar tres goles en un Mundial se puede explicar de alguna manera?
Cada gol que marcas siempre es especial. Te da una sensación genial de aportar tu granito de arena, te sientes muy especial.
¿Te ves siendo titular en la final?
Eso ya es decisión del míster, pero si él piensa que puedo serlo, estoy capacitada y sí que me veo en disposición de serlo.
Ahora que has hablado de Andrés Iniesta, siendo los dos de Albacete y ahora estando tú en la final de un Mundial, ¿te ves emulando a Iniesta en la final?
Esa es una pregunta importante. He leído mucho de similitudes con Andrés y es todo un honor, aunque no soy como él. Es verdad que somos de la misma provincia y que jugamos al fútbol, pero somos diferentes jugando. Esa situación no la he visualizado todavía, he visualizado otras situaciones posibles que pueden darse, pero esa de meter gol, si me toca a mí será genial, pero lo único que me importa es que quien sea lo meta.
¿Has hablado durante estos días con Iniesta?
El otro día, con el pase a las semifinales. Antes del partido me volvió a mandar un mensaje, tal y como es él, tan natural, dando consejos y con su simpatía. Luego me volvió a escribir para darme la enhorabuena. Agradezco su aportación, su amabilidad y sus comentarios, él es mi referente y es mi ídolo.
Si tuvieras que dar una clave del éxito de España hasta ahora, ¿cuál sería?
Creo que lo más característico es la unión y el trabajo de creer siempre hasta el final. Podría destacar a muchísimas jugadoras, desde la que juega más hasta la que juega menos, pero no me quedaría con una sola.
Hablando de la final, ¿el rival asusta y hay ganas de venganza?
Miedo no le tenemos para nada, pero sí respeto. Es un rival que en el pasado nos exigió, pero no lo tomamos como una revancha, sino como un partido que te da una segunda oportunidad de enseñar el juego que viene haciendo España.
Para terminar, ¿te ves levantando el título de campeona del mundo el domingo?
Es una de las cosas con las que cualquier futbolista sueña. Llevar esta copa a España, para nuestra gente, para poder enseñar que nada es imposible y que los sueños se pueden realizar... Y sí, por supuesto que me veo levantando el título, pero hay que jugar el partido, vamos a dar el 100% y nos dejaremos el alma.