En el Atlético, a veces, sólo es cuestión de esperar. Basta con que pase el tiempo, la defensa mantenga su nivel -excelso en todo este 2017- y el centro el campo encuentre un hueco para que Griezmann, con cierta comodidad, pueda batir al portero. Esa rutina, por suerte, se lleva repitiendo de un tiempo a esta parte con pocas alteraciones. El francés, hoy por hoy, es, posiblemente, el jugador más determinante detrás de Cristiano Ronaldo y Messi. Y, enchufado, como ante el Espanyol, aún más. Porque sí, de nuevo él hizo el gol de la victoria. Y, quién sabe, si el tanto que le permita a los colchoneros sumar tres puntos decisivos para acabar manteniendo la tercera plaza [narración y estadísticas: 0-1 ].
Lo cierto es que Griezmann, a estas alturas, es un jugador insustituible. Se puede hablar de si es preferible que lo acompañen Carrasco, Torres, Gameiro o ninguno. Eso se puede poner en duda, incluso se puede debatir, pero lo que nadie concibe es que el Principito se siente en el banquillo. Él no. Lleva 25 goles esta temporada (entre todas las competiciones) y su valor en puntos es incalculable. Sin él, probablemente, el Atlético no sería tercero. Pero sin él tampoco habría llegado a la final de la Champions de la pasada temporada o a la semifinal de este curso.
Su buen nivel acompaña al del Atlético de Madrid, en su mejor momento de la temporada cuando se acerca la recta final y se deciden los títulos. Fuera de casa, por ejemplo, sin perder desde el 12 de diciembre en Liga, cuando lo hizo contra el Villarreal (3-0), su rival el próximo martes. Un dato que dice muchas cosas, pero no todo, como que acumula 12 partidos consecutivos sin perder. O que, en dichos encuentros tan solo ha encajado cuatro goles. Es decir, que el Cholo ha vuelto a construir un muro que actualmente es inexpugnable.
Los números y el juego avalan al equipo de Simeone en un momento clave de la temporada. Así se pudo ver, de nuevo, contra el Espanyol. Sólido en defensa y efectivo en ataque, consiguiendo la victoria con una jugada entre Saúl, que pone la pelota, y Griezmann, que fue el encargado de anotar el único tanto del partido. Muy al contrario que su rival, que también tuvo ocasiones, pero las desaprovechó. Baptistao, mismamente, en la jugada posterior al gol, fallando delante de Oblak. El otro artífice de este buen momento del conjunto rojiblanco.
Un auténtico equipo que funciona en todas sus líneas: tiene un portero solvente, una defensa a la que es muy complicado sobrepasar, un centro del campo que es capaz de sacrificarse y generar juego arriba, y una delantera que cumple. Sobre todo, ya decimos, Griezmann. Pero también Torres, que ejerce una presión determinante en la mayoría de partidos (aunque esté peor de cara a gol) y Gameiro, que tras su lesión, volvió a una convocatoria y se encontró a gusto. En definitiva, el Atlético marcha a toda velocidad en este final de temporada: tercero en Liga (su objetivo) y semifinalista en la Champions.
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