Francia ya sabe que selección tiene. Deschamps ya sabe que equipo tiene. La Eurocopa ya sabe contra que Francia tiene que jugar. Les Bleus volvieron a ganar sufriendo, en el último minuto y sin merecerlo mucho. Como en el partido inicial ante Rumanía. Y esta vez fue un gol de Griezmann, suplente ante Albania, el que salvó a un país que duda ya de su selección. [Narración y estadísticas: Francia 2-0 Albania]
Ese tanto del jugador del Atlético, y otro de Payet con el tiempo rebasado, esconden la poca fiabilidad que da la anfitriona. Ocultan un juego ramplón, por momentos aburridos, sin ninguna idea, sin aplastar a rivales menores. Contribuyó esta vez Deschamps, que si no es por un Griezmann al que dejó en el banquillo bien se llevaría ya una buena bronca de sus compatriotas. Porque el seleccionador galo dejó a Antoine y a Pogba en el banquillo, quien sabe si creyendo que el partido era fácil. Albania les dejó claramente desde el principio que de eso, nada.
Se jugó el encuentro en Marsella, que recuperó su condición de ciudad, y no de campo de guerra tras el paso de rusos e ingleses. Allí la conexión Payet-Giroud no funcionó esta vez, sobre todo por los continuos fallos del segundo. El delantero del Arsenal desesperó al Velodrome errando una tras otra. El problema es que los dos mejores delanteros franceses están en su casa: Benzema y Gameiro. El sustituto es Gignac, futbolista 'exiliado' en la liga mexicana. Así está el nivel de ataque francés.
En el primer tramo fue Coman el que intentó salvar el honor local, pero Francia parecía Albania, es decir, selección menor, jugando contra la anfitriona y acongojada ante una ocasión única. Y, a la misma vez, Albania parecía Francia. Llegó por momentos a jugar como quiso, maniatando a la defensa gala, dominando, teniendo en Memushaj a su mejor hombre. Si ya dieron buena imagen en su debut ante Suiza, ante Francia brillaron. Pero se volvieron a ir de vacio.
Y se fueron sin puntos (siguen con cero en su casillero, a pesar de sus buenos partidos) porque Deschamps tuvo que rectificar a la fuerza. Tras el descanso, Pogba a escena. Como si de una presencia divina se tratara, Francia cambió su juego y se fue al ataque. Era otro equipo. Eso sí, los albanos no se rindieron. Memushaj volvió a crear pánico en el Velodrome dando un balón al palo, contestado por un remate del propio Pogba y otros varios del fallón Giroud, uno de ellos también a la madera.
Estaba bien Coman, pero Deschamps no quiso compaginarle con Griezman. El colchonero apenas hizo algo, pero su presencia ya generaba respeto e inquietud. Al final, en el minuto 90, un centro de Rami encontró solo a Griezmann a tres metros de portería. Cabezazo y gol. Cruel golpe a una Albania que no merecía ese castigo pero que, como todas las novatas, pecó de ello y no supo defender en los minutos finales lo que sí había hecho 89 minutos atrás.
Ya con el 1-0 estaba todo acabado, pero la Francia que no se mereció ganar, acabó marcando otro, de nuevo en las botas de Payet, que dentro del área, escorado en la parte izquierda, se inventó un disparo preciso para batir a Berisha. Era de esos tantos que únicamente rellenan estadísticas: su valor apenas era decisivo. Fue la cabeza de Griezmann la que dio los tres puntos a los locales.
Francia ya está en octavos, algo que no se dudaba desde que se supo el sorteo. Lo que no se esperaba era esta imagen. Ganaron sus dos partidos, seis puntos ya, pero las sensaciones no son esas. Si sufrieron y no ganaron hasta el último minuto ante Rumanía y Albania, qué se podrá esperar de este equipo cuando le lleguen los compromisos decisivos. Cambiar. Eso es lo que deberán hacer. Hasta ahora les valió con esto, en un futuro seguramente no.
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