La sensación generalizada entre la afición del Real Madrid tras la dolorosa derrota (así la definió Zidane) ante el Barcelona es que su equipo acabó goleado por sus propios errores, mucho de los cuales se vienen arrastrando desde hace unas semanas.
El actual campeón de Liga perdió ante el que, salvo catástrofe, será el próximo en ganar el torneo y lo hizo con una segunda parte paupérrima, la peor de toda la temporada en el Madrid y que se hizo más dramática tras llegar de una primera mitad buena, en la que fue mejor que el Barcelona.
Pero, ¿por qué acabó goleado el equipo de Zidane? La contestación tiene una respuesta objetiva: porque el Barcelona les metió tres goles y ellos no anotaron. Para que eso llegaran hay unas claves que intentamos analizar.
El cambio de la primera a la segunda parte
No se llega aún a entender cómo es posible que el Real Madrid pasara de dominar la primera parte, sin grandes alardes pero siendo mejor que el Barcelona, a retrasar varios metros su posición de salida y dejar tocar al Barcelona en los primeros minutos de la segunda parte, cuando los culés habían estado sin balón en los primeros 45 minutos.
Junto al penalti y expulsión de Carvajal, que el Madrid se echara atrás en ese inicio de segunda mitad fue lo más determinante en el Clásico de este sábado. En la primera parte se vio a un Barça acongojado, a merced del Real Madrid, incapaz de controlar el balón (perdió la posesión) y sufriendo mucho a la hora de salir jugado desde atrás. Y, de repente, tras el descanso el Barça se creció y acabó machacando a un Madrid que acabó totalmente KO.
Zidane, sobre este asunto, hizo poca autocrítica y explicó que "la segunda parte la comenzamos bien, pero que el primer gol viene de un error nuestro" para justificar el hundimiento de su equipo, que después se encontró con el 0-2 y una expulsión que "cambia el panorama".
Por su parte, Valverde comentó, para entender ese cambio tan radical entre la primera y la segunda parte, que para cambiar ese guión "era una cuestión de perseverar" y que "no creo que el Madrid retrasara metros conscientemente sino que nosotros empezamos a controlar y que un partido de este tipo, tan físico, el paso del tiempo se deja ver en los jugadores".
La grave falta de gol
Una de las grandes diferencias entre el Real Madrid y el Barcelona fue la pegada, que desde hace ya meses ha cambiado de bando. En los últimos años, eran los blancos los que se caracterizaban por exprimir al máximo sus ocasiones, pero eso ahora le toca a los azulgranas. El Madrid actual tiene un grave problema ante el gol, que es lo que acaba dando victorias y títulos.
El Real Madrid no está futbolísticamente a 14 puntos del Barcelona ni tampoco está en un nivel tan bajo como para perder 0-3 en el Clásico, pero eso pasa en la realidad por la mencionada falta de gol. Al final, no tener puntería te condena a corto y largo plazo. Y tenerla, como bien lo sabe el propio Madrid por su experiencia del año pasado, te da muchas alegrías. Es el gol lo más preciado en el mundo del fútbol y es el Clásico sirvió para ver con total claridad la diferencia entre los dos equipos.
Mientras el Real Madrid tuvo varias ocasiones claras en la primera parte y no marcó ninguna (lo más cerca que tuvo fue un cabezazo de Benzema al palo), el Barcelona metió la primera que tuvo en la segunda parte la marcó (Luis Suárez) y desequilibró el Clásico. Ya había avisado antes, con dos buenas paradas de Keylor, pero a la mínima que tuvo un cara a cara en una ocasión clara, marcó.
La apuesta por Kovacic en detrimento de Isco
Este análisis es resultadista y ventajista, pero una vez terminado el partido, la idea de meter a Kovacic en el centro del campo no cuajó. Y no salió bien no por el trabajo del croata, que hizo un buen partido, especialmente en la primera parte secando a Messi y taponando a Busquets, sino porque la entrada de Mateo dejó fuera a Isco, uno de esos jugadores diferentes que pueden cambiar lo establecido.
El malagueño no disputó ni un solo minuto porque la expulsión de Carvajal trastocó los planes de Zidane, que prefirió sacar después a Isco y Bale. La realidad es que la ausencia de Isco se fue haciendo ante la falta de ideas del Madrid, que acabó muy estático sin posibilidad de algo diferente.
A pesar de que su plan hizo aguas, Zidane aseguró no "arrepentirse" de lo que hizo porque "estoy aquí para tomar decisiones". El francés, más 'hablador' de lo normal, reconoció que "me darán hostias" pero "que no voy a cambiar, es una decisión mía y la asumo".
Benzema, sentenciado
La pitada que se llevó Benzema del Santiago Bernabéu fue mayor incluso de la que recibió Gerard Piqué. Con este dato se entiende el nivel de cabreo que existe en el madridismo, que agotó toda su paciencia con el delantero francés en el Clásico de este sábado.
Karim Benzema hizo ante el Barcelona uno de sus peores partidos desde que llegó al Real Madrid en 2009. A su habitual falta de gol se unió su inoperancia para crear un contraataque, sus fallos en los pases, su pésima lectura del juego... Si Karim también falla en aquello que siempre le salvó (su juego combinativo y en lo que aporta al equipo) su defensa se hace ya muy difícil. El encuentro del francés fue una desesperación continua para un público que le puso la cruz. Y la comparación Luis Suárez le sentenció.
Tras el Clásico, ya son muchos los que piden a Zidane que abra su abanico de opciones y no tenga a Benzema como su única solución de ataque. En el banquillo solo está Borja Mayoral, todavía no al nivel de Karim pero que siempre responde cuando le dan opciones. Por eso se hace más necesario el fichaje de un nuevo jugador de ataque que de aire nuevo a delantera excesivamente estancada en los éxitos del pasado.
La continua confianza de Zidane en Benzema recuerda a la que tuvo Ancelotti con Iker Casillas en 2015, año en el que ya el actual portero del Oporto estaba mal pero el técnico italiano seguía confiando en él a pesar de que ya cometía muchos errores. A Carlo aquello le acabó costando el puesto, por lo que Zidane tiene un precedente para aprender de los errores del pasado.
El penalti y expulsión que sentenció el partido
Es imposible controlar las acciones cuando se está a muchas revoluciones, pero otro de los errores estuvo en la mala lectura del partido y en la acción que finalmente condena al Madrid. El 0-1 puede digerirse porque es una consecuencia de lo que es el fútbol, pero lo que es imposible de remontar fue el 0-2 con diez jugadores.
Carvajal prefirió hacer penalti al imitar a Keylor Navas y parar un balón en línea de gol, con la consiguiente expulsión, a dejar que ese balón entrara, fuera gol, pero el Madrid continuara con 11 jugadores. Al final, Messi marcó el tanto (que era lo que quería evitar Carvajal) de penalti, por lo que llegó igualmente el 0-2, pero con un futbolista menos.
Pero a pesar de todo ello, Carvajal no debe ser criticado porque lo que hizo fue un instinto humano imposible de pensar. Fue una reacción automática que no se puede controlar en ese momento. Pero era demasiado pronto para dejar a su equipo con diez jugadores (todavía quedaban 35 minutos) y aunque el 0-2 era muy difícil de remontar, con la expulsión del lateral acabó siendo ya imposible.
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