Trece partidos separan al Barcelona de una nueva gloria. Trece finales en las que deberá gestionar tiempos, plantilla, ilusiones y rivales para conseguir la sexta Champions de su historia. Como cada año, no valen excusas ni planes B. El malacostumbrado Camp Nou exige tanto o más que el año anterior, en el que se conquistó la Liga y la Copa. Arranca un nuevo sueño con Luis Enrique a los mandos de una nave con tripulación renovada que busca un bálsamo que achaque las muchas dudas que dejó el fiasco liguero ante el Alavés. Este martes, ante un histórico en Europa como el Celtic, se escribe un nuevo capítulo en el Barça.
El idilio entre la Champions League y los equipos españoles ha llevado en los últimos tres años a conseguir tres 'Orejonas' (dos del Real Madrid y una del Barça) en tres finales. Con el Atlético como eterno aspirante a estrenar su palmarés en la competición y el equipo de Zidane defendiendo título, el Camp Nou se engalana una vez más para estrenar una temporada europea en la que el objetivo mínimo es estar en Cardiff el 3 de junio del año que viene.
Como siempre, el camino no será fácil. El sorteo de la fase de grupos fue caprichoso y deparó un morboso duelo de ida y vuelta ante el Manchester City de Pep Guardiola. Más allá de la esperada estampa del de Santpedor pisando de nuevo el Camp Nou, el conjunto inglés se antoja el principal rival para liderar el grupo C. Previsiblemente, el tercero en discordia será el Borussia M'Gladbach, que podría entrometerse en las aspiraciones de los dos primeros. Para evitar sorpresas de última hora, la clasificación a la segunda fase pasa por ganar al Celtic.
Sin embargo, las dudas se ciernen sobre el técnico azulgrana. El once que presentó en San Mamés antes del parón de selecciones se acerca al esquema ideal que impone la lógica: Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Alba; Busquets, Rakitic, Denis; Neymar, Messi y Suárez. En aquel encuentro, la única novedad fue la de Arda, que jugó en lugar de Neymar. Un cambio de cromos en un esquema fijo.
El desastre ante el Alavés marca el camino
Las rotaciones no terminan de cuajar en el Barcelona y se tornan auténticas revoluciones. Luis Enrique lo sabe. Por eso suele apostar por simples retoques que no desvirtúen el sistema: hombre por hombre, un intercambio de cromos clásico. El plan le ha funcionado en los dos años que lleva en el banquillo del Camp Nou. Hasta esta temporada. La renovación de casi media plantilla (sobre todo en defensa) se ha saldado con un gasto de 122 millones de euros y una sobrepoblación en el centro del campo.
Ante el Alavés, los menos habituales y las caras nuevas no sólo defraudaron, sino que evidenciaron que el Barça ya no es un ente homogéneo en el que todos se adaptan al sistema. Cillessen, Aleix Vidal, Mathieu, Digne y Alcácer formaron en un once inicial que se mostró a ratos impreciso y, sobre todo, desnortado. Sin una idea colectiva de juego, ni siquiera la voluntad inquebrantable de hombres como Rakitic sirvió para salvar el partido.
Luis Enrique, consciente de las carencias de los suyos, trató en vano de reactivar el juego del equipo con la entrada de Luis Suárez y Messi en la segunda mitad, cuando el Alavés volvió a ponerse por delante en el marcador. Pero la gravedad de la situación no residía en el remate (que había sido prácticamente nulo hasta entonces), sino en la falta de cohesión en cada línea. Sin idea de conjunto, el Barça necesitó de una mayor agresividad en los últimos minutos ante un aguerrido Alavés. Algo que brilló por su ausencia.
Pensando ya en la Champions, Luis Enrique ha ensayado con la plana mayor. Ter Stegen, aparentemente recuperado de su lesión, volverá a la portería ante el Celtic, mientras que Messi y Luis Suárez formarán el tridente más letal del fútbol junto a Neymar tras el desastre ante el Alavés. El fichaje estrella del verano, André Gomes, podría aparecer en escena en el Camp Nou. Las dudas, no obstante, volverán a la zaga, que tendrá que adaptarse rápidamente para frenar a Moussa Dembelé, la gran amenaza del conjunto escocés tras el hat-trick que consiguió ante el Rangers.
Luis Enrique: "El equipo está fastidiado"
En la rueda de prensa previa al encuentro, Luis Enrique precisamente alabó a su próximo rival, al que ve en buenas manos con Brendan Rodgers al frente: "Es un amante del buen fútbol, de una idea futbolística muy atractiva. En muy poco tiempo en el Celtic ya se puede ver lo que quiere su entrenador. Me gusta su idea".
Sin embargo, admitió que los ánimos en el Barcelona no están en su mejor momento de cara al encuentro: "El equipo está fastidiado, evidentemente, porque no nos gusta perder en casa, pero más allá de ese fastidio, tenemos el ciclo más corto sin descansar después de jugar el sábado. Tenemos muchas ganas de competir mañana, muchas ganas de ver un Camp Nou a tope en una competición que nos apasiona".
Por último, Luis Enrique se mostró optimista respecto a las opciones de Messi de jugar el partido. "Me gustaría que jugara todos los minutos, pero en este caso manda el jugador. Dependerá de cómo se encuentre él. Será su estado el que determine los minutos que puede jugar", explicó el asturiano. Falta por ver si, con Messi o sin él, el Barça recupera el rumbo.