Inglaterra se marchó al descanso perdiendo ante Ggales y Roy Hodgson no lo dudó ni un momento. Harry Kane, quien hasta ese preciso instante era el elegido como cara visible de la regeneración inglesa, y Raheem Sterling, uno de los jugadores a los que el seleccionador ha dado más confianza, dejaron su hueco a Jamie Vardy y Daniel Sturridge. Tras el gol del empate inglés, anotado por el primero de estas incorporaciones, Hodgson no quería el empate y dio entrada a Marcus Rashford en la banda izquierda.
Inglaterra creyó que a base de poner a delanteros el partido sería suyo. Al menos el marcador lo fue. Una gran jugada de Daniel Sturridge, combinando con Vardy y Alli, culminó la remontada y abrió un debate: ¿Quién debe ser el delantero titular inglés? ¿Cuántos delanteros debe tener el once inicial?
La revolución inglesa se notó, no sólo en el marcador, sino también en la fluidez de balón. Aunque Roy Hodgson arriesgó volviendo ultraofensivo a un equipo con problemas enormes sin balón, se pueden sacar lecciones positivas. Si miramos dónde tocó el balón Inglaterra en campo rival se puede apreciar que con Harry Kane y Raheem Sterling faltó profundidad. Puede que Hodgson apueste por Sturridge detrás de Vardy, Rooney tras ellos, viendo que Kane y el Wayne centrocampista chocan y Hodgson prefiere que Kane se adapte a Rooney antes que lo contrario.
Viendo que Roy Hodgson no modificó ni un ápice el plan del imperfecto primer partido contra Rusia y que luego hizo una reconstrucción agresiva contra Gales vemos que Inglaterra no tiene las ideas muy claras. Revisamos qué argumentos a favor y en contra tienen cada uno de los delanteros que optan a la titularidad.
Daniel Sturridge, el héroe de la remontada
A favor: El delantero del Liverpool se llevó toda la gloria cuando en el minuto 91 dio el único momento de calma en la segunda parte. Enfrió la cabeza, decidió esperar un desmarque y continuar la jugada. Precisamente Sturridge fue el conductor de las posesiones en campo rival. Él era el único que mezclaba recibir entre líneas con ser vertical. Mientras otros como Dele Alli, que se obsesionó con pisar área y casi no tocó el balón, o Rooney, que precipitó al equipo en cada balón; Daniel Sturridge aportó esa mezcla de calidad en cada toque, descaro para encarar y lectura para encontrar el espacio para recibir.
La mayor virtud de la segunda parte de Sturridge contra Gales fue esa habilidad para dar apoyos a los compañeros. Inglaterra se partía en dos, como de costumbre, pero Sturridge es capaz de paliar eso, a su manera. Inglaterra seguirá teniendo problemas en el medio si juega él, pero tendrá un receptor más entre líneas, un jugador que busque el apoyo en la frontal y que pueda demostrar más complicidad con Rooney, indiscutible para el seleccionador, de lo que ha enseñado Harry Kane. Sturridge recibe más arriba que Harry Kane, allá donde Wayne Rooney ya no llega con el balón, mientras que al punta del Tottenham le gustaría bajar más.
En contra: Físicamente puede estar lejos de mantener un buen nivel los 90 minutos pero, sobre todo, Sturridge juega con algo en contra: Hodgson le pide atreverse pero conlleva un riesgo muy importante para todo el equipo. Sturridge necesitó 45 minutos para ser el segundo inglés que más balones perdió (4) y todos ellos lejos de la portería. La actual Inglaterra es un equipo que depende en su totalidad de que Dier robe y cada vez se lo ponen más difícil, con Sturridge necesitarían adaptarse mucho en el medio.
Harry Kane, la cara de la regeneración
A favor: Ha sido el mejor delantero inglés de los dos últimos años y su papel de líder de esta renovación en la selección tiene sentido si además se apuesta por un esquema similar al del Tottenham. Si Hodgson de verdad apuesta por él, es el jugador de la selección que mejor puede gestionar el balón en campo rival.
