El fútbol de élite depende de infinitos conceptos y situaciones que muchas veces no tienen relación con el sentimentalismo de las aficiones. Las estrellas van y vienen pero el escudo y la camiseta perduran y, precisamente para evitar una desaparición, se necesita cuadrar números en los despachos. El libro Soccernomics busca acercarse a esta otra cara del balompié y entre sus muchos consejos acaba concluyendo que más vale vender por encima del precio de mercado que retener a los ídolos y lamentarse. Algo así parece seguir el Borussia Dortmund, quien ha tenido que regenerarse, otra vez. Los jóvenes Dembélé, Pulisic, Mor, Weigl y Guerreiro son futuro pero también presente, tanto que amenazan a un Real Madrid en el que empiezan a surgir dudas.
El cambio de cromos
El club casi derruido financieramente que recogió Jürgen Klopp queda muy lejano. Gracias a su propuesta de un fútbol impulsivo y enérgico y a la conexión con la grada, los pilares del Borussia Dortmund se hicieron más fuertes. Tanto que llegaron a acariciar una Champions que Robben se adueñó en el último suspiro. Era mayo de 2013 y de aquel once amarillo queda poco, los laterales se mantienen en el once y el resto o se ha ido o se ha acostumbrado al banquillo: Hummels, Gündogan, Kuba, Grosskreutz, Lewandowski y el propio Klopp optaron por el éxodo. Costó levantarse de aquel traspié, pero Thomas Tuchel lidera un proyecto que se ha reconstruido apostando por los jóvenes valores y sin aferrarse a los nombres propios de las estrellas. Otra reinvención que aspira a superar aquella etapa de Klopp. Presente y futuro.
La plantilla actual mantiene la ideología del año pasado, pero este curso cuenta con más alicientes en el once: Ousmane Dembélé, Julian Weigl y Chistian Pulisic son tres de los sub-21 más prometedores del mundo. Acompañados por otros como Emre Mor o Passlack en el banco y una columna vertebral alejada de la treintena.
La pasión del imberbe
Para cuando Morata sellaba la última remontada europea del Bernabéu, su grupo ya tenía un líder claro. El Borussia había arrollado a domicilio al Legia. Un Dortmund sin complejos ni prejuicios por la edad de su once: 24,3 años de media. Un día en el que brilló su ataque que a los 17 minutos ya había firmado un 0-3, lo que supuso un nuevo récord como la ventaja de tres tantos más rápida en la historia de la Champions. Una marca sellada por un pivote y cinco atacantes que promedian 21,8 años. Ver un partido de este Dortmund avejenta al espectador.
Un proyecto que tiene clara la idea: vender caro, fichar barato. De los clubes de las cuatro grandes ligas en Champions sólo ellos y el Sevilla han ingresado más de lo que han gastado en fichajes desde junio de 2015. Un modelo que se asemeja en parte a la ideología que marca Monchi, pero buscando jugadores más jóvenes.
El relevo generacional ya presenta batalla
Viendo al conjunto de Tuchel, uno acaba usando comparaciones para explicar quién es y cómo juega la nueva sensación. El problema de intentar apadrinar a alguien como 'el nuevo…' es que perdemos perspectiva del presente. Julian Weigl no es el nuevo Busquets, ni Dembélé es el Robben diestro; ellos se valen por sí mismos.
Es difícil creer en las casualidades con el equipo de ojeadores del Borussia Dortmund, que este año también ve como los nuevos responden. Guerreiro ya lleva tres goles y tres asistencias en seis partidos (la temporada pasada firmó tres goles y una asistencia en 34 partidos), Christian Pulisic llegó hace año y medio desde Estados Unidos y ya es internacional absoluto y fijo en el primer equipo desde antes de llegar a la mayoría de edad; Weigl lleva más de un año creciendo como uno de los mejores pivotes en la salida de balón; y Ousmane Dembélé ya ha dejado claro que fue una de las gangas del verano.
El equipo más goleador de Europa
Más allá de la fecha de nacimiento de los jugadores, ver al Dortmund asegura diversión, más aún como espectador neutral que como aficionado. A día de hoy es el equipo más goleador: entre Bundesliga y Champions ha anotado 22 dianas. Unas cifras que demuestran las vorágines goleadoras en las que convierte sus partidos. Precisamente el choque contra el Real Madrid le llega en un gran momento en esta faceta, pues, tras perder contra el Leipzig, anotó seis al Legia, seis al Darmstadt, cinco en Wolfsburgo y tres al Friburgo. Nada mal para un equipo que en base a perfiles de velocidad, movilidad e imaginación ha ido reemplazando al grueso de sus titulares.
Un estilo marcado por una estadística: desde la llegada de Tuchel el Dortmund ha dado 98 pases de gol en liga y Europa -dato sólo superado por Real Madrid y Barcelona-. Esa generosidad marca su juego, el 79% de los goles en ese periodo han llegado con asistencias (el Arsenal es el único que está por encima de ese registro con 82%). Es decir, el Dortmund es una máquina goleadora combinando. Cuando sus atacantes se encuentran, fabrican mucho más que con acciones individuales.
El hombre gol de este club es Pierre Erick Aubameyang, otro de esos relevos que dieron resultado. Con la marcha de Lewandowski llegó el gabonés y, actualmente, es la estrella consolidada que lidera a un grupo de jóvenes. Él representa la escala de rangos en este club, de promesa a líder.
Un arma de doble filo
No todo es perfecto en Dortmund. Ese estilo tan goleador paga un peaje constante en su portería. En realidad es difícil vislumbrar si el equipo de Tuchel es más peligroso con balón o autodestructivo sin él. Esa juventud parece notarse en lo alocado de su defensa y la de espacios que ceden para conducciones. Enfrentarse a Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y compañía se presenta como un examen demasiado exigente para estos jóvenes. Un arma de doble filo que promete espectáculo y puede dar su primer golpe sobre la mesa en Europa. La reinvención que lideran jóvenes como Dembélé, Weigl, Guerreiro o Pulisic no quiere esperar más para codearse con los grandes.