Dijo en una ocasión Santiago Bernabéu, el personaje más importante y relevante en la historia del Real Madrid, que "el antimadridismo es el precio que hay que pagar por tener más Ligas y más Copas de Europa que nadie". 39 años después de la muerte del presidente que cambió la historia del club, el Madrid sigue ganando Ligas y Copas de Europa y, por lo tanto, sigue habiendo antimadridistas.
A ese discurso se unió varias veces Zidane esta temporada, la última este sábado, en la que comentó que "muchos no quieren que gane el Madrid, pero esto ha sido siempre así, no pasa nada. Sabemos donde estamos".
El Real Madrid es campeón de Liga por 33ª vez después de su victoria este domingo en Málaga y está 90 minutos de levantar su 12ª Copa de Europa. Más no se puede pedir. El triunfo del Real Madrid ha llevado al límite a sus críticos, que han tenido en este 2017 un año difícil en lo que a fútbol se refiere. El Real Madrid ha triunfado en España y Europa.
Es por ello que los antimadridistas tienen en estos días una duras horas en las que sobreponerse al éxito blanco, al igual que los madridistas tuvieron que sufrir durante temporadas el poderío del Barcelona, ahora ya en un segundo plano.
Fin al mito del Cristiano egoísta
Sin que esta Liga haya sido la mejor temporada de Cristiano, el portugués ha cerrado todas las acusaciones de egoísmo que desde que llegó al Madrid le perseguían. Ronaldo ha renunciado a sus triunfos individuales en pro de un mejor equipo. Se olvidó del Pichichi y de la Bota de Oro, aceptó no ir convocado a muchos encuentros (llegó a estar dos meses sin viajar en un partido de Liga) y planificó su temporada para estar bien al final. Esa gestión ha sido beneficiosa para él y para el club.
A los antimadridistas no les ha quedado este año ni el discurso de un Cristiano individualista que no celebraba los goles de sus compañeros o que prefería fallar él a que marcara un compañero. Ha sido todo lo contrario. Se ha visto a un jugador generoso, que ha cedido galones en varios tramos de la temporada y que, además, ha llegado al 100% al final de temporada, algo que no saboreaba desde hace años.
Cristiano, por delante de Messi
Se podrá debatir sobre si es mejor o no que Messi, pero es indudable que Cristiano ha hecho mucho mejor año que el argentino, contando con ello estar en los momentos claves y ser decisivo en tu equipo. Mientras Leo marcaba goles intrascendentes (solo se salvó en el Bernabéu, partido que sirvió únicamente para alargar las opciones culés, pero no para ganar el torneo), Cristiano aparecía en los momentos claves de la temporada, incluido el pasado miércoles en Vigo.
Messi no ha hecho mala temporada, al contrario, es el máximo goleador con 35 tantos, pero al igual que le pasara otros años a Cristiano, sus goles no han servido para nada. Hizo maravillas ante el Espanyol o Athletic, pero fue incapaz de liderar al Barça cuando peor estaba (Champions al margen, donde tampoco hizo acto de presencia) y quedó eclipsado por la irrupción de Cristiano este año, mucho más decisivo.
En el fútbol hay que estar en los momentos en los que se juegan las cosas y ahí estuvo el portugués y no el argentino este año. Salvo actuación mágica de Buffon en Cardiff, Cristiano se llevará el Balón de Oro, igualando a cinco con Messi. Esa igualdad también produce dolor en el barcelonismo.
Cantera vs Cartera
Al antimadridismo tampoco le vale este año el discurso de los millones gastados por el Madrid. Atrás quedaron los años en los que hasta el arzobispo de Barcelona criticaba los fichajes de Florentino en tiempos de crísis por "solidaridad y austeridad". Después de los fichajes millonarios de Neymar o Suárez, el Barcelona lleva tres años consecutivos siendo el equipo español que más dinero gasta en verano.
Mientras el Barcelona soltó 122 millones en fichajes esta temporada, de los cuales solo uno rindió (Umtiti), en el Madrid se han ido apostando por canteranos o jugadores jóvenes. Ocho jugadores de la casa están en la actual plantilla (Casilla, Yáñez, Carvajal, Nacho, Casemiro, Lucas Vázquez, Mariano y Morata) más otros tres que llegaron al Madrid muy jóvenes (Marcelo, Varane y Asensio). El Barça, que cogió durante años la bandera de la cantera, solo tiene uno más que el Madrid (Piqué, Busquets, Denis Suárez, Iniesta, Messi, Rafinha, Jordi Alba, Sergi Roberto y Masip).
Con un solo fichaje este año (Morata), los blancos han ganado la Liga gastando menos dinero que Atlético o Barcelona y, sorprendentemente, también que Sevilla y Valencia.
La confirmación de Zidane
Cuando Florentino Pérez nombró a Zinedine Zidane entrenador del Real Madrid en enero de 2016, los medios barcelonistas, así como la mayoría de sus aficionados, aseguraron que esa decisión era un "parche" y se frotaban las manos para un final de temporada idílico.