Además, él es el pilar del juego del Tottenham, equipo que ha tenido cinco titulares en el once de la selección. Harry Kane con movilidad, Dele Alli llegando al espacio, los laterales Rose y Walker siendo muy profundos y Eric Dier sujetando todo. Si se quiere el estilo del Tottenham, como parece, Kane es la mejor opción para la punta.
En contra: Que esté en el once no quiere decir que Roy Hodgson haya apostado de verdad por él. Si Wayne Rooney, el jugador inglés que más balón tiene, no permite a Harry Kane que baje a recibir no tiene sentido seguir con los mismos titulares. El actual Rooney y Kane pueden complementarse pero Hodgson le da tantos galones al del Manchester United, tanta libertad para enfriar las posesiones y le permite jugar demasiado en largo, tanto que prácticamente es lo opuesto a lo que necesita Harry Kane a su espalda.
El delantero del Tottenham está acostumbrando a que el balón llegue a él en cada ataque y tener mínimo dos apoyos en corto. La Inglaterra de Hodgson y del actual Rooney no deja sitio a Harry, podría hacerlo pero no se modifica nada, incluso después del empate ruso.
También hay una parte de culpa importante del delantero. Ha estado muy desacertado con el balón en los pies, no se le ve fresco y sus pases apenas han aportado nada. Aunque tiene confianza y le hemos visto intentar tiros lejanos y regates, a Harry Kane le falta el sistema que le permita atreverse a más, pero también él necesita demostrar que puede tener más galones en la selección.
Jamie Vardy encendió la mecha
A favor: El delantero del Leicester está en ese momento en el que le sale todo. Contra Gales vimos que incluso los centrales rivales le daban pases de gol. En realidad, más allá del error galés en el gol de Vardy, él es el único delantero con perfil de ‘killer’ de área. De estar donde se quedan los balones muertos y de estar más concentrado que ninguno. Todo ello aderezado con un carácter fuerte que aporte agresividad a la Inglaterra apática de Hodgson que perdió cada choque, cada entrada y cada balón dividido ante la motivación galesa en el primer tiempo.
Jamie Vardy sobre todo es profundidad. Él debe estirar al equipo, ofrecerle una vía en largo y abrir espacios. Si vemos las posiciones de Inglaterra contra Gales, Harry Kane y Sterling, los llamados a hacer eso, están muy cerca de los medios. El lateral derecho, Walker, fue la solución para llegar a campo rival.
En contra: En cuestión de cifras el papel de Vardy fue inmejorable, el primer gol y partícipe importante en el segundo siendo el jugador que menos veces tocó el balón (7) y menos pases intentó (5). El contexto de partido revolucionado le permitió ser más él mismo. Aun así, en el marco contra Eslovaquia, si Inglaterra consigue la posesión, el partido le deja sin espacios. Jugar para Vardy es dar un vuelco al plan y renunciar a tanta calma en los ataques.
Marcus Rashford, la sorpresa
A favor: Hodgson decidió quemar las naves a veinte minutos del final con Rashford. El joven, además de batir el récord como inglés más joven en jugar una Eurocopa, demostró que en el mano a mano con el defensa es difícil de batir. Fue el segundo jugador de Inglaterra con más regates (5) en el partido. Desde la banda izquierda dio desborde y pisó área. Sería extraño verle de inicio pero es el término medio entre los apoyos en la frontal y la profundidad al espacio de Vardy.
En contra: Asumiendo que la falta de experiencia puede no ser un problema para el inglés, ya que ha demostrado un buen nivel en cada partido de máxima presión estos meses, Rashford participó como última opción y lo hizo fuera de posición. Posiblemente sea el que menos opciones tiene de ser titular.
El gran partido de Daniel Sturridge, la baja confianza de Harry Kane, el deprimente papel de Raheem Sterling en banda y el acierto de Jamie Vardy invitan a pensar que habrá cambios en el ataque. El puesto de delantero centro se ha puesto muy caro.