El PSG ha conseguido dar un paso gigantesco en la Champions al derrotar con contundencia a un Bayern de Múnich totalmente desarbolado. Aunque la victoria no garantiza nada a los parisinos, este 3-0 es sobre todo un magnífico mensaje, lleno de aplomo para el resto de Europa. El Bayern quedó retratado ante un PSG muy superior, donde Neymar y Cavani brillaron de nuevo, por separado pero demostrando una buena relación en el campo.
El de este miércoles fue un partido sorprendente, que hizo temer por su futuro a los jugadores alemanes y que incluso podría provocar el despido de Carlo Ancelotti como entrenador bávaro. El martes, Arjen Robben llegó a declarar que "el dinero no marca goles", sino que "es la calidad en el campo lo que cuenta".
Un guiño agresivo sobre el sueldo de lujo que ganará Neymar durante su estancia en París. Una cantidad económica que haría volar la cabeza de cualquier persona en este planeta. Y esto es exactamente lo que está viviendo el equipo parisino: un Neymar que se cree el centro del universo y un equipo que está a punto de implosionar.
Si la directiva se interesó en el brasileño fue principalmente para encontrar un reemplazo para Zlatan Ibrahimovic, ídolo absoluto del PSG durante tantos años. Pero, a diferencia del sueco, el joven brasileño no muestra el mismo respeto hacia sus compañeros. Al menos, es lo que se puede observar.
Aunque el problema entre Cavani y Neymar a colación de los penaltis parecía resuelto (el brasileño se disculpó con el uruguayo y el resto del equipo), esta historia sigue su curso: hay una reunión entre ambos jugadores, Unai Emery y Antero Henrique, director deportivo del PSG, programada desde la semana pasada.
Finalmente, el presidente del club, Nasser Al-Khelaïfi, decidió que, a partir de ahora, los jugadores se irán turnando a la hora de lanzar las penas máximas. Los líderes del Parque de los Príncipes han tratado superficialmente el problema, prometiendo una prima tanto para el mejor goleador como para el mejor pasador, las mejores condiciones para ponerse de acuerdo en el campo.
Neymar parece haber conquistado a la dirección del club, igual que a los miembros de su nuevo equipo. Es ciertamente el digno sucesor de Lionel Messi, su gran mentor en el Barça. Pero a diferencia de él, Neymar quiere un cambio e inmediatamente. Con el trío que formó con Messi y Suárez, Neymar permaneció a la sombra de los dos gigantes. Sin embargo, en París, el atacante de 25 años quiere ser el centro de atención de la “MCN” - Mbappé, Cavani y Neymar, el trío ofensivo más caro del mundo (466 millones de euros).
Neymar sí ha mostrado complicidad con Mbappé, pero no tanta con Cavani: no le desagradaría en absoluto que saliese del club. De hecho, Cavani se habría reunido con los líderes del PSG y habría declarado su deseo de dejar París el próximo verano, a pesar de que su contrato dura hasta 2020. Por su parte, según Le Parisien, Neymar enviaría mensajes regulares a Benzema desde este verano, imitado por Dani Alves: “¡Ven a París, queremos que formes parte de nuestro ataque!”.
Dulces palabras que confirman que el episodio del penalti contra el Lyon no fue lo único que demuestra que Neymar y Cavani no van en la misma dirección. El uruguayo no parece formar parte de los planes de futuro del '10' del PSG, cuyo único problema no es la mala relación entre dos de sus estrellas.
Unai Emery está desacreditado y su posición parece débil a ojos de Europa. Más aún porque finalmente fue el presidente Nasser quien tuvo la última palabra en el conflicto de los penaltis, que Emery acató. Tal comportamiento no habría ocurrido la temporada anterior, sin Neymar.
Si el brasileño demostró durante el partido contra el Bayern que quiere ser el líder del equipo, Cavani no iba a ser menos. El uruguayo, en un estado de forma sobresaliente, logró el gol de la noche. Su compañero brasileño tardó en acudir a celebrarlo con él: Alves le indujo a ello con un gesto claro. Eso sin contar con los aficionados franceses que también quieren a Cavani, un delantero excepcional pero que no deja espacio a Neymar, lejos del Parque de los Príncipes.