Año y medio después, y tras ganar una Copa de Europa y llevarles al límite en la Liga anterior, Zidane, ese entrenador sin méritos y con mucho menos nombre que Guardiola, ha logrado hacer lo que el catalán no consiguió: dos finales de Champions consecutivas. Este año gana la Liga en el final de la era Luis Enrique. Y lo hace con una gestión excelente que le encumbra como técnico, eso de lo que muchos sectores del barcelonismo creían que duraría poco.
Los fichajes ADN Barça
Asensio, Kroos o Isco, jugadores que años atrás hubieran fichado por el Barça eligieron al Real Madrid. El tiki-taka cogió el puente aéreo y cambió de bando. Estos tres ejemplos son futbolistas que hubieran lucido en el mejor Barça de Guardiola o incluso en el actual. El Madrid robó el dominio del centro del campo, lo que mejor definía al conjunto catalán.
Mientras los culés tienen un centro del campo en declive, con Iniesta dando sus últimas pinceladas, André Gomes decepcionando en cada partido, Rakitic apareciendo a cuentagotas y Busquets aguantando como puede, el Madrid ha conseguido un bloque fijo (Casemiro, Kroos, Modric) perfectamente reemplazable por los de segunda fila, como Kovacic, Asensio, Isco, Lucas... El Barcelona ya no es el centro del buen fútbol y eso es un golpe en el corazón culé.
El acierto en los fichajes
Una de las claves del título conseguido por el Real Madrid ha sido su fondo de armario. Tener unos buenos suplentes le han valido para poder hacer rotaciones en uno de cada dos partidos. Zidane ha tenido un banquillo de garantías que contrasta con el del Barça, un desastre a pesar de gastarse más de 100 millones en él.
El Barça pagó por André Gomes 35 millones de euros (más 20 en variables), 30 por Paco Alcácer, 16 por Digne, 13 por Cillesen y 3 por Denis Suárez. Ninguno ha funcionado. En cambio, el banquillo del Madrid están jugadores que han sido mejores como Marco Asensio (3,5 millones), Lucas (1) o Nacho (gratis).
Un proyecto en alza, otro en declive
Así como el Madrid le quitó fichajes que hubieran sido característicos del Barcelona, los blancos han conseguido hacer un proyecto deportivo, eso de lo que carecen en el Camp Nou. El Barça actual se basa en la MSN, y especialmente en Messi, y detrás de ellos no hay nada. En cambio, el Madrid tiene un bloque mucho más compacto, que además viene de años atrás.
Si desde 2009 a 2013 el Barça tuvo su época de dominio, desde 2014 el que manda es el Real Madrid. Tres finales de Champions, ahora una Liga, mientras el Barça caía en cuartos de final en Europa en tres de cuatro años. El Barça ha estado en claro declive, mientras que el ascenso del Madrid ha sido notable.
Las remontadas imposibles (y el gol de Ramos en el Camp Nou)
El Madrid ha ganado la Liga por tres puntos de diferencia. Muy clave fue el gol de Ramos en el minuto 89 en el Camp Nou, que igualaba aquél Clásico (1-1) y rescataba un punto para el Real Madrid. En otros tantos partidos el equipo de Zidane remontó de forma épica, pero solo contando el partido ante el Barcelona hubiera cambiado la Liga.
Si Ramos no hubiera marcado, el Barcelona tendría dos puntos más (92) y el Madrid uno menos (92). En caso de empate a puntos, ganaban los culés la Liga. Ese gol de Sergio Ramos que heló el Camp Nou silenció a los azulgrana en diciembre y también en mayo. Uno de los jugadores más odiados del antimadridismo, Sergio Ramos, ha sido clave en la Liga 33.
Por lo civil... o por lo arbitral
El Barcelona ha acabado la temporada sin ningún penalti en contra (y va camino de dos años naturales), un hito difícil de repetir en el fútbol moderno. Y no será porque no los hizo. El arbitraje, otro año más, ha sido polémico y desde los más hostiles con el Madrid ha habido quejas hasta cuando las decisiones del colegiado no influían en el resultado final.
Analizando la temporada, el Madrid ha tenido ayudas, pero no más que el Barcelona. Ambos equipos fueron beneficiados y perjudicados. En el último partido, por ejemplo, al Barça le empujaron con dos penaltis vergonzosos, ambos piscinazos, que quedan ocultos por el título final del Real Madrid. Tampoco hay un argumento arbitral para deslegitimar la Liga blanca.
En manos de otros equipos
Pero si hay una cosa que define el estado actual del antimadridismo es esa de ponerse camisetas de otros equipo para arreglar la temporada. El Barcelona pretender mitigar su mal año con una victoria de la Juventus en la final de la Champions, como antes lo intentó con el Atlético de Madrid.
Además, el año ha acabado con el Madrid celebrando el título, mientras que el Barcelona festejó, hace ahora un mes, su victoria en el Clásico. Los culés se conformaron con un gesto de Messi, el de la camiseta en el Bernabéu, mientras que los madridistas, sin foto para la historia, han ganado la Liga.
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