Antoine Griezmann, el último Balón de Bronce, lo definió ayer como “casi el partido del año”. Es tal la rivalidad histórica entre Francia y España, las selecciones que dominaron el fútbol mundial durante el cambio de siglo y el cuatrienio 2008-2012, que el amistoso de hoy en el Stade de France de Saint-Denis despierta más expectación en los aficionados que el crucial España-Israel solventado con suficiencia por la ‘Roja’ el pasado viernes en Gijón.
El imponente estadio parisino albergó la última derrota española, en junio de 2016, cuando la Italia de Conte certificó el final de la era Del Bosque. La Selección regresa al escenario de aquel desastre para enfrentarse a la selección de moda en el continente. Francia dejó escapar su Eurocopa hace unos meses en la final frente a Portugal y presume de varias generaciones jóvenes superpuestas con un futuro esplendoroso: los perfiles publicados por la prensa española estos días ya no son de Pogba, Griezmann o Umtiti, sino de Mbappé, Dembélé o Rabiot. La explosión de Mbappé en el Mónaco es de tal magnitud que ha llevado a sus compañeros de selección a protegerle en público cuando se dispone a enfrentarse a Ramos y a Piqué en su segundo partido con la camiseta azul.
La clasificación FIFA coloca actualmente a Francia en sexto lugar, y a España décima, en el escalafón internacional. Es de esperar que el duelo no quede minusvalorado por la alineación de Lopetegui, que ha prometido cambios y querrá repartir minutos entre los convocados, pero a quién no se le escapa el valor anímico del resultado para una selección que no vuelve a juntarse hasta junio y cuya reacción final en Wembley el pasado mes de noviembre, en el peor partido de esta nueva etapa (cinco victorias y dos empates hasta ahora), le salvó de las críticas de una afición mal acostumbrada que no tiene grandes alegrías desde hace años.
El seleccionador afirmó este lunes que no diseñará un dispositivo particular para desactivar a las estrellas locales. “Vamos a jugar pensando en nosotros”, dijo; “tenemos mucho respeto por Francia, pero lo más importante es mantener el estilo, nuestro fútbol”. Julen Lopetegui ha llevado a nueve de los jugadores que perdieron ante Italia en junio en Saint-Denis: De Gea, Piqué, Ramos, Alba, Busquets, Iniesta, Silva, Pedro y Morata. Salvo los dos últimos, el resto sigue constituyendo la estructura del buque español.
Asistente por vídeo
El partido servirá también de prueba del asistente tecnológico que la FIFA quiere implantar progresivamente en el fútbol mundial: dos auxiliares repasarán las imágenes del encuentro en tiempo real y podrán ser consultados por el árbitro si tiene dudas sobre un lance. Será la segunda vez que este tipo de mecanismo, resistido por muchos jugadores y entrenadores, se utilice para un partido de la selección francesa. “La tecnología es bienvenida”, dijo ayer un prudente Lopetegui, “pero aplicada en las dosis justas para que el fútbol no pierda frescura e interés”.
No hay favorito en el partido, como demuestran las casas de apuestas, notarios de la igualdad entre dos de las grandes selecciones del planeta fútbol. El entrenador francés, Didier Deschamps, reconoció este lunes que los partidos contra España “siempre son más que un amistoso”. “Es un partido de prestigio”, declaró; “tendremos enfrente a una de las mejores naciones del continente, lo que le dará al partido más picante en la animación. Es positivo, pero el riesgo es que con su calidad podamos tener dificultades. Prefiero estos partidos que los que controlamos más fácilmente. Será un partido bonito”.
Bajas
Asier Illarramendi, la gran novedad (con Delofeu) de esta convocatoria, no podrá debutar con España por problemas musculares. La principal duda en la alineación es Diego Costa, probable suplente (será Morata el delantero titular), que sufrió además un fuerte golpe en el último entrenamiento antes de viajar a París. Se da por segura también la titularidad de Koke, reserva ante Israel.
En Francia, cuyo camino hacia el Mundial de Rusia ha sido plácido hasta ahora, estos meses están siendo aprovechados por Deschamps para profundizar la renovación de un equipo que sigue sin contar con el talento de Karim Benzema por sus problemas con el ‘caso Valbuena’. Las dudas del seleccionador galo están en la zaga, donde el sevillista Adil Rami es baja por lesión. Deschamps convocó en su lugar al central del Athletic de Bilbao Aymeric Laporte, de 23 años, que podría debutar con los ‘bleu’ precisamente contra la selección que le ofreció acogerle hace unos meses.
Pocas horas tienen ya ambos técnicos para delinear el once con que dos gallitos europeos medirán prestigio, juego y ambición antes del parón al que están condenadas las selecciones durante las interminables fases de clasificación. Hace sólo nueve meses, España era barrida por Italia en Saint-Denis. El coliseo parisino es el escenario ideal para confirmar la lenta pero segura renovación de una selección que sigue infundiendo respeto en todo el mundo, también en los países vecinos, pese al declive del último lustro.
Alineaciones probables:
Francia: Lloris; Lurzawa, Koscielny, Umtiti, Jallet; Dembele, Kanté, Rabiot; Gameiro, Griezmann, Payet
España: De Gea; Carvajal, Nacho, Sergio Ramos, Jordi Alba; Busquets, Koke, Isco; Vitolo, Pedro y Morata.
Árbitro: Bjorn Kuipers (HOL), asistido por vídeo.
Hora: 21.00 horas (19.00 GMT)
Estadio de Francia de Saint Denis.