El muchacho mide seis pies y dos pulgadas, que es como miden los yanquis a sus criaturas. Esto es: casi un metro y 89 centímetros. En mi tierra dirían, " 'ye', un real mozo"; en la suya, "un 'morrosko'". En realidad, Jon Rahm Rodríguez (JRR) es un gran jugador de golf a quien sus amigos apodan 'Rahmbo' admirados por su fuerza, que no por su violencia. JRR nació el 11 de octubre de 1994 en Barrika, al noreste de Bilbao, cerca de la playa de Plencia, y se hizo profesional el pasado 2016, un día después de haber recibido la medalla al mejor amateur del US Open, en el que se clasificó en el puesto 23, el mejor de un debutante español en un Grand Slam.
Sus cartas credenciales fueron haber sido el mejor jugador universitario de los Estados Unidos durante los dos años inmediatamente anteriores (estudió Comunicación en la Arizona State University). Su paso por el golf amateur fue tan espectacular que uno de los dioses del Olimpo golfístico, el inimitable Jack Nicklaus, pronunció un sonoro "¿What?" cuando se enteró de que un españolito había batido su récord de 269 golpes en un campeonato siendo amateur, dejando su marca, de 1960, en 263.
Este 'angelito' criado para el golf en Larrabea fue el mejor amateur del mundo durante dos años consecutivos (2015, 2016); ganó dos veces el prestigioso Ben Hogan Award y dominó la NCAA (National Collegiate Athletic Association) estadounidense con 11 victorias y 33 Top-10 en 52 torneos jugados.
Para hacernos una idea cabal de cuál es su golf, veamos algunas cifras. Media de distancia con el driver: 302,7 yardas. Esto es, 276 metros, aunque ha llegado a alcanzar los 336. Media de golpes por vuelta: 70,171. Porcentaje de acierto en calle con el driver: 57%. 'Greenes' en regulación: 74%. En los pares cinco tiene un 60% de birdies o mejor.
Con estos números, Rahm irrumpió en el mundo profesional quedando tercero en su primer torneo, el Quicken Loans National, en Washington D.C. Tres torneos más tarde, alcanzó el segundo puesto en Canadá, detrás del venezolano Jhonattan Vegas. Falló un putt de tres metros en el 18 que le hubiera puesto en -12 y en el tee de salida del play off. Con estos resultados se ganó la tarjeta para el circuito de la PGA estadounidense.
Para ayudarlo a caminar por el proceloso mundo que es el golf profesional americano, ha firmado un contrato de patrocinio con Taylor Made y con Adidas. En realidad, con Adidas, puesto que Taylor Made -una empresa californiana- es actualmente una subsidiaria de la firma deportiva alemana.
Rahm está en el selecto grupo de grandes jugadores que lucen esa bandera: Jason Day, Martin Kaymer, Dustin Johnson, Justin Rose o el mismo Sergio García. Claro, que nunca falta un nublado para que el sol no brille tanto. El patrocinio de Adidas, una gran marca, sin duda, le ha supuesto a Jon quitar el escudo del Athletic Club de su bolsa. Se debe a que el club vasco viste los colores de la americana Nike.
Un vasco que no se hace el sueco
El pasado 19 de diciembre de 2016, en los prolegómenos de la Gala del Golf Español de la Real Federación Española, celebrada en la sede del Comité Olímpico Español, pudimos hablar con él. Nuestro máximo interés era preguntarle por su posible presencia en los torneos del circuito europeo.
¿Va a jugar en Europa la próxima temporada?
Sí, posiblemente en octubre en el Valderrama Masters. El problema es que ahora estoy en el PGA, acabo de empezar y no quiero arriesgar lo que tengo. De otro modo, me encantaría. Como ya he dicho en otras ocasiones, si consigo entrar entre los 50 primeros del mundo, jugaré. Ya sé que es complicado, no sé si pasará este año (2017) o el año que viene (2018). Como digo, es complicado, pero en cuanto lo consiga tenéis mi palabra de que me planto aquí en Europa sí o sí.
Y si no, en el Open de España, o cualquier otro torneo en España que no coincida con otro torneo muy grande en Estados Unidos, aquí me tendréis. Incluso si coincide, seguramente venga. Y en octubre, si no coincide con la FedEx Cup, me tendréis aquí jugando en Valderrama seguro.
