Andrés Iniesta, en zona mixta, anunciando su adiós; Sergio Ramos, en cuclillas sobre el césped, llorando; Gerard Piqué, sin decir nada, aguardando su despedida sin palabras; David Silva, en su veteranía, planteándose su futuro… La sensación es de despedida. Muchos se irán. Quizás ahora, o más tarde. Puede que, en el mejor de los casos, algunos sean protagonistas de la transición. Pero, más allá del deseo, aparece la realidad: gran parte del bloque que fue campeón del mundo con España en Sudáfrica no estará en el próximo Mundial. Llegarían, sin duda, a la Eurocopa –siempre que gusten–. Pero Qatar está tan lejos…



El hombre que marca el final de una época es Iniesta. El manchego, autor del gol más importante de la historia de España, fue el primero –y el único, de momento– en anunciar su retirada de la selección. Tras la eliminación ante Rusia (1-1 y 3-4), compareció en zona mixta y dijo adiós: “A nivel individual no ha sido la mejor despedida, pero el fútbol y la vida tienen estas cosas. A veces los finales no son como uno espera”, sentenció Andrés.



El manchego se despidió del fútbol de máximo nivel el día en que, como una premonición, Fernando Hierro lo sentó en el banquillo. Iniesta, junto a Carvajal, vio cómo España se adelantaba –con un gol en propia puerta– y Dzyuba empataba posteriormente de penalti por una mano de Piqué dentro del área. Y, después, calentó y saltó al césped. El míster, ante el atascó, recurrió al mago de Fuentalbilla. Pero no era su día. Aguantó hasta el final y convirtió su penalti. Y después, desde la distancia, vio fallar a Koke y errar a Iago Aspas. Y adiós. Cerró su ciclo en la selección española con una eliminación en un Mundial.

Sergio Ramos e Iniesta se retiran del campo tras la eliminación. EFE



Ese fue su rostro. El de Piqué, que todavía no se ha pronunciado –aunque ya reconoció que se iría tras el Mundial de Rusia–, fue otro bien diferente. El central también ha sido uno de los señalados en esta eliminación de España porque suya fue la mano que dio origen al penalti convertido por Dzyuba. Esa es su pena. Por edad, podría seguir, pero no por convencimiento. Su idea estaba clara: terminar aquí su ciclo. De otra manera, sí, pero en este torneo. En cualquiera de los casos, podría intentar estar en la próxima Eurocopa, pero tendrá muy difícil comparecer en Qatar 2020, cuando sumará 35 años.



En una situación parecida se encuentra David Silva. El centrocampista del Manchester City, a sus 32, cumplirá 36 años en la próxima cita Mundial. Después de un torneo en el que ha sido, también, señalado por su bajo nivel, podría llegar a la Eurocopa. ¿Lo hará? Eso está por ver. Él todavía no ha expresado su deseo de retirarse de la selección, pero después de lo ocurrido en Rusia podría replantearse su futuro. Eso es una certeza. La realidad la conoceremos en los próximos días.



La misma edad (32 años) tiene Sergio Ramos. El capitán, llorando, podría haberse despedido de un Mundial. A Qatar también llegaría con 36. Quizás demasiados años. En cualquier caso, el central del Real Madrid no ha mostrado su voluntad de dejar la selección. Su futuro tiene más que ver con sus sensaciones que con sus primaveras. Tiene claro que quiere estar en la próxima Eurocopa y que no se ha acabado su ciclo. Luchará por llegar. Eso sí, podría ser el único que quede de esta edad dorada. 

Andrés Iniesta se despide. Reuters



Más allá de estos, otros tantos se replantearán su futuro en los próximos años: Diego Costa, Busquets y Jordi Alba –todos con 29– seguirán a corto plazo, pero atisban demasiado lejano el Mundial. Iago Aspas, con 30, quizás haya estado ante su único gran torneo. Los demás, salvo sorpresa, podrían estar en Qatar.



Pero la sensación está clara: la gran época dorada del fútbol español, esa que comenzó con la conquista de la Eurocopa de 2008 –y que siguió con el Mundial de Sudáfrica y el entorchado continental en 2012– parece rentabilizada y acabada. Con Iniesta como faro de todos ellos, ha capitulado en un escenario que la desmerece y ante un rival muy inferior. Ahora, es el turno de Rubiales. Él será el que marque cuál será el futuro de esta selección. Y, sobre todo, quién será el seleccionador. Eso es lo primero. El resto, quizás llegue o quizás no…

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