Para entender lo que ocurrió este miércoles tras la victoria del Manchester City por 4-0 ante el Gladbach alemán hay que remontarse dos años atrás, cuando la UEFA sancionó al club inglés con una multa de 60 millones de euros y restricción de fichajes por incumplir el llamado Fair Play Financiero. Un castigo ejemplar que aún hoy despierta rencores entre los hinchas 'citizens'.
Fiel a su estilo, Pep Guardiola dedicó la rueda de prensa posterior a un partido digno de alabar a mandar un par de recados a la afición del City. Al técnico no le gustó que el Etihad presentase una entrada de apenas 30.000 personas en un partido de Champions League. Sobre todo, cuando en la Premier el estadio, que tiene un aforo para 53.000 espectadores, suele rozar el lleno.
"Nuestros seguidores deben saber que jugamos para ellos. Es nuestro trabajo, pero sin los seguidores no hay ninguna razón para estar aquí. Los necesitamos en Champions League. En la Premier vienen y en Champions no. Son necesarios para competir contra los mejores del mundo. Con suerte esto no sucederá ante el Barcelona y Celtic, pero creo que hoy era un buen día para estar con nuestros aficionados", espetó Guardiola tras el encuentro.
Es más, lo que menos le gusta es la razón por la que la hinchada 'citizen' abandona al equipo en los partidos europeos: aquella sanción de la UEFA de 2014. Pero El problema no acabó aquí. Guardiola también se quejó abiertamente de los pitos que profirió una mayoría del Etihad justo antes del pitido inicial.
"Yo no estaba aquí cuando comenzó el enfado, pero la gente debe olvidar lo que ocurrió en el pasado. Estamos aquí para hacer historia y para que la gente hable de nuestro club. Sólo podemos jugar mejor que antes y así la gente pensará 'me pasé 90 minutos allí y me he divertido. Al próximo partido iré'", resumió el técnico.