El respeto de Zidane, el epílogo de Iniesta y el Clásico menos Clásico
Con todo ya decidido, el Barcelona - Real Madrid de este domingo (20:45 horas) está centrado en el no pasillo de los blancos y en el adiós de Andrés.
6 mayo, 2018 00:16Noticias relacionadas
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Cuando el calendario de esta Liga se conoció en julio de 2017 todos miraron al 6 de mayo como fecha clave para el torneo. En la jornada 36 había un Barcelona - Real Madrid, sueño de todo organizador. Un Clásico en la antepenúltima jornada de Liga donde podría decidirse el torneo. Muy lejos de la realidad que se vivió después.
En 2008, el Real Madrid ganó la Liga en la 35ª jornada, con una agónica y emocionante victoria en El Sadar de Pamplona. Eso le regalaba que en el siguiente partido, tres días después, le hicieran el pasillo. El calendario quiso que fuera el Barcelona, que lo hizo y, además, se llevó un humillante 4-1 con el que se terminaba un ciclo Una década después se ha calcado la situación a la inversa. El Barça ha sido campeón en la 35ª jornada con su victoria en La Coruña y el siguiente partido es un Clásico. Sin emoción, porque ya está todo decidido. Y sin pasillo.
En la previa del gran partido del fútbol español (20:45 horas), Zidane se reafirmó en que no hará pasillo en el Camp Nou. "No lo hacemos porque ellos no lo hicieron. Si hubiesen hecho el pasillo tras ganar el Mundial de Clubes, yo no rompería nada de lo que había antes, pero tampoco vamos a hacer una cosa que ellos no hicieron", comentó esta vez el entrenador del Real Madrid. La explicación fue clara.
Además, y para que nadie dude del señorío del técnico del Real Madrid, él elogió varias veces la Liga del Barcelona y no puso ni una sola excusa, al contrario, explicó que ganar la Liga "es lo más difícil, complicado y bonito". Y esas palabras de respeto debe ser más valioso que un pasillo que los culés ahora piden mientras ellos no lo hicieron. Y, a diferencia de Zidane, no se recuerda a ningún barcelonista con cargo público elogiar los numerosos títulos blancos.
Es tan flojo este Clásico, no por nivel sino por ausencia de emoción, que durante la semana apenas se ha hablado de ello. El debate ha ido por el pasillo o por Iniesta, al que se pide que se le haga a él el pasillo en forma de homenaje al ser este el último Barcelona - Real Madrid. La idea, tan ilógica como engañosa (tiene una doble intención que nada tiene que ver con el respeto), la simplificó Zidane en una frase: "El detalle que tendremos con un jugador que admiramos y que no es un jugador cualquiera por lo que ha hecho, será saludarle, felicitarle y desearle suerte para su futuro".
Futbolísticamente el Clásico, como todos los partidos que quedan de Liga, no tiene nada en juego. Está todo decidido. El Barça será campeón y el Madrid no ganará el torneo, con la duda, insignificante, de ser segundo, tercero o cuarto. Las recientes semifinales de la Champions marcan también esta versión light de Clásico. Las vistas están en la Copa de Europa desde hace días. Ambos equipos no es que lleguen con muchas ganas al partido.
Una de las preguntas que sobrevuelan es una de las claves de este encuentro. ¿Qué pasará si gana el Real Madrid? En el primer partido en el Camp Nou tras ganar Copa y Liga, ¿cómo celebraría el barcelonismo el doblete cuando tu máximo rival acaba de llegar a la final de la Champions y te ha ganado en tu estadio? El bajón deportivo sería imposible de ocultar. Así es el fútbol.
Para conseguir ganar y seguir con su racha de invicto en el Camp Nou (tres partidos, dos victorias y un empate), Zidane va con todo. Ya habrá otros partidos (quedan Sevilla, Celta de Vigo y Villarreal) para sacar a jugadores menos habituales y dosificar. "Vamos a jugar como siempre, a intentar hacer lo máximo para ganar con los jugadores que van a jugar. No pienso en lesiones, la única cosa es que el jugador que no está al 100% no va a jugar, pero los demás van a jugar sí o sí", explicó Zizou.
En el Barça, igual. No es que tengan que rotar, porque no tienen más competiciones. Lo único peligroso, las lesiones que pueda haber para el Mundial. Once de gala de Ernesto Valverde, con la casi segura titularidad de Coutinho, en su estreno en el Clásico. Dembélé, el fichaje de los 150 millones de euros, no convence al técnico extremeño.
Así, sin que haya dado tiempo a 'calentar' el Clásico, Barcelona y Madrid se reencuentran con el recuerdo del 0-3 de la ida y mirando al futuro. Los azulgrana, rezando para que le Liverpool derrote a los blancos en Kiev. Los de Zidane, con esa oportunidad de sepultar el doblete si ganan la Champions... y este domingo en el Camp Nou.