¿Cuándo se planteó por primera vez la posibilidad de ser profesional?
Fue en 2009, jugando en Larrabea, mi club. Gané el Campeonato de España sub 16 por nueve golpes de diferencia con el segundo. Luego, ese primer pensamiento lo corroboré en Sancti Petri, en el Campeonato de España Júnior sub-21. Tenía 16 años y saqué seis golpes al segundo. Y allí pensé, "¡Jo! He ganado a muchos de los buenos de Europa". Y entonces me dije: "Creo que tengo futuro en esto del golf". Y la gota que colmó el vaso fue Phoenix (fue quinto, a tres golpes del ganador Koepka). Fue el torneo que me dio la confianza de que podía ganar, de que tenía talento para ganar un torneo del PGA Tour.
¿A quién le comunicó primero estos pensamientos?
Yo creo que no se lo dije a nadie.
¿A nadie, ni siquiera a su padre?
Yo creo que mi 'aita', hasta Phoenix, no se creía que me podía ganar la vida con el golf.
¿Por qué cree que vuelve Tiger, después de todo lo que ha conseguido y considerando que su estado de forma y su edad no son ya los de sus años dorados?
Yo creo que vuelve porque Tiger no ha dicho su última palabra. No le gustó cómo se fue y si se ve competitivo y puede aguantar el ritmo, ¿por qué no? Él es un competidor nato, lo ha demostrado muchas veces. En su debut, fue el que más birdies hizo del torneo y eso, con los mejores del mundo, no es fácil.
Yo creo que el potencial lo tiene. Hay que darle tiempo. Tiene que rodarse un poco. Yo creo que Messi, después de año y medio sin jugar, en un primer partido no va a hacer lo que hizo anoche [se refiere a la jugada en la que el argentino regateó a cuatro jugadores del Espanyol durante el derbi del pasado 18 de diciembre]. Hay que darle torneos, que juegue y coja confianza. Yo creo que volverá a ser un gran jugador. No dominará como dominaba, pero creo que algún torneo, en algún grande, volverá a ganar.
Para terminar, Jon, nada tiene que ver con el golf, pero nos gustaría saber de dónde viene ese apellido Rahm que no suena muy vasco para un mozo de Barrika.
Pues creo que el primer Rahm vasco data del sigo XIX, alrededor de 1820. Un experto en genealogía me explicó que el último rastro de los Rahm se pierde en Suiza allá por el siglo XVII, por el mil seiscientos y poco. Nosotros pensábamos que era alemán, pero al parecer es sueco. Ya me lo comentó en su día mi compañero Tobias Eden, que es sueco. Lo cierto es que no estamos muy seguros, también se dice que puede ser de la Suiza alemana.
Una promesa que parte de la humildad
Jon, un muchacho extremadamente joven (22 años), pero con unos rasgos de madurez poco comunes a su edad, nos habló también de las diferencias sociales entre EEUU y España: "Mucho mejor aquí; aquella sociedad es muy diferente a la nuestra"; de sus aventuras gastronómicas: "Te engatusan enseguida con cosas como unas alitas de pollo fritas, estupendas, pero… nada que ver con lo nuestro"; de su noviazgo con una chica americana que le lleva a restaurantes de comida "sana"; y de otras cosas que aquí y ahora tienen menos importancia golfística, como la noticia del fallecimiento de Fidel Uriarte, producida ese mismo día y que entristeció a Jon, un ferviente seguidor del Athletic.
Jon Rahm, la realidad más prometedora del golf español, tiene una presencia física imponente y una mirada franca y transparente. Es afable con la prensa, responde sin ambages, seguro, directo. Con todo lo que ha logrado en un mundo tan competitivo como el del golf, uno podría pensar que pudiera habérselo creído antes de llegar a la meta: "No soy ni Tiger ni Seve, porque estos dos jugadores son únicos; seré el Jon español", afirmaba recientemente a la PGA española.
En efecto, se le nota seguro pero con ese punto de humildad de quienes son conscientes de que queda mucho camino y hay muchas piedras en las que tropezar. Ojalá tropiece poco y no se caiga demasiado. De todos modos, por sus hechuras, por el aplomo que muestra desde que a los quince se viera proyectado a este mundo del golf profesional, parece que tendremos Jon para rato y para disfrutarlo. Ojalá así sea.
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