Muere Arnold Palmer, la leyenda del golf que profesionalizó el deporte
En 1954, cuando tenia 25 años de edad, se proclamó campeón amateur de los Estados Unidos. En 1958 ganó su primer Masters de Augusta, que repitió en 1960, 1962 y 1964.
26 septiembre, 2016 10:14Noticias relacionadas
"¿Aún pilota usted mismo?". "Por supuesto. De hecho la mitad del vuelo hasta aquí he sido yo quien manejaba el avión". Arnold Palmer resplandecía. Pasaba sobradamente los 80 y su sonrisa iluminaba el enorme salón que habían reservado en el hotel Palace de Madrid. Allí anunciaba la llegada de su ropa golf a España, una línea cuyo logo es un paraguas multicolor y risueño, como él. The King, el mito del deporte que arrastró un ejercito por medio mundo, el rey de los negocios extradeportivos que hoy ha fallecido a los 87 años de edad tras ingresar el pasado jueves en el Hospital Presbiteriano del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh (Pensilvannia), donde le iban a relizar una intervención coronaria.
Mark H. McCormack es un nombre desconocido por el gran público, y sin embargo es uno de los grandes nombres del deporte sin haber derramado una sola gota de sudor. Porque McCormack fue el fundador de la empresa de representación de deportistas IMG, de hecho la gran dominadora actual del panorama internacional. Pero no lo hizo solo. Lo hizo junto a Arnold Palmer, sellando el acuerdo con un apretón de manos. Así lo hacía todo Arnie. Su palabra era ley, no necesitaba firmar ningún contrato. Tampoco lo firmó cuando fue pieza clave en la creación, implantación y desarrollo de The Golf Channel, la mayor televisión del mundo especializada en golf.
Y tampoco lo hizo cuando le ofrecieron comercializar una limonada de te helado con su nombre, ¡como si fuera Paul Newman! Aunque en cierto sentido lo era.
Antes de que Michael Jordan, Tiger Woods, Lewis Hamilton, Alex Rodríguez o Peyton Manning copasen la número anual de la revista Forbes de los deportistas mejor pagados, su interminable lista de ceros palidecía antes los números de un jugador de golf de los años 50 cuyo mayor cheque por una victoria fue de 50.000 dólares. Arnold Palmer, el carisma personalizado, fue el primer deportista de la historia en conseguir más de un millón de dólares en beneficios (deportivos, el marketing iba a parte) de toda la historia del deporte. Él, que en la actualidad sigue siendo considerado en Estados Unidos como el primer deportista profesional.
Un hito que, a su vez, queda en nada al enumerar su palmarés. Cuatro Masters de Augusta, un US Open y dos Abiertos Británicos. Siete majors que le sitúan únicamente en el séptimo puesto histórico de ganadores de torneos de Grand Slam. Siete grandes que, a pesar de todo, tienen un valor incalculable, pues los consiguió en la época de mayor esplendor de Jack Nicklaus y Gary Player. Junto a estadounidense y el sudafricano, Palmer formó el conocido como el Big Three del golf (por supuesto un mundo antes de que en la NBA se hablase de Big Threes).
Entre los tres sacaron al golf del pozo del deporte minoritario y Palmer lo llevó a cada casa, a cada televisor en blanco y negro que entonces comenzaban a ocupar las viviendas estadounidenses de clase media. Su carisma, su pasado como miembro de la Guardia Costera sirviendo a su país durante tres años, su paso por la universidad de Wake Forest, su aparición años más tarde en innumerables programas de televisión como McGyver... Por algo sus fieles se hacían llamar a sí mismo The Arnie's Army (el ejército de Arnie). Por algo es considerado uno de los mejores golfistas de la historia, por algo el aeropuerto de Latrobe (Pennsylvania) llevaba su nombre. Por algo el deporte mundial y no sólo el golf llorara su pérdida.