La sociedad brasileña está indignada tras el fichaje de un portero condenado por asesinar a su pareja -y usar su cuerpo sin vida para alimentar a sus perros- por parte de un equipo de segunda división, tal y como informan medios del país.
El Boa Esporte anunció este lunes la contratación de Bruno Fernandes de Souza para los próximos dos años. Una decisión que ha levantado un gran revuelo mediático, ya que el jugador salió de prisión hace un mes, a la espera de que los tribunales estudien su apelación a la condena.
La familia de la víctima, Eliza Samudio, ha iniciado una campaña en contra de que Bruno juegue en el Boa Esporte; una petición a la que se han unido varias asociaciones en contra de la violencia de género en Brasil. "Las mujeres estamos indignadas, así como la sociedad en general. Es como si se hubiera ido sin castigo [de la cárcel]", afirmaba Djamila Ribeiro, portavoz de una organización, tras conocerse la noticia.
Protestas, hackers y apoyos de la afición
Algo que también ha afectado a las relaciones comerciales del Boa Esporte: tres de sus patrocinadores han retirado inmediatamente su apoyo al club como protesta contra la decisión, mientras que un grupo de hackers atacó la página web del club para denunciar el caso.
Sin embargo, numerosos aficionados han celebrado la vuelta al fútbol del portero, quien jugó durante la pasada década en prestigiosos clubes como el Corinthians, el Flamengo o el Atlético Mineiro y quien ha pasado los últimos años en prisión tras ser condenado por el crimen.
En 2013, un tribunal lo sentenció a 22 años de cárcel, de los cuales ha pasado entre rejas menos de una tercera parte.