El empate de España ante Portugal dejó un sabor amargo, porque el último gol del rival llegó en el tramo final, pero también de optimismo, porque 'La Roja' superó varias situaciones adversas, recuperó su fútbol, remontó con grandeza y se sacudió los fantasmas. No fue un mal empate, pero sí que dejó algunos errores.

Una vez pasadas las primeras horas, queda analizar los fallos que condenaron a España en su debut en el Mundial. Muchas críticas se centraron en la mala actuación de David de Gea, que erró en el segundo gol luso, pero además de la actuación del portero del Manchester United hubo otras claves que la selección española debe mejorar.

Concentración

Los tres goles que recibió España ante Portugal fueron problemas de no estar centrados en ese momento. El 1-0, en un error de Nacho, que pecó de novato ante un jugador con tanta experiencia y que tanto conoce como Cristiano Ronaldo; el 2-0 en el fallo ya conocido de David de Gea; y el 3-0 en una falta infantil e innecesaria de Piqué. Fueron errores perfectamente corregibles que costaron mucho y que ante una mayor concentración y preparación se pueden corregir. 

Fernando Hierro. REUTERS

Control del partido

España fue muy superior a Portugal. Excepto los primeros minutos, en los que la selección lusa salió muy bien, 'La Roja' supo coger el balón y manejarlo a su antojo. Consiguió una remontada de mucho mérito, en un arrebato tras el descanso, pero con un 3-2 no llegó a controlar el encuentro como lo hacía antaño. Dominó, pero sin 'matar' el duelo. Y con un resultado abierto existía el riesgo de que una jugada aislada pudiera hacer daño.

Rigor táctico

No es que el precipitado cambio de entrenador se notara en exceso, principalmente porque el once titular fue el que ya había dejado Julen Lopetegui, pero hubo momentos en el juego que se notó al equipo descolocado tácticamente, especialmente en el centro del campo, con Koke y Busquets sin entenderse. Hubo descoordinación en la presión.

Piqué, Koke y Jordi Alba. REUTERS

Leer el encuentro

La principal lección que debe aprender España es que en el fútbol ni se gana por ser mejor ni por tener más posesión. Y mucho menos en un Mundial. Y es la propia España la que lo sabe, porque en 2010 no es que hiciera su mejor juego. Ganó sabiendo leer los partidos, con no solo siendo mejor que el rival (que no lo fue siempre) sino con oficio. El viernes ante Portugal le faltó saber leerlo y el gol en el tramo final, concediendo una falta peligrosa que acabó siendo clave, es la mejor expresión.

Más juego de las piezas claves

De David Silva apenas se vio nada contra Portugal. De Iniesta, lo justo. La línea de ataque, esa que enlaza a un centro del campo que estuvo más flojo de lo normal (especialmente Busquets, muy influenciado por una tarjeta amarilla tempranera) con el '9' Diego Costa que fue lo que mejor funcionó, no se exhibió como vino haciéndolo en los dos últimos años. Solo se salvó Isco, gran figura de España. El malagueño lo intentó, lo buscó y se gustó. Pero se necesita de Silva e Iniesta para que 'La Roja' sea verdaderamente peligrosa y eficiente arriba.

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