Eslovaquia vence y convence con un 1-2 que les mete de lleno en la lucha por los octavos. Son peligrosos y todavía tienen mucho que decir en este torneo. Por su parte Rusia sigue demostrando su incapacidad para generar juego y la ausencia de equilibrio entre defensa y ataque. No tienen una idea clara. Aunque el miedo eslovaco en el segundo tiempo les dio vida, Rusia fue inferior. [Narración y estadísticas: Rusia 1-2 Eslovaquia]
Ante la duda, Marek Hamsik es la respuesta
El partido comenzó con más ocasiones para Rusia pero sin un dominador claro. Shatov recibía en campo eslovaco y llevaba peligro pero parecía estar demasiado nervioso e impreciso. Como el doble pivote ruso sigue naufragando en esta Eurocopa, Slutsky dio galones a su lateral derecho, Smolnikov, que siempre encontraba una autopista para subir el balón y Eslovaquia pronto se empezó a adaptar enviando hombres a su espalda. Primero fue Hamsik en el minuto 10 quien aprovechando ese espacio recibió un balón y disparó alto.
Rusia comenzó a partirse en dos y la lentitud de sus centrales y el miedo de sus centrocampistas dio espacio a Eslovaquia. Un equipo que, ante la duda, encontró a Hamsik ya más centrado y cerca del balón. Poco a poco tomó el control pero no las ocasiones que siguieron llegando del lado ruso gracias a las subidas de su lateral. Dos ocasiones seguidas en las que Dzyuba demostró ser un quebradero de cabeza para el rival, especialmente cuando fabricó una ocasión clara para Smolov en el minuto 28, pero su disparo se marchó desviado.
Como Rusia siguió arriesgando con su lateral, Hamsik decidió actuar. Agarró el balón en los múltiples espacios que le cedía el centro del campo rival, se giró y con su pierna mala coló un balón a la espalda de la defensa para que Vladimir Weiss, quien en su día era la joven promesa de la cantera del City y ahora está en Catar, exhibiera los problemas rusos atrás. Con un recorte mandó a Berezutski de vuelta a Moscú y su tiro ajustado puso el 1-0.
Ahí empezó el verdadero show de Marek Hamsik, quien no sólo ha firmado la mejor temporada de su carrera en el Nápoles de Sarri teniendo más balón que nunca, sino que ha llegado lleno de confianza a la Eurocopa. Agarró el balón, lo movió y encontrando siempre el apoyo de Duda, jugando de falso ‘9’, terminó de desquiciar a Rusia. Ni subidas por banda, ni ocasiones, Rusia estaba en la lona y antes de le salvara la campana en forma de descanso apareció otra vez Hamsik, otra vez desde la zona a la espalda de Smolnikov y otra vez hizo magia. Recibió, se perfiló y… a la escuadra.
Slutsky lo intentó y Eslovaquia le dio vida
En el segundo tiempo el seleccionador ruso intentó maquillar todos los problemas. Su planteamiento de cuatro defensas, dos medios y cuatro jugadores muy ofensivos fracasó ante Inglaterra, el gol dio un punto que por juego estuvo lejano, y falló de nuevo contra Eslovaquia. Al descanso cambió al doble pivote Neustädter y Golovin cedieron su puesto a Mamaev y Glushakov, dos jugadores para tener más balón, atacar con menos prisas y juntar más líneas. Ninguna revolución, sólo alguna mejora que obtuvo premio por el excesivo miedo eslovaco.
Eslovaquia se adaptó al marcador pero no al rival. Ese 0-2 que marcaba el electrónico les hizo replegarse mucho cuando lo cierto es que a Rusia lo que le costaba era llegar hasta el área, no tenía sentido facilitárselo. De hecho, arriba Rusia tiene calidad aunque más por acumulación que por sentido táctico. Eslovaquia dio vida a un equipo que estaba ya noqueado.
Smolov tuvo un par de ocasiones, incluido un tiro bloqueado en el punto de penalti, pero no estuvo acertado. Eslovaquia al principio amenazó a la contra, como Mak en el minuto 53 con un tiro centrado, pero el equipo apenas encontraba la manera de atacar con varios jugadores, todo eran ataques individuales que buscaban la heroicidad. A Rusia se le notaron todos sus problemas. Vivían del empuje de Smolnikov, del poderío aéreo de Dzyuba y de las llegadas de Glushakov. Precisamente este último cazó un rechace en el minuto 80 que puso el 1-2 en el marcador. El cansacio eslovaco se juntó con los nervios y el propio Glushakov puedo empatar con otro ataque que le cayó muerto en la frontal.
A base de empuje Rusia se fue con la sensación de haberlo intentado pero el miedo eslovaco les dio más de lo que se ganaron por derecho propio. Rusia falleció entre las prisas por atacar y la falta de un plan para hacerlo, no por jugar con más hombres de ataque va a tener más sentido tu sistema ofensivo. El punto contra Inglaterra les dio una vida extra para corregir errores pero Slutsky lo ha desperdiciado. Rusia es la selección más floja de su grupo pero dependen de sí mismos para llegar a octavos –deberán superar a Gales-. Pocas certezas en el torneo previo a su Mundial en 2018.