Eurocopa

Cech y Rosicky, los viejos rockeros de República Checa

Con el segundo promedio de edad más alto del torneo (30,4 años), no hay líderes que les tomen el relevo.

13 junio, 2016 02:20
Enviado especial (Toulouse)

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Desde que Checoslovaquia se partiese en dos (pacíficamente) el 1 de enero de 1993, ninguno de los dos Estados resultantes ha logrado igualar los resultados futbolísticos de su nación madre, subcampeona del mundo en 1934 y 1962, campeona de Europa en 1976 con aquel penalti inverosímil y legendario de Antonín Panenka.

No hay duda, sin embargo, sobre cuál de las dos selecciones resultantes se ha forjado mayor reputación: la República Checa fue finalista de la Eurocopa en su primera participación (1996) y semifinalista en 2004; en 2012 alcanzó los cuartos de final.

Con escaso cartel para sus méritos, la selección roja presenta en las dos últimas décadas un currículum europeo bastante mejor que muchos de sus competidores. Vicente del Bosque, en la rueda de prensa previa al partido, equiparó su nivel al de Turquía y Croacia (más conocidas en España) y destacó su alto nivel a balón parado.

La potencia física (disminuida por el avejentamiento del equipo) y su aptitud para las faltas y córners en ambas áreas son las cualidades más llamativas en una selección encabezada por dos jugadores veteranos que se han reencontrado esta temporada en el Arsenal: Peter Cech, 34 años, uno de los mejores porteros del mundo, y Thomas Rosicky (35), el eterno mediapunta de los ‘gunners’ (fichado en 2006).

Presentes en la selección semifinalista de 2004, ambos representan el hilo conductor entre aquel equipo, probablemente mejor que el actual, y una nueva generación que no ha producido estrellas internacionales: ninguno de sus compañeros de convocatoria milita en equipos de máximo nivel continental.

El canto del cisne del ‘pequeño Mozart’

Tan genial como irregular, la propensión a las lesiones de Rosicky (jugador que llegó a ser llamado ‘El pequeño Mozart’) ha rebajado el rendimiento de un futbolista exquisito que a punto estuvo de fichar por el Atlético de Madrid hace una década. Su última temporada en Londres, prácticamente en blanco desde Navidades, le ha colocado definitivamente en el mercado de los transferibles. “Si te gusta el fútbol, te gusta Rosicky”, solía decir Arséne Wenger, que sin embargo le dejará ir tras la Eurocopa.

Su escaso desgaste puede traer problemas a la defensa española, aunque en su país dudan de que haya alcanzado un punto competitivo óptimo para el debut. Su seleccionador, Pavel Vrba, abordó en rueda de prensa la posibilidad de colocar a Rosicky en el lugar del fortachón ariete Tomas Necid (Bursaspor) e imitar la solución del ‘falso 9’ (Fábregas) utilizada por Del Bosque en años pasados.

“Lo estamos discutiendo”, afirmó el técnico que logró llevar al modesto Viktoria Plzen a la Liga de Campeones en 2011: “Los españoles jugaron la última Eurocopa con un 1-4-6-0 y ganaron el torneo. ¿Qué importa si lo hicieron sin un delantero centro? Creo que a nadie le importó”.

Rosicky durante un amistoso ante Rusia.

Rosicky durante un amistoso ante Rusia. Dominic Ebenbichler Reuters

Menor solidez defensiva

República Checa se clasificó a la Euro 2016 primera en un grupo complicado donde estaban Holanda (eliminada), Turquía e Islandia, con un registro goleador alto (19), pero con 14 goles en contra: una cifra pobre para una selección que en la última década era elogiada sobre todo por su solidaridad defensiva.

Cerrar el equipo es la obsesión de Vrba ante España. Periodistas checos acreditados en Toulouse respaldan la advertencia del técnico y anticipan un planteamiento conservador frente a un rival (España) que puede no estar en su mejor momento, pero sigue infundiendo respeto reverencial en el continente.

La baja por sanción del central Marek Suchy deja un agujero grande en la defensa centroeuropea, aunque tanto Roman Hubnik (1'90) y Michal Kadlec, de excelencia contrastada en el juego aéreo, son buenos candidatos para jugar junto a Tomas Sivok. La opción de Rosicky como ‘falso 9’ sería una herramienta para tratar de conservar la pelota, equilibrar la posesión y aguantar el resultado hasta el último tercio de partido, en la confianza de que poder desnivelar el encuentro hacia el final del mismo (con la entrada segura del potente Necid si fuese suplente).

Con su fortaleza defensiva habitual en entredicho, en la medular cabe destacar a Plasil (Girondins) y al ofensivo Dočkal (Sparta de Praga). Olvídense de un partido fácil para la ‘Roja’ ibérica. Pero tampoco esperen maravillas. El auténtico interés del partido estribará en ver el nivel que demuestra España en su regreso a un campeonato: como reconoció el propio seleccionador checo en su rueda de prensa anterior al partido, "todo el mundo debería aprender de ellos".

Cech saca el balón contra Corea del Sur en un amistoso.

Cech saca el balón contra Corea del Sur en un amistoso. David W. Cerny Reuters