El estadio para el Mundial de Qatar diseñado en Alcobendas que se desmonta como un Lego
El 974 Stadium tiene capacidad para 40.000 espectadores, está fabricado con contenedores y es totalmente desmontable y transportable.
18 noviembre, 2022 20:57Noticias relacionadas
Los contenedores marítimos se han vuelto muy populares en la construcción y desde hace tiempo se utilizan para levantar todo tipo de obras, como casas prefabricadas que se apilan para crear grandes edificios. Incluso en España, un estudio de arquitectura situado en la localidad madrileña de Alcobendas los ha utilizado como base para erigir un colorido estadio de fútbol en Qatar que se desmonta y que es una de las sedes del Mundial de 2022.
El 974 Stadium, anteriormente conocido como Estadio Ras Abu Aboud, es el primer campo de fútbol totalmente desmontable y transportable del mundo. Un recinto que se ubica cerca del puerto de Doha y que ha sido diseñado por el estudio español Fenwick Iribarren Architects, quienes también han ideado otros dos estadios más para el la importante cita deportiva. Para su construcción se han utilizado desde contenedores de transporte hasta asientos desmontables y otros bloques modulares.
La idea del proyecto surgió tras conocer los requisitos del concurso que la FIFA lanzó para construir el estadio: tenía que ser muy barato, sencillo y funcional, pensando en la posibilidad de realizar algo desmontable. Basándose en eso, "apostamos por usar contenedores de barco, que tienen dimensiones que van desde las 20 hasta las 40 pulgadas (de unos 6 a 12 metros de longitud), ya que son fácilmente transportables y económicos. Es un estadio diferente, como un Lego en el cual tienes muchas piezas que se van uniendo", explica Olga Redondo, arquitecta y responsable en Fenwick Iribarren Architects de los proyectos de estadios en Qatar, a EL ESPAÑOL - Omicrono.
Se desmonta entero
Para ahorrar tiempo y costes, y evitar desperdicio de material; el estudio basó el diseño en la modularidad, es decir, repitieron una misma pieza las veces que fueron necesarias. "Desde los contenedores para cada una de las zonas, como los baños, hasta los pilares que son iguales se han repetido por todo el estadio. Cuando tienes que fabricar muchas piezas diferentes es más caro, pero cuando repites algo varias veces sale más barato. Gracias a esto conseguimos un estadio más económico y una vez que tuvimos la modularidad, el recinto se construyó en sólo 12 meses", indica Olga Redondo.
Una de las particularidades del 974 Stadium es que todo es desmontable. "Cuando acabe el torneo se tiene que desarmar completamente para dejar la parcela vacía. Todas las piezas de la estructura son atornilladas y modulares, desde los pilares hasta las gradas, y van codificadas para saber en qué parte exacta del estadio se colocan. Con ese código se pueden almacenar fácilmente y transportar, incluso en los propios contenedores, hacia otro lugar para volver a construirlo", explica la arquitecta
Será la misma empresa que ha construido el estadio la que se encargará de desmontarlo, "esto es porque ya saben dónde va cada pieza exactamente. Estimamos que será un proceso igual de rápido que el de edificarlo, por lo que llevaría menos de un año". Cuando los materiales llegan a otra ciudad "se puede construir el mismo estadio o dividir en varias instalaciones deportivas. Por ejemplo, con todas las piezas se puede crear un campo de fútbol para 20.000 espectadores, dos pistas de atletismo exteriores, un centro de piscina y otro de multideportes".
Un estadio colorido
Para su diseño, el estudio llegó a la conclusión de que uniendo tres contenedores de barco de larga longitud, y realizando unas pequeñas obras en cada uno de ellos, podían "hacer todas las zonas del estadio. Desde los baños para hombres y mujeres, hasta las zonas de rezo que también están separadas por sexo, los puestos de comida, las zonas de seguridad o las cocinas". Un dato curioso es que su nombre, 974 Stadium, hace referencia al número total de contenedores que se han utilizado, aunque también es el código internacional para llamar a Qatar.
Los contenedores de barco suelen tener diferentes colores y el estudio decidió darles a cada uno de ellos una funcionalidad para identificar las áreas del estadio. Por ejemplo, "los de color amarillo son los baños, los azules son los puestos de venta de comida, los verdes son las oficinas, los rojos son los cuartos de seguridad y de primeros auxilios, los de color plata corresponden a la zona de rezos de los hombres y las áreas de entrada para los VIP y VVIP -una categoría extra-, y los de color negro son las zonas de rezo de las mujeres".
El estudio también apostó por utilizar el color rojo en zonas que están pensadas para la circulación de los asistentes, "ya que es un color muy vibrante y sirve como guía. Está presente desde en las entradas hasta en los pasillos o el propio techo del estadio". Un recinto deportivo que tiene una capacidad para 40.000 espectadores, aunque asientos hay más, concretamente "45.000 butacas que por muchos criterios de FIFA se van restando, como por obstrucciones visuales", explica la arquitecta.
Ventilación natural
El 974 Stadium se ha diseñado para lograr la certificación de cinco estrellas en el Sistema de Evaluación de la Sostenibilidad Global (GSAS), siendo seis estrellas la calificación más alta que se puede obtener; algo que han conseguido. Cuando el estudio comenzó el proyecto ya conocía que el Mundial de fútbol se iba a disputar en el mes de noviembre cuando las temperaturas suelen ser de una media de entre 20 y 22 grados centígrados.
Por ese motivo, y para evitar una refrigeración artificial, la forma del estadio y su construcción facilitan que exista una ventilación natural, siendo así más sostenible. "Al estar ubicado cerca del mar, el viento dominante que entra es bastante potente, por lo que apostamos por un diseño abierto. Es decir, entre los contenedores hay espacio libre que genera una ventilación natural cruzada que da confort adicional a los espectadores y los jugadores en el campo", explica Olga Redondo.
El estadio, cuyo primer partido del torneo que se disputará en él tendrá lugar el 22 de noviembre, se diseñó antes de que apareciera la Covid-19 a nivel mundial, pero aun así cuenta con una serie de protocolos para combatir la propagación del virus en el recinto. Por ejemplo, los espacios cerrados como son los lounges están totalmente ventilados naturalmente con múltiples aperturas al exterior, en los ascensores siempre habrá personal que toque los botones y se han instalado sistemas touchless para los fluxores de los baños o los grifos y puertas.