Michael Schumacher, durante un Gran Premio de Fórmula 1

Michael Schumacher, durante un Gran Premio de Fórmula 1 REUTERS

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Giro en el caso de la extorsión a la familia Schumacher: señalan a un nuevo miembro cercano como fuente de la filtración

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El caso de chantaje que envuelve a la familia de Michael Schumacher escribe un nuevo capítulo. Una exenfermera que trabajó para la leyenda de la Fórmula 1 ha sido señalada como posible colaboradora en un complot para extorsionar a los Schumacher, según lo escuchado en un juicio en Wuppertal, Alemania.

El caso gira en torno a la amenaza de publicar 900 imágenes y 583 vídeos que mostrarían el delicado estado de salud del heptacampeón mundial tras el grave accidente de esquí que sufrió en 2013. Estas grabaciones lo mostrarían en una cama de hospital, en silla de ruedas y conectado a equipos médicos, imágenes obtenidas supuestamente de un ordenador de atención médica restringido al personal.

La enfermera, cuyo nombre no ha sido revelado, fue identificada por uno de los acusados, Yilmaz T., durante el juicio. Según su testimonio, ella habría proporcionado los archivos al exguardia de seguridad de Schumacher, Markus F., a cambio de dinero. "El plan era dividir las ganancias entre Markus F., la enfermera y yo", confesó Yilmaz, quien admitió que su motivación principal era la codicia.

El juicio, que implica a tres acusados, expone un entramado que combina ambición y traición. Además de Yilmaz T. y su hijo, Markus F. está señalado como pieza clave en el esquema. Sin embargo, su abogado niega cualquier implicación, argumentando que los archivos podrían haber sido robados durante un robo en su vivienda dentro de la propiedad de los Schumacher.

La representante de Schumacher durante años, Sabine Kehm, declaró al tribunal que ya albergaba sospechas sobre la enfermera antes de que abandonara su puesto en 2020. "La despidieron por problemas en la prestación de cuidados", afirmó, subrayando que había señales inquietantes sobre su comportamiento.

La familia Schumacher, que ha protegido con celo la privacidad del excampeón desde el accidente en los Alpes franceses, se enfrenta ahora a un nuevo desafío. Desde aquel trágico día de diciembre de 2013, Michael ha permanecido alejado del ojo público, mientras su esposa, Corinna, ha liderado la batalla por preservar su dignidad.

La exenfermera, quien debía comparecer como testigo, no se presentó al juicio, lo que incrementa las sospechas en su contra. Su paradero actual es desconocido, y las autoridades alemanas han intensificado la búsqueda para investigarla.

Por su parte, el tribunal escuchó que las imágenes que los acusados intentaron vender contenían material altamente sensible que podría dañar severamente la privacidad de Schumacher y su familia. "Lo que lo motivó fue la codicia por el dinero", admitió Yilmaz ante el juez, tras confesar que utilizó memorias USB y una dirección de correo electrónico supuestamente imposible de rastrear para contactar a la familia con sus demandas.

El juicio, que continuará el próximo 23 de diciembre, aún tiene muchas preguntas por resolver. Entre ellas, por qué la enfermera no ha sido formalmente acusada pese a las declaraciones que la incriminan directamente. Según el fiscal Daniel Müller, esta es la primera vez que su implicación ha sido mencionada de forma tan clara.