El francés Antoine Griezmann, de vuelta al once tras su descanso en la Copa del Rey, y el Atlético de Madrid reanudan este sábado la carrera por el podio de la Liga con un partido básico contra el Alavés, un rival con sólo dos derrotas este curso en Mendizorroza, donde encadena cinco choques sin perder.
De nuevo, el margen de error del equipo rojiblanco es mínimo. Así lo dictan los números tras su empate en la última jornada contra el Athletic (2-2), que le distanció a seis, siete y ocho puntos de la tercera, la segunda y la primera posición de la clasificación; las tres plazas en los que fija año tras año su objetivo en la Liga.
De ahí no se ha movido en cada uno de los últimos cuatro finales de curso de la era Simeone, pero su inclusión en el podio ahora está en duda por su irregularidad y por el ritmo impuesto por sus rivales directos, a pesar de sus últimos resultados en el campeonato, tres triunfos y un empate, o del relanzamiento goleador de Griezmann.
Sí le han permitido subir puestos en la clasificación -ha pasado de la sexta plaza a la cuarta con los diez puntos sumados de los últimos doce disputados-, pero han sido insuficientes para asaltar los tres primeros lugares. Cuando perdió en Villarreal (3-0) estaba a cinco puntos del tercer puesto; ahora está uno más lejos: a seis.
La reacción, en cualquier caso, es indudable en los resultados. Desde la derrota en el estadio de la Cerámica, el punto más alto de su crisis de noviembre y diciembre de 2016, el Atlético sólo ha perdido uno de sus últimos nueve encuentros, ha avanzado a las semifinales de la Copa del Rey y ha reencontrado su pegada arriba.
Lo confirman sus goles a favor, diecinueve desde entonces, y la racha actual de Griezmann, el futbolista más decisivo del conjunto rojiblanco, con cinco goles en sus últimos seis compromisos oficiales, con descanso el pasado miércoles en Eibar en la Copa del Rey y de regreso a la titularidad este sábado en Mendizorroza.