Imagínense que un extraterrestre llega de repente a Alemania y le da por interesarse por el fútbol. En ese caso, como es normal, afirmaría que todo va de lujo en el Bayern. El conjunto bávaro es primero en la Bundesliga a siete puntos del Leipzig, está clasificado para los cuartos de final de la Copa -donde jugará contra el Schalke- y metido en octavos de la Champions League. Es decir, cualquier extraño -venga de otro planeta o, simplemente, de un país cercano- presupondría que todo va bien. Sin embargo, no es así. O eso dicen. El equipo, comentan, no juega del todo como sus aficionados esperan. ¿Y entonces por qué gana? Al parecer, porque Lewandowski está en un buen momento -que lo está- (suma 23 goles esta temporada). Y ya está. Así de simple. Ancelotti, dicen, ha encontrado su ‘flor’. Pero todo esto tiene una explicación -no del todo racional- cuando restan horas para que dispute su partido contra el Arsenal (miércoles, 20:45 horas).
El Bayern, para entendernos, es el equipo que más se parece al Real Madrid de todo el continente. No tiene ‘piperos’ -quizás porque hace demasiado frío en el Allianz Arena, un estadio construido para el Mundial de 2006 pero sin calefacción-, pero cuenta con ciertos gurús -casi siempre exjugadores- que opinan de todo y de todos. Por ejemplo, Bernd Schuster, el último en hacer aparición. Él, este pasado martes, en una entrevista con el diario sensacionalista Bild, como entrenador con muchos títulos -véase la ironía-, afirmaba que “el equipo de Ancelotti no domina como sí lo hacía el de Guardiola”. Y quizás lleve razón, de no ser porque antes, en la época de Pep, tampoco fue demasiado cariñoso. “El juego es desolador”, dijo entonces. Y fin de la historia. Para qué darle más vueltas.
El caso es que Ancelotti se ha encontrado en Múnich con un ambiente que no le es desconocido. Al fin y al cabo, ya sufrió -en mayor o menor medida-, las mismas presiones en el Real Madrid, en el Milan, en el PSG o en el Chelsea. Es decir, está acostumbrado a este tipo de situaciones. Sin embargo, ante los resultados obtenidos -y estando vivo en todas las competiciones-, es normal que le parezca extraño cuando su equipo está invicto en este 2017 -tres victorias y un empate en la Bundesliga- y encara los octavos de final de la Champions League ante el Arsenal, equipo al que ha eliminado en sus dos últimos enfrentamientos en la máxima competición europea.
Sin embargo, y a pesar de todo, el diario germano TZ München, este mismo martes, se preguntaba: “¿Veremos la buena cara del Bayern?”. “¿Y cuál es esa?”, se podría preguntar cualquier aficionado. Cuando estaba Guardiola, la afición pedía menos toque; ahora que está Ancelotti, se pide mejor juego. ¿Cuál? He ahí la cuestión. Así de simple y así de complejo. Esa es la bipolaridad en la que se mueve el Bayern de Múnich. ¿Por qué? En cierto modo, por la necesidad de aspirar al triplete año tras año; y por otro lado, porque ante la aburrida actualidad de la Bundesliga, la prensa necesita hablar de algo. Incluso cuando el equipo responde con resultados.
LOS PROBLEMAS DE CARLO
Lo cierto es que el Bayern de Ancelotti, más allá de dimes y diretes, no es el de Guardiola. ¿Es mejor o peor? Dependerá de los resultados y de cómo acabe la temporada. En la Bundesliga, aquel equipo de Pep dominaba y goleaba. Sin embargo, el del italiano saca puntos, pero no aplasta a los rivales. Por ejemplo, el pasado fin de semana, ante el Ingolstadt, marcando los tantos de la victoria (0-2) en los últimos minutos. Sin brillo, pero siendo efectivos. De ahí que la prensa haya bautizado al técnico italiano como “el minimalista” por aquello de que sus jugadores hacen lo mínimo para ganar.
En la Champions, en cambio, no le va a servir esa versión. O sí, quién sabe. Al fin y al cabo, en el palmarés de la competición aparecen con la corona puesta equipos como el Chelsea de Di Matteo o el propio Real Madrid de Ancelotti, que sin jugar demasiado bien, ganó la competición. Sea de una u otra manera, este Bayern encara los octavos de final con Lewandowski en racha: lleva 23 goles y, salvo sorpresa, superará las marcas obtenidas en los dos primeros cursos que jugó con Guardiola, en los que marcó 28 y 25 respectivamente. Y esta por ver si sobrepasa los 42 de su última campaña con Pep.
Lewandowski, por lo tanto, es la cara. ¿Y la cruz? De primeras, Müller. El jugador, de momento, no ha conseguido rendir a su mejor nivel: suma tan solo cuatro tantos en los 29 partidos que ha disputado esta temporada. A esto hay que sumarle las señales de un equipo que, tras ganar el triplete con Heynckes y sus tres años con Guardiola, muestra síntomas de agotamiento. ¿La muestra? Ribéry -baja para este partido-, Xabi Alonso y Robben están lejos de sus mejores versiones; Lahm, tras pensárselo mucho, ha decidido poner fin a su carrera esta temporada; y los jugadores llamados a tomar el relevo (Thiago, Douglas Costa y cía) no dan el salto que necesita su club. En definitiva, hay razones para pensar mal, pero también para pensar en positivo: con Pep siempre se empezó bien y se terminó muy mal. ¿Y si con Ancelotti se ha arrancado ‘mal’ y se acaba bien? Pues entonces, obviamente, los extraterrestres comprenderán algo.
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