Cuando Pep Guardiola aterrizó en Manchester tuvo que iniciar una reconstrucción millonaria. Muchas caras nuevas buscando una plantilla afín a la idea de juego del catalán. Uno de los pocos puestos que no sufrieron fue el del Kun Agüero, un futbolista en una constante batalla interna con las lesiones, pero que cuando conseguía estabilidad fuera de la enfermería era de los más determinantes de la Premier League.
En la práctica esa relación jugador–entrenador no ha sido tan idílica. De hecho el argentino atraviesa su momento más incierto desde que llegó a Inglaterra tras encadenar tres suplencias. Un mal momento incentivado por la buena racha de Gabriel Jesús. Pep ya ha perdido la paciencia con el argentino, ¿podrá recuperarla?
Cifras y sensaciones de un Kun gris
Las primeras semanas de competición fueron cuanto menos plácidas para un Manchester City extra motivado con el nuevo proyecto. Destacando un sensacional Agüero. El City había cambiado de idea pero no de hombre gol. Nueve goles en los primeros cinco encuentros oficiales hacían presagiar que Kun y Pep iban a dominar Inglaterra y optar a Europa a base de goleadas. Lógicamente el ritmo bajó y Agüero se desvaneció. Él seguía en los onces pero Pep encontró otras vías para buscar el dominio, el ex colchonero perdía protagonismo y otros como De Bruyne o Sterling crecían. A partir de ahí Agüero comenzó una cuesta abajo, sus cifras se compensan con los más débiles de la tabla; sus sensaciones ni con eso.
La paciencia de Pep
Si contamos los partidos frente a equipos clasificados entre los cinco primeros y los compromisos en competición europea vemos el verdadero problema con el argentino. No ha sido protagonista en los días grandes. Tres goles en los diez encuentros más importantes de la temporada, todos ellos con un hat trick al Borussia Mönchengladbach, es decir, el ‘killer’ del City no ha metido ni un gol cuando más se le necesitaba.
Pep Guardiola ha pagado en exceso la confianza depositada en el Kun e Iheanacho, ya que no quiso anticipar la llegada de Gabriel Jesús –fichado en verano pero cedido hasta enero-. Cuando aterrizó el brasileño se apreció que la paciencia de Pep ha llegado a su límite. Lejos de intentar convencerle, el jugador ya ha dejado caer que la puerta de salida puede estar abierta. Ha Pep no le queda paciencia para un jugador al que ha dado un trato especial –cenaron a solas hace semanas para motivarle- pero que no demuestra la ambición de otras épocas.
La competencia deja en mal lugar al Kun
Gabriel Jesús todavía tiene cara de niño y número de juvenil. Puede que eso es lo que haya olvidado el Kun. Cuando Gabriel Jesús tiene el balón demuestra esa ambición de darse a conocer, que le veas y no olvides su nombre. Cada movimiento, cada sprint, cada apoyo y cada disparo del brasileño tiene esa mezcla de ganas y excesiva aceleración. Todo ello parece muy lejano para el Kun, no por edad, sí por lenguaje corporal.
Agüero ya no parece el mismo que aprovechaba cada minuto que le daban en Copa del Rey –algunos recordarán su partido contra el Levante-, ese joven que era suplente de Mista y se ganó a pulso su hueco en el once. El actual Kun parece haber perdido mucha de aquella garra necesaria para llegar a la élite. La cifras del argentino todavía dan más rabia, marca goles con cierta facilidad pero su actitud no tiene nada que hacer con las ganas de Gabriel Jesús.
Agüero es un killer, sigue teniendo una definición sensacional y una arrancada difícil de sostener para el rival. Eso sigue pero cada vez aporta menos al fútbol del colectivo. Él sigue con cifras a la altura de muy pocos en la liga (promedia 0,85 goles por cada 90 minutos) pero sobre el campo sólo le vemos celebrar contra equipos de la zona baja. Donde sí es más evidente la pérdida de influencia del Kun es en las asistencias. El argentino ha cambiado con los años y aunque nunca será un ‘9’ estático, sus movimientos a banda son menos ágiles y sus botas ya no regalan ocasiones. No se ha reinventado como otros gigantes. Hace cuatro años daba un pase de gol cada dos jornadas, ahora da uno cada veinte.
La apuesta de Guardiola por Gabriel Jesús parece algo necesario para dar un impulso a un equipo muy lejos de su objetivo. Más allá de cifras, el ‘33’ aporta más variedad. Es más rápido, desborda más, no para de ofrecerse y moverse y, sobre todo, da una amplitud y verticalidad cuando se ubica de extremo haciendo que entre él, Sterling y Sané agiten a unos rivales incapaces de seguir su ritmo. El mejor Kun Agüero lo haría mucho mejor pero es que el argentino está facilitando mucho el trabajo a Pep, así no hay debate posible. Gabriel Jesús representa la ambición que un día el Kun tuvo pero que ahora parece olvidada, el Agüero de ahora necesita una charla del Kun que aterrizó en Madrid en 2006.
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