"Make America Great Again". El lema de campaña de Donald Trump, ya presidente de Estados Unidos, empieza a tomar forma. En menos de una semana en el Despacho Oval, la dialectica electoral se convierte poco a poco en realidad, en varias realidades, pues el 45º presidente ya ha firmado la salida yanqui del acuerdo comercial Transpacífico y el comienzo de la construcción del muro sobre la frontera mexicana.
Dos ejes fundamentales de su programa político que encuentran la tercera pata del banco en el rechazo al inmigrante y que se han traducido en una fuerte campaña contra el 'voto ilegal'. Tal y como expresó en un primer momento Sean Spicer, el nuevo secretario de prensa de la Casa Blanca, el presidente cree firmemente que perdió el voto popular porque millones de personas votaron "ilegalmente".
La teoría, en la que el mismo Trump insistió en una entrevista con la cadena de televisión estadounidense ABC, se basa en un controvertido estudio de 2008 de la Universidad de Old Dominion, en el estado de Virginia, según el cual un 14% de los votantes no tenían la ciudadanía estadounidense.
Datos confirmados para Trump por una anécdota, concretamente una que relaciona su gran pasión, el golf, con su teoría y que coloca en medio a una de las leyendas europeas de este deporte, el alemán Bernhard Langer.
Según relata el New York Times, citando tres fuentes diferentes, el pasado lunes, Donald Trump, durante la reunión que mantuvo con los líderes del Senado y de la Cámara, les contó la siguiente anécdota. El día de las elecciones, en Florida, pues Langer reside en Boca Ratón, el golfista se encontraba en la cola para votar cuando un funcionario le indicó que no podría votar. Nada extraño, pues Langer es ciudadano alemán.
Lo extraño tanto para el golfista teutón como para el nuevo presidente de los Estados Unidos fue que las personas que precedían y seguían a Langer en la fila -y de los que Trump relató cuál podría ser su nacionalidad recitando diferentes países sudamericanos- no recibieron el mismo trato, pues pese a que los funcionarios no estaban seguros de la legalidad de sus votos les permitieron emitirlos de forma provisional.
La anécdota fue recibida con silencio entre los presentes. Sin embargo, la hija de Langer ha negado que el doble ganador del Masters de Augusta conozca a Donald Trump e incluso ha destacado que la situación de su padre, ciudadano alemán con residencia permanente en Estados Unidos, no le permite votar. Algo que en ningún caso ha impedido al nuevo presidente utilizar su ejemplo para desarrollar una campaña que, por otro lado, ha negado que se vaya a traducir en una investigación oficial.