La Liga, dicen, es complicada. Y difícil. Y está imposible. Sí, todo eso es verdad. Sobre todo, por cómo está el Barcelona. Pero no es menos cierto que en el Metropolitano no la van a tirar, no se van a dejar ir pese a remar contracorriente. Van a luchar por pelearla hasta el final –y, obviamente, también para mantener la segunda plaza–, y lo demuestran día a día, domingo a domingo o, mejor dicho, partido a partido –por seguir con la filosofía que ha llevado a este equipo a lo más alto–. Así se pudo ver una vez más contra el Valencia, con un gol de Correa de esos que se repiten durante décadas: un obús a la escuadra que dejó a las redes con ganas de que les salgan telarañas [narración y estadísticas: 1-0].



Antes, el Metropolitano apareció con una pancarta con el lema ‘seguimos latiendo’ y con otra dedicada a Luis Aragonés, con mucho frío, gradas lejos del empaque del partido y dos equipos que, eso sí, exhibieron responsabilidad en sus primeros minutos. El Atlético, metido en su campo, pero con el colmillo afilado, con Costa y Griezmann arriba, y dos buenas ocasiones para empezar: un cabezazo de Lucas y un disparo de Koke. Ambas se marcharon fuera. Y eso fue todo del lado colchonero, y de la primera parte, en general, porque el Valencia tocó la pelota –y acumuló posesión–, pero no generó ocasiones. Y así, la igualdad quedó reflejada en el marcador (0-0 al descanso).



Pero, comenzada la segunda mitad, cambió la dinámica. En parte, por el juego del Atlético, y en parte, por los inconvenientes devenidos del partido (Simeone tuvo que cambiar a su pareja de centrales, Savic y Godín, ambos con problemas, por Juanfran y Giménez). Tanto es así, que el primero que atentó con romper la igualdad fue Juanfran con un disparo desde fuera del área. Y a la segunda, los colchoneros se adelantaron en el marcador. Correa le pegó desde fuera del área y mandó un misil que entró por la escuadra.



A partir de ahí, no cambió la dinámica, pero sí la manera de hacer las cosas. Entró Gabi por Carrasco y el Atlético prescindió de la pelota, se la regaló a su rival. ¿Para qué? Para salir desde atrás con más peligro y, por otra parte, para qué vamos a engañarnos, para conservar un resultado (1-0) que le venía como un guante al equipo del Cholo Simeone. Y con esas, los colchoneros mantuvieron la distancia y se hicieron con los tres puntos. Y sí, siguen ahí, luchando, o latiendo, como exhibió el Frente. Eso no se duda jamás. Ni antes se hacía en el Calderón ni ahora en el Metroopolitano.

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