Extremeños, murcianos, castellano-leoneses, andaluces, castellano-manchegos... y también catalanes. En la Fan Zone del Barça, el lugar en Madrid que ha instalado el club catalán para que sus aficionados pasen las horas previas a la final de la Copa del Rey, predominan los culés no independentistas. Pocas esteladas y alguna bandera de España. Y muchas del Barcelona.
En el Paseo de Ginebra, junto a la M-40 y a unos 15 minutos andando del Wanda Metropolitano, miles de barcelonistas pasan las horas previas al partido ante el Sevilla, un duelo marcado por la amenaza independentista, que quiere convertir la final de Copa en otro mitin político. Eso sí, la Fan Zone culé, más pequeña que los dos últimos años (se hacía entonces en el parque del antiguo Matadero de Madrid), ha tenido menos público del esperado y la jornada ha sido festiva.
Y el independentismo, en la que se había anunciado como primera prueba de fuerza, ha 'pinchado', ya que el lugar ha sido inundado por aficionados culés del resto de España que quieren reivindicar este sábado que el Barça también tiene (y muchos) aficionados en Burgos, Salamanca, Badajoz o Jaén. Faltará ver qué ocurre en el estadio, pero en la Fan Zone los barcelonistas 'españoles' fueron mayoría. Autobuses llenos de rojigualdas, que se mezclaban con banderas del Barça, llegaban al este de Madrid, una zona que hoy vive su primera gran invasión de aficionados.
"Me ofende cuando el Barça nos deja solos. Nos tiene marginados, está el club enfocado para los catalanes", explicó un aficionado culé de Jaén, que llegó a la fan zone lleno del color azulgrana, desde la boina hasta los calcetines. "No soy menos del Barça que nadie", dijo.
"El Barça es el Barça y da igual que seas independentista, católico o judío. No utilices el fútbol para algo que divide", comentó otro aficionado de Burgos. "Hoy es el único día para llevar la bandera de España porque está el Rey. No hay que llevarla ni al Camp Nou ni al Bernabéu, pero hoy sí lo entiendo porque es la Copa de España", añadió este hincha ataviado únicamente con la bandera de España.
Muchísimos catalanes no independentistas llenaron la Fan Zone. La llegada de autobuses al lugar ya avanzaba el día festivo que les tocaba vivir. "Llevo la bandera de España con el logo de la peña barcelonista de Salamanca", nos mostraba uno. El autobús en el que viajaban estaba lleno de enseñas nacionales y comenzaron a gritar "Viva España y viva Barcelona", aunque en este mismo vehículo había división. "Llevamos todo el camino diciendo que no mezclemos política y fútbol y al primer minuto ya estáis gritando Viva España", le contestó otro hombre dentro del mismo bus. Pero, y como ocurrió con otros aficionados que llegaron a Madrid en autobús, las banderas de España se mostraban para que se supiera quién llegaba allí.
En cambio, también hubo otras voces, aunque fueron minoritarias. "No nos sentimos para nada perjudicados. Nosotros somos peñistas y siempre el club nos ha tratado muy bien. No hemos tenido problemas para conseguir entradas para esta final ni para días que hemos querido ir al Camp Nou", comentó un hincha extremeño del Barcelona. "Sois los medios de comunicación los que exageráis todo", recriminó.
Todos coincidían en una cosa: "No quiero que se pite al himno, pero respetaré al que tengo al lado", comentaban, a la vez que nos decían que ellos llevarán sus banderas de España y que, por supuesto, no pitarán el himno. Además, el ambiente entre ellos era positivo en esta cuestión. "Venimos muchos del resto de España, esta vez no lo tendrán tan fácil", aseguraba un culé de Salamanca sobre la intención de los independentistas.
Un catalán, con padre castellano-manchego, tenía ya la 'vuvucela' para pitar. "Aquí la llevo. No se han hecho bien las cosas y creo que hay que pitar para mostrar disconformidad, pero no es nada contra España, mi padre es de allí", decía, ataviado con la senyera en su cabeza.
La Fan Zone de este año sirvió para conocer al barcelonista que lleva años soportando la politización del club y que tiene estas citas, en el centro del país, para acercarse a ver su equipo. Algunos con la bandera de España, otros sin ella, pero siempre con la culé, la que "nos une" por encima de cualquier idea política. Con muy pocas esteladas, el españolismo del Barcelona sacó músculo.
En el aspecto futbolístico, también se reivindicó la buena temporada del Barça, que para muchos no empaña la eliminación ante la Roma en cuartos de Champions. Los culés, contentos con haber ganado la Liga y ante la posibilidad del Doblete que, eso sí, muchos ya daban por hecho.
El Barcelona busca este sábado ante el Sevilla (21:30 horas, Wanda Metropolitano) su cuarta Copa del Rey consecutiva, el segundo título del año (aunque falta por oficializarse la Liga) y así hacer un buen Doblete con el que completar una buena temporada manchada por el ridículo en Roma.
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