"Dinosaurios". Así llaman varios medios británicos, y no precisamente refiriéndose a los animales extinguidos hace millones de años, a los encargados de votar en contra de que las mujeres puedan pertenecer al club de golf de Muirfield. Mantiene así una política de "sólo caballeros" que le convierte en uno de los pocos reductos de la misoginia en un deporte cada vez más potenciador de la mujer. Una condición más que deshonrosa para el primer campo que instauró las reglas del golf y, a su vez, uno de los escenarios más icónicos del Open británico.
La admisión de las mujeres en el club no alcanzó la mayoría de dos tercios necesaria para ser llevada a cabo, por lo que éstas continuarán sin poder jugar en Muirfield. Una decisión que ha levantado mucha polvareda en las Islas Británicas, contando con la total desaprobación del European Tour femenino.
"El deporte refleja los valores de la sociedad en la que vivimos y hoy los hombres y las mujeres tienen los mismos derechos. Creemos que esto debería reflejarse no sólo en los torneos internacionales de primer nivel, sino también a nivel de los clubes", reconoció su máximo responsable, Ivan Khodabakshsh.
De hecho, The Honourable Company of Edinburgh Golfers, gestora del campo, instó a sus miembros a votar a favor de admitir a las mujeres en una carta abierta. Sin embargo, la sugerencia no surtió el efecto deseado, por mucho que los altos mandos de Muirfield hayan intentado abolir la regla que excluye a las golfistas.
La consecuencia inmediata del triunfo del 'no' en la votación es perder el privilegio de albergar el Open británico, como Muirfield hizo en 16 ocasiones a lo largo de la historia del torneo. Así lo ha anunciado el Royal & Ancient Golf Club de St. Andrews, organizador de la competición. "Pasarán algunos años antes de que el campo vuelva a ser considerado para albergar el campeonato de nuevo. Si la política del club cambia, lo reconsideraremos en el futuro", declaró su director ejecutivo, Martin Slumbers.
Precisamente, el también mítico campo escocés abolió en septiembre de 2014 la norma que impedía que las mujeres formasen parte de su club. En una votación en la que participaron 2.500 personas, se acabó con una medida que duraba nada menos que 260 años. Entonces, el 85% de los socios apoyaron la inclusión de las mujeres como socias de St. Andrews.
De ahí que sorprenda que otra organización reconocida en el mundo del golf como Muirfield, surgido en 1744 (10 años antes que St. Andrews), mantenga impoluta su misoginia. Aunque quizá la mayor paradoja de toda esta historia resulte ser que el escenario del Open de este año, Royal Troon, es el único campo de Escocia junto a Muirfield que únicamente admite hombres como miembros.
Al menos, ellos compartirán sus instalaciones con el club femenino de golf de la localidad. Una medida que quizá haga replantearse las cosas a sus homólogos de Muirfield. O quizá no. El tiempo dirá si los dinosaurios acaban extinguiéndose del todo también en el deporte.