Robinho, con la camiseta del Santos FC

Robinho, con la camiseta del Santos FC Twitter (@SantosFC)

Fútbol

Esta es la vida de Robinho en la cárcel: convive con un hombre que mató a su hija, en una prisión con 'Tinder' entre presos

Publicada

La vida de Robinho, exfutbolista de clubes de renombre como el Real Madrid, AC Milan y Manchester City, ha cambiado drásticamente tras su condena a nueve años de prisión. Desde marzo de 2024, cumple su sentencia en la Penitenciaría II Dr. José Augusto César Salgado, ubicada en Tremembé, estado de Sao Paulo, Brasil.

Este centro penitenciario, conocido como "la cárcel de los famosos", alberga a algunos de los criminales más notorios del país, entre los que destaca un hombre condenado por asesinar a su propia hija y un exmédico que abusó de decenas de pacientes sedadas.

Robinho fue condenado inicialmente en 2017 por un tribunal italiano tras ser declarado culpable de violación grupal contra una mujer albanesa en un club nocturno de Milán en 2013. Durante años, logró eludir la justicia gracias a los recursos legales y la negativa de Brasil a extraditar a sus ciudadanos. En 2022, el Tribunal Superior de Justicia de Brasil confirmó su condena, obligándolo a cumplir la sentencia en su país de origen.

El caso fue altamente mediático y generó una fuerte indignación pública. Las pruebas presentadas incluyeron grabaciones telefónicas en las que el exjugador menospreciaba a la víctima, haciendo declaraciones como: "La mujer estaba borracha, ni siquiera sabe qué pasó".

A pesar de las evidencias, Robinho ha sostenido que la relación fue consensuada y ha intentado limpiar su nombre a través de entrevistas en las que asegura tener pruebas de su inocencia que, según él, fueron ignoradas por la justicia italiana.

Un entorno peculiar

La Penitenciaría II de Tremembé es conocida por albergar a presos de alto perfil. Entre sus reclusos se encuentran Lindemberg Alves, condenado a 39 años por el secuestro y asesinato de su expareja de 15 años, y Alexandre Nardoni, quien mató a su hija lanzándola desde un edificio. Otro de los habitantes notorios es Roger Abdelmassih, un exmédico condenado por abusar sexualmente de 39 pacientes.

Las celdas, que oscilan entre 8 y 15 metros cuadrados, alojan hasta seis personas. El centro penitenciario alberga a 2.500 internos, pero carece de líderes de bandas criminales para evitar conflictos violentos.

Este ambiente, aunque más controlado, está lejos de ser fácil para alguien como Robinho, quien pasó de una vida de lujo a compartir espacio con algunos de los criminales más notorios de Brasil.

Robinho durante un partido con Brasil

Robinho durante un partido con Brasil Twitter (@Robinho)

El 'Tinder carcelario'

Uno de los aspectos más curiosos de esta prisión es un sistema informal de citas conocido como "Tinder carcelario". Según informaciones publicadas, los internos de Tremembé han desarrollado una red de contactos con una penitenciaría femenina ubicada a cinco kilómetros. Los presos y presas intercambian cartas y fotos, y el personal de seguridad revisa el contenido antes de entregarlo.

Este sistema ha propiciado relaciones como la de Vinícius Nunes, condenado por asesinar a su hermano, y Jaqueline Moraes, quien apuñaló a su esposo 56 veces. Sin embargo, su romance terminó cuando Nunes la acusó de verse "más vieja y delgada" que en las fotos. Poco después, él se comprometió con otra presa.

A diferencia de otros 117 presos que recibieron un permiso especial para pasar las fiestas de Navidad y Fin de Año con sus familias, Robinho no fue considerado elegible para este beneficio. Esta decisión subraya el rigor con el que se está ejecutando su condena y contrasta con los privilegios que disfrutó durante su carrera como futbolista profesional.

Una carrera empañada

Robinho fue en su momento una de las grandes promesas del fútbol brasileño. Se formó en la academia del Santos y deslumbró al mundo con su talento, lo que lo llevó a fichar por el Real Madrid en 2005. Posteriormente jugó para equipos como el Manchester City y el AC Milan, y acumuló 100 apariciones con la selección brasileña.

Sin embargo, su legado deportivo ha quedado opacado por los delitos que cometió y las controversias que rodearon su vida personal. En 2020, intentó regresar al Santos con un contrato de salario mínimo, pero la indignación pública obligó al club a rescindir el acuerdo.

La historia de Robinho es un recordatorio de cómo las decisiones personales pueden destruir carreras y reputaciones construidas durante años. Mientras cumple su condena en un entorno lleno de criminales de alto perfil y peculiaridades como el "Tinder carcelario", el exfutbolista sigue defendiendo su inocencia y enfrentándose a un futuro incierto.

Su caso no solo ha dejado una marca imborrable en el mundo del deporte, sino que también pone en evidencia las complejidades del sistema judicial y las caídas de las estrellas deportivas.