Saúl Ñíguez fue una de las piezas que abrió la gran operación de final de mercado entre España e Inglaterra. Su salida del Atlético de Madrid era conditio sine qua non para que Antoine Griezmann pudiera salir del Barça y llegar al Wanda Metropolitano y que, a su vez, el Barça pudiera cerrar el fichaje de un delantero. Finalmente, el elegido fue el descarte del Sevilla FC Luuk de Jong.
Este triple movimiento le permitía a Saúl abandonar el Atlético de Madrid y alejarse del 'Cholo' Simeone, un técnico con el que no ha tenido un final del todo agradable. El argentino perdió la confianza en un jugador que llegó a ser clave, pero que después alternó suplencias con apariciones en posiciones que no eran la suya.
El ilicitano odiaba no poder desempeñarse en su función en el centro del campo, cerca del área rival para exhibir su capacidad goleadora, y se desesperaba cada vez que tenía que terminar jugando en una banda o incluso de lateral izquierdo. Por ello, en cuanto la posibilidad real se presentó, Saúl lo tuvo claro y apostó por su salida a Inglaterra.
El Chelsea pujó en serio por él y se llevó una cesión hasta final de temporada. Sin embargo, el resultado no ha sido el esperado por un Saúl que consiguió debutar con el equipo de Stamford Bridge, pero que después desapareció por completo de los planes del técnico Thomas Tuchel.
Saúl debe pensar en estos momentos que si no le quería o no le gustaba por qué había pedido su fichaje. Quizás sea una situación pasajera, pero lo que está claro es que de momento las cosas no le van bien. Y menos si escucha hablar de él a su entrenador, como ha sucedido en la rueda de prensa posterior el encuentro contra el Southampton.
La justificación de Tuchel
Allí, el entrenador alemán reconoció abiertamente que estuvo muy cerca de apostar por el ilicitano tras la baja de Kanté, pero finalmente, analizó el rival y vio que concluyó que Saúl no era el jugador idóneo para ese momento. Intento justificar su ausencia y exculparle y lo que terminó haciendo fue asegurar que ni se ha adaptado desde su llegada ni da el nivel para jugar contra equipos muy físicos, algo habitual en la Premier.
"Estuvo muy, muy cerca de comenzar contra Southampton el sábado, pero al final me decidí en su contra. Pensé que sería injusto ponerlo en contra de un oponente que presiona tan alto en el centro del campo y decir OK, ahora demuestra que tu adaptación ha ido más lejos".
Después del primer palo, Thomas Tuchel intentó arreglarlo, pero solo consiguió empeorarlo: "Así que dudé un poco, pero él no tiene que preocuparse porque tiene todo lo que queremos. Simplemente tiene que trabajar duro para adaptarse y las oportunidades llegarán. La realidad es que hubo ocho jugadores en los que no confié para que jugaran de titulares. Es una realidad y no puedo esconderla". Habrá que esperar para ver si la etapa de Saúl en Londres cambia y puede instalarse de manera definitiva en el Chelsea.
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