Estaba marcado el primer encuentro del Ciutat de Valencia en su regreso a Primera División por la larga lista de lesiones del Villarreal y por la tendencia al alza de un Levante que no dio tregua. Se intuía que el conjunto valenciano tendría cierta ventaja de partida, aunque en el conjunto amarillo debutase Bacca en el 11 titular. Poco pudo hacer el delantero recién llegado de Milán por el conjunto castellonense, superado claramente todo el encuentro, aunque el desenlace fuera cruel para los de Fran Escribá, hartos de nadar para morir en la orilla con un penalti que no fue en el minuto 88. [Así se lo hemos contado: 1-0]
En su vuelta a Primera, José Ramón López Muñiz, técnico del Levante, apostó por un bloque de continuidad respecto al equipo que tan brillantemente logró el ascenso la pasada campaña, mientras que Escribá, con un Villarreal plagado de bajas, sorprendió con un equipo muy ofensivo, con un tridente formado por sus tres delanteros disponibles, con Sansone caído a banda.
El partido comenzó sin concesiones, con un eléctrica galopada de Morales, que tras dos recortes se quedo solo ante Andrés Fernández que, en una gran intervención, evitó el gol cuando apenas se había cumplido un minuto juego.
El Levante salió envalentonado, con un juego muy vertical y rápido, buscando las bandas ante un Villarreal embotellado en su campo. Sin embargo, un pase en largo de Rukavina, buscando la espalda de los centrales, conectó con Bacca, pero el disparo del colombiano rozó en un defensor local, lo que evitó el peligro.
El aviso del Villarreal atemperó el ánimo de los levantinistas que, con un Jason poco productivo en la banda derecha, cargó el juego ofensivo por la izquierda, carril en el que tanto Morales como el lateral Toño pusieron en apuros a la zaga castellonense. Con el paso de los minutos, los de Fran Escribá consiguieron equilibrar las fuerzas en la línea medular y aunque sus llegadas fueron escasas siempre llevaban peligro, con un Bacca muy activo que buscó el gol hasta de espuela.
En la reanudación, el partido se convirtió en un toma y daca, con rápidas transiciones de un área a otra, aunque ninguno de los equipos era capaz de disfrutar de claras ocasiones de gol. Sin embargo, el mayor empuje de los levantinistas les permitió de nuevo llevar el peso del partido ante un Villarreal con muchos problemas en la zona de creación.
El Levante lo intentaba una y otra vez pero le faltó acierto en el pase final para convertir en peligro su mayor dominio. A diez minutos del final la tuvo de nuevo Morales, que tras una gran acción individual se topó de nuevo con el meta Andrés.
En los instantes finales, se volcó el Levante ante un rival que daba por bueno el empate y Morales, el mejor del partido, acabó en el suelo en una jugada con Rukavina en el área tras una nueva espectacular jugada individual. El propio Morales asumió la responsabilidad después de que colegiado soportase las protestas de los jugadores del submarino por un penalti que no fue y transformó la pena máxima para hacer justicia al mejor juego de su equipo y permitirle retornar con victoria a la elite del fútbol español.