De intentar suicidarse a "gastar 600 libras" a la semana en cocaína: la dura historia de Liam Hughes

El fútbol siempre está acostumbrado a vender la cara de la felicidad. La de esos jugadores que ganan millones de euros y que se convierten en referencias para todos aquellos niños que sueñan con dar patadas a un balón. Sin embargo, hay veces que la realidad es mucho más dura y no todos aspiran a tener una vida idílica.

Es el caso de Liam Hughes. Este jugador inglés militó toda su vida en clubes bastante modestos del fútbol inglés, siendo uno de esos batalladores para conseguir un contrato a final de temporada. A lo largo de su trayectoria ha vestido las camisetas del Gainsborough, Stratford Town o Worksop, su actual club.

Uno de sus momentos más álgidos dentro del balompié fue cuando llegó a jugar en 2015 contra el Manchester United. Fue en un partido de la cuarta ronda de la FA Cup y el jugador militaba aquella temporada en el Cambridge United. Esa fue una de sus grandes noches, junto al playoff en Wembley en 2014, cuando contribuyó con un gol para que ascendiera el Cambridge nueve años después a la League Two.

Sin embargo, pasó de 'tocar' el cielo para un futbolista modesto como él a vivir los momentos más duros de su vida. Varios meses después de Hughes era ingresado en un hospital por un intento de suicidio. No le sirvió la alta ingesta de antiinflamatorios para quitarse de en medio, pero sí dejó al descubierto el grave problema que atravesaba.

"En mi cabeza estaba convencido de que lo mejor para todos es que no estuviera más. Estaba en un camino de un solo sentido hacia la tumba", admitió Hughes en una entrevista a la cadena británica BBC. Sin embargo, los problemas de salud mental volvieron a azotarle tiempo después de su primer intento de suicidio. "Empecé a beber más. Me sentía aislado y mi salud mental se derrumbó, hasta el punto de cuestionarme si quería seguir viviendo", sentenció el jugador.

Adicción a la cocaína

Poco después de intentar quitarse la vida por primera vez, el jugador comenzó su periplo por las categorías inferiores de Inglaterra y Escocia. Fue en el Barrow, un modesto equipo de la quinta división de su país, donde se dio cuenta del verdadero problema que tenía con las adicciones, en concreto con la cocaína.

"Ganaba bastante bien, casi 1.000 libras semanales, y me gastaba entre 300 y 600 a la semana en cocaína. La tomaba cada día. Estaba en una espiral de autodestrucción. No dormía, así que tenía que beber para poder dormir y para poder funcionar al día siguiente tenía que volver a tomar cocaína", declaró Hughes al mencionado medio británico.

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En 2018 volvió a intentar quistarse la vida y poco después fue agredido por cuatro hombres cuando intentaba comprar cocaína. Sin embargo, fue en ese instante cuando llegó el punto de inflexión de su carrera deportiva. Pese a tener una costilla herida, un corte en la cara y un labio inflamado, jugó con el Darlington y marcó un gol, lo que iba a hacer cambiar su vida. A partir de ese momento, se enroló en la iniciativa Sporting Chance y se rehabilitó durante un largo año.

"Un día mis hijas serán mayores y leerán las cosas malas que hice, pero quiero que también miren atrás y piensen 'mi padre luchó contra por su salud mental y contra la adicción'", reconoció Hughes. "Tengo que seguir trabajando en mí cada día. No soy perfecto, pero he ido desde el fondo de la botella y he llamado a las puertas del infierno para ser un mejor ser humano. Estoy lidiando con mis problemas y siendo honesto. Quiero ayudar a toda la gente que pueda y ser un buen esposo y un buen padre", sentenció el ahora jugador del Worksop.