Lejos de rectificar, Gerard Piqué continuó con su discurso de crítica contra el Espanyol y aseguró que "es una obviedad que Espanyol es de Cornellà" y no de Barcelona, además de comentar que "el Espanyol está cada vez más desarraigado de Barcelona y tiene un presidente chino".
Piqué, que celebró su gol en el derbi catalán provocando a la grada de Cornellà-El Prat, mandándola callar, explicó que "decir que el Espanyol de Cornellá no es una falta de respeto". El jugador azulgrana también se quejó de que "no se investiguen los insultos a mi familia" y añadió que "mandar callar era lo mínimo que podía hacer".
El central catalán argumentó que "los jugadores tenemos responsabilidad, pero también somos personas y reaccionamos según lo que pasa. Y hay un límite. Y si los que mandan no toman decisiones y no dicen nada, no nos quedaremos callados".
Esteban Granero, futbolista del Espanyol, recriminó a Piqué su actitud y aseguró que "cuando quieres que te respeten, primero respeta tú. A Iniesta le aplauden allá donde va y eso es por algo. Cada uno es dueño de sus actos. De los actos de Piqué no somos responsables", añadió Granero, que explicó que "nosotros no discriminamos entre una ciudad como Barcelona o una ciudad pequeña y obrera como Cornellà. Donde haya un perico, de ahí es el Espanyol".
También Quique Sánchez Flores reprochó a Piqué su actitud. "Un jugador no puede silenciar a la afición y menos a una como la nuestra", dijo el técnico del conjunto perico. Por su parte, Ernesto Valverde no quiso entrar en polémicas y aseguró que la celebración de Piqué la enmarca dentro de "la rivalidad del derbi y en todo lo que ha sido esta semana".