Rafa Mir, trasladado al juzgado por la Guardia Civil. Efe

Rafa Mir, trasladado al juzgado por la Guardia Civil. Efe

Fútbol

El Valencia pide el auto de la jueza sobre la presunta agresión sexual de Rafa Mir y no descarta echarle

El club subraya su presunción de inocencia ante la acusación de agresión sexual, pero vela también por el impacto reputacional hacia la institución.

6 septiembre, 2024 02:15
Dani Valero Jorge García Badía

El Valencia CF ha solicitado el auto judicial del caso de Rafa Mir para conocer de primera mano lo expresado por la jueza Ana Magraner Naya que le dejó este miércoles en libertad provisional. El club quiere reunir información fidedigna para tomar una decisión sobre el jugador que había sido su fichaje estrella de la temporada.

Fuentes del club apelan a la prudencia y a la presunción de inocencia del atacante murciano, si bien confirman a EL ESPAÑOL que sus servicios jurídicos se encuentran analizando todos los escenarios.

Y uno de ellos es que el equipo valencianista rompa unilateralmente la cesión realizada por el Sevilla y prescinda de sus servicios.

Rafa Mir se encuentra en libertad provisional. La situación sería mucho más grave si la juez hubiera decretado prisión preventiva para el delantero murciano. Pero las habituales dilaciones de la justicia pueden llevar a que el procedimiento judicial se prolongue sin avances reseñables más allá de la temporada de cesión.

Por ello, el Valencia CF debe calibrar si, pese a su presunción de inocencia y a que difícilmente se pueda escapar de pagar el sueldo del jugador, procede cortar la cesión y librar al club del daño reputacional durante estos largos meses. Ello podría implicar además que Mir reclame una indemnización por despido improcedente si resulta absuelto o archivada su causa.

Cabe recordar que el equipo que dirige Meriton Holdings, sociedad del magnate singapurense Peter Lim, fue contundente ante asuntos que amenazaban su reputación. En particular, cuando expulsó sin ambages a neonazis del campo de Mestalla o impidió que los herederos de los Yomus, el antiguo grupo ultra del equipo, volviera a tomar el control de la grada de animación.

El escenario antagónico pasa por asumir el coste reputacional y tratar de aprovechar el rendimiento deportivo de Rafa Mir. En estos momentos parece una opción más arriesgada y menos probable, por la enorme tensión que se generaría en los estadios hacia el futbolista, sobre todo en los partidos fuera de casa.

El precedente de Mina

Pero cabe recordar que Santi Mina, que fue finalmente condenado por abuso sexual, siguió jugando en el Valencia durante la instrucción de su caso. Eso sí: la suya fue una instrucción que tardó más en trascender y tuvo un protagonismo mediático muy inferior.

Una posibilidad intermedia es que el Valencia no rompa la cesión de Rafa Mir y permanezca en el club apartado, sin jugar los partidos con el equipo.

La evolución de los acontecimientos puede resultar determinante para la posición que tome finalmente el Valencia. En estos momentos parece difícil la continuidad de Mir en la dinámica del club de la capital del Turia, pero las fuentes consultadas ponen como ejemplo el vuelco que tuvo lugar en el caso de Cándido Conde-Pumpido Varela, que aportó grabaciones que desacreditaron a la denunciante y desmontaron la causa.

En cualquier caso, la imagen de Rafa Mir se encuentra ya dañada, independientemente de los delitos que se le imputan. La mera presencia del jugador en una conocida discoteca de Valencia a altas horas de la madrugada cuando el equipo es colista de primera división ha sentado muy mal y puede ser objeto de sanción disciplinaria.

Su declaración

Rafa Mir declaró este miércoles ante la jueza titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 8 de Llíria por la presunta agresión sexual contra una mujer de 21 años durante la madrugada del pasado sábado a domingo. 

El futbolista del Valencia CF, según la declaración a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL, reconoció las "relaciones sexuales con la denunciante y con su amiga", pero aseguró en todo momento que "fueron consentidas".

Mir también subrayó que las chicas tuvieron "un enfrentamiento entre ellas originado por los celos", al haber mantenido relaciones con ambas esa noche. Según su versión, a las dos las echó de su domicilio su amigo Pablo Jara, debido al altercado que habían provocado.