Las turbulencias bursátiles ocasionadas por el brexit el pasado junio empiezan a trasladarse a espectros socio-económicos inesperados. En el caso de la Premier League, el desplome de la libra ha reducido la capacidad adquisitiva de los jugadores en un 12% desde el brexit. Si lo comparamos con el valor más alto del año pasado -en diciembre-, la pérdida es de un 20%. Uno de cada cinco euros, nada menos.
La preocupación se ha extendido al plano estrictamente económico: la devaluación de la libra esterlina ha provocado que numerosos trabajadores extranjeros hayan visto reducida su capacidad adquisitiva respecto al resto de Europa. A finales de 2015, la moneda británica se cambiaba por 1,42 euros. En la última semana, un nuevo bajón la ha dejado en 1,13 a fecha de 6 de octubre, su nivel más bajo en el último lustro. El problema es que en la Premier, la mayoría de las estrellas europeas no quieren perder dinero -o ganar menos en euros- en la liga inglesa. Por eso, los grandes clubes ya piensan en cómo retenerlas: a golpe de talonario.
El último en sacar la chequera es el Arsenal, que se plantea mejorar los contratos del alemán Mesut Özil y del chileno Alexis Sánchez, dos jugadores que entran dentro de ese perfil de estrella internacional que tiene asegurado el permiso de trabajo en una Gran Bretaña independiente. Por eso, desde el Emirates planean mejorar su sueldo, que pasaría a ser de 250.000 libras semanales. Un desembolso que supondría unos 36 millones de libras por temporada. Algo más de 100.000 libras semanales en ambos casos para equiparar sus sueldos a los de otros países europeos, claramente beneficiados tras el brexit, y extender sus contratos más allá de 2018.
Un caso parecido al de Santi Cazorla, quien termina contrato con el Arsenal el próximo verano. Sin embargo, en el caso del español no se trata de una renovación prioritaria. Su edad -a punto de cumplir 32 años- y sus intermitentes apariciones con la Selección hacen más difícil su continuidad. No hay que olvidar que desde el momento en que Gran Bretaña abandone la Unión Europea, Cazorla pasaría a ser extranjero sin posibilidad teórica de cumplir con el requisito de partidos internacionales disputados.
Pero el pánico es generalizado. La mayoría de los clubes ingleses, que se han visto enormemente beneficiados por el multimillonario contrato televisivo que entró en vigor el pasado verano, buscan fórmulas para retener a sus estrellas. Así, aunque el Manchester United haya hecho de Wayne Rooney el jugador mejor pagado de la Premier -con un salario de 260.000 libras a la semana-, no queda duda de que necesitarán mejorar su contrato a partir de la temporada que viene. Y todo esto sin hablar del escenario hipotético del día después de salir de la Unión Europea.
Un centenar de internacionales, sin permiso de trabajo
Cabe recordar que los primeros efectos del brexit causaron el pánico por las limitaciones en los permisos de trabajo a jugadores extranjeros, que lógicamente pasarán a ser todos cuando se consume la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea. Sin embargo, a diferencia de países como España, en los que existe un cupo definido de extranjeros -en el caso de LaLiga, tres jugadores foráneos no comunitarios-, la Premier no incluye un tope de de extracomunitarios en las plantillas. Del máximo de 25 jugadores que puede tener cada plantilla, sólo se establece que haya un mínimo de ocho canteranos, británicos o no, que hayan pasado tres años o más en algún club adscrito a la FA antes de los 21 años. Es decir, que se hayan formado en el país.
Para el resto, no existen reglas. Pueden ser británicos o extranjeros, pero es necesario que los foráneos cumplan una serie de estrictas normas para que puedan obtener un permiso de trabajo en la Premier. Si el jugador es de un país cuya selección nacional se encuentra entre las diez primeras del ranking FIFA, necesita haber jugado un 30% de los partidos internacionales en los últimos dos años (como sería el caso de España ahora mismo). Si el país se encuentra entre el undécimo y el vigésimo puesto de la lista, el porcentaje aumenta hasta el 45%. Si está entre el puesto 21 y el 30, el jugador necesita disputar el 60% de los partidos, mientras que si está entre 31 y el 50, tendría que disputar un 75% de los encuentros.
De aplicarse la normativa vigente para conseguir el visado, un centenar de jugadores, incluidas muchas de las estrellas que a día de hoy brillan en Inglaterra, no podrían fichar por clubes de la Premier. En concreto, afectaría a unos dos tercios de los extranjeros que militan en la Premier y que, si el brexit se materializase mañana, no reunirían las condiciones necesarias para obtener un permiso de trabajo. Este sería el caso de varios españoles no lo suficientemente internacionales, como César Azpilicueta, del Chelsea, o Juan Mata, del Manchester United.