¿Hay que fichar un delantero? ¿Se hizo bien el trabajo en verano? ¿Llegaron los jugadores adecuados? ¿Es éste el mejor equipo de la historia del Madrid, como se decía a principio de curso? ¿Conviene esperar a final de temporada para sacar conclusiones? ¿Necesita realmente reforzarse ahora? En el Bernabéu, por Chamartín, de un tiempo a esta parte, se duda de todo. Y es normal. Tras pasar por encima del Barça en la Supercopa de España (“¡Vaya baile nos están pegando estos tíos!”, llegó a decir Piqué), el conjunto blanco ha ido de más a menos. Ha caído a ocho puntos del liderato en Liga, se ha clasificado como segundo a octavos de la Champions –con partidos discretos frente a Tottenham y en la vuelta frente al Dortmund– y tras sufrir frente al Fuenlabrada en Copa. Es decir, los de Zidane, para qué engañarnos, no están en su mejor momento.
¿Debería preocuparle esta situación al conjunto blanco? Pues, por un lado, no. Sigue vivo en todas las competiciones, la temporada pasada también se clasificó como segundo a octavos y acabó ganando la Champions, y tiene posibilidades en Liga –sobre todo, viendo cómo se encuentra el Barcelona–. Pero, por otra parte, es el Madrid. ¿Y qué quiere decir esto? Pues, bueno, que es el club, con mayúsculas, del fútbol europeo, y vive en la excelencia permanente. Necesita ganar siempre; y eso, a veces, no es tan sencillo.
El Madrid, tras ese inicio fulgurante en la Supercopa, fue cayendo poco a poco. Cristiano Ronaldo criticó al club reconociendo que la plantilla de la temporada pasada era mejor que la actual. Y, claro, junto a su baja efectividad –y la de Benzema–, el equipo de Zidane empezó su particular crisis. Pero eso ya no importa. El Real Madrid, por su forma de vivir, necesita volver a ganar y, sobre todo, convencer. Y para eso tiene los próximos 15 días.
La plantilla del Real Madrid tiene dos caminos estas dos semanas: demostrar que es el adecuada para afrontar toda la temporada o volver a generar dudas. Y, para ello, calibrará su estado de forma en el Mundialito de Clubes y en los partidos contra Sevilla y Barcelona. Y, claro, si lo gana todo, desterrará cualquier fichaje en el mercado invernal; pero si pierde, entonces, acudirá al mercado a pescar, posiblemente, un defensa y un delantero. En ese sentido, el que más papeletas tiene para llegar al Madrid es Mauro Icardi, que acumula 16 tantos en 15 encuentros en la Serie A y podría jugar Champions (el Inter no se clasificó).
Esa prueba comenzará este sábado contra el Sevilla (16:15 horas) y con la defensa en cuadro. Zidane no podrá contar ni con Carvajal ni Ramos por sanción, ni con Vallejo ni Varane por lesión, ni con Casemiro. Es decir, salvo sorpresa mayúscula, el técnico blanco alineará a Achraf, Nacho, Theo y Marcelo ante el conjunto hispalense. Y con la obligación de ganar. No le queda otra. Tras perder la oportunidad de recortar distancias en San Mamés (0-0), el el Madrid no puede perder más oportunidades por tratar de alcanzar al Barcelona. Porque un nuevo resbalón y un triunfo de los culés los mandaría a once puntos. Y la distancia, de nuevo, se creería insalvable.
Pero, más allá de lo que ocurra contra el Sevilla, el Madrid tiene la obligación también de ganar el Mundialito de Clubes (juega el miércoles 13 la semifinal y disputaría la final el sábado 16) y de volver a España para encarar la recta final del año. Entonces, cuando las elecciones catalanas hayan capitulado, la lotería encuentre a sus ganadores y el Clásico haya decidido si hay Liga. Entonces, llegará el momento de reflexionar, de hacer balance y, decididamente, de pararse a pensar. Pero, al final, todo dependerá de los resultados. Cuatro victorias (dos en Liga y dos en el Mundialito) y el equipo será el idóneo. En cambio, si hay derrotas… el club irá al mercado irremediablemente.